El Papa Francisco pidió a las empresas tecnológicas
un mayor compromiso en la lucha y en la prevención de los delitos de abusos
sexuales y explotación a menores y difusión de pornografía mediante el empleo
de las nuevas tecnologías digitales y de internet.
El Santo Padre hizo este pedido durante la audiencia que concedió este
jueves 14 de noviembre en el Palacio Apostólico del Vaticano a los
participantes en el congreso sobre “Promoción
Digital de la Dignidad de la Infancia: del concepto a la acción”.
En su discurso, el Pontífice recordó que las empresas tecnológicas no
deben limitarse a desarrollar nuevas tecnologías y desentenderse de los malos
usos que se les pueda dar. Por eso pidió que sean parte de la solución y que
participen en la búsqueda de estrategias para proteger a los menores en los
entornos digitales.
El Papa explicó que “la Iglesia católica, en
los últimos decenios, debido a las dramáticas experiencias vividas en su
cuerpo, ha desarrollado una viva conciencia de la gravedad de los abusos
sexuales a menores y de sus consecuencias, del sufrimiento que provocan, de la
urgencia de sanar las heridas, de contrastar con la máxima decisión estos
crímenes y desarrollar una prevención eficaz”.
Señaló que no se puede dudar de que el vertiginoso desarrollo de las
tecnologías de la información y de la comunicación en el ámbito digital “ofrece nuevas oportunidades para los menores, para su
educación y formación personal”.
No obstante, explicó que “el desafío que
tenemos ante nosotros es favorecer el acceso seguro de los menores a estas
tecnologías”.
Por desagracia, “el uso de la tecnología
digital para organizar, comisionar y participar en abusos a menores a
distancia, también más allá de los confines nacionales, está en rápido
crecimiento”.
“La difusión de imágenes de abuso o de explotación
de menores está en rápido aumento, y se refieren a formas cada vez más graves y
violentas de abuso a menores de edad cada vez más jóvenes”.
Del mismo modo, “la propagación de
pornografía en el mundo digital crece de forma vertiginosa. Se trata ya de un
hecho muy grave fruto de una pérdida general de sentido de la dignidad humana y
vinculado con frecuencia al mundo del tráfico de personas”.
“El fenómeno es todavía más dramático por el hecho
de que dicho material es ampliamente accesible también a los menores por medio
de internet y, sobre todo, por medio de los dispositivos móviles”.
El Papa advirtió de “las duras consecuencias
que se derivan sobre la psique y el comportamiento de los menores. Son
consecuencias que durarán para toda su vida con fenómenos de grave dependencia,
propensión a comportamientos violentos y relaciones emotivas y sexuales
profundamente turbadas”.
De hecho, “no basta con comprender, es
necesario actuar. La condena moral de los daños provocados a menores por el mal
uso de las nuevas tecnologías digitales debe traducirse en iniciativas
concretas y urgentes”.
Por ello, “es necesario encontrar un balance
adecuado entre el ejercicio legítimo de la libertad de expresión y el interés
social de asegurarse de que los medios digitales no se empleen para cometer
actividades criminales que dañen a los menores”.
Para ayudar a emprender medidas adecuadas para impedir los abusos, el
Papa Francisco pidió centrarse en dos puntos concretos.
En primer lugar, “las autoridades deben
poder actuar eficazmente sirviéndose de instrumentos legislativos y operativos
apropiados, en el pleno respeto del Estado de Derecho y del justo proceso, para
contrarrestar las actividades criminales que lesionan la vida y la dignidad de
los menores”.
En segundo lugar, explicó que las empresas tecnológicas “no pueden considerarse ajenas al empleo de los
instrumentos que ponen en manos de sus clientes”. “Sin la plena implicación de
la sociedad del sector, sin una plena conciencia de las repercusiones morales y
sociales de su gestión y de su funcionamiento, no será posible garantizar la
seguridad de los menores en el contexto digital”.
“Como sucede ya con el crecimiento de la
sensibilidad social en el campo ambiental o del respeto de la dignidad del
trabajo, así la atención a la protección eficaz de los menores y la lucha
contra la pornografía deben estar cada vez más presentes en las finanzas y en
la economía del mundo digital. El crecimiento seguro y sano de la juventud es
un desafío noble por el que vale la pena trabajar y vale mucho más que el mero
beneficio económico obtenido a riesgo de causar un mal a los jóvenes”.
El Papa Francisco finalizó su discurso defendiendo que “la creatividad y la inteligencia del hombre son
maravillosos, pero deben orientarse en la dirección positiva del bien integral
de la persona a lo largo de toda su vida desde su infancia”.
Redacción ACI Prensa
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