El Papa Francisco aseguró que la hipocresía es una
actitud que “el Señor no tolera”, Jesús “no soporta la hipocresía” porque “la
hipocresía es el lenguaje del diablo”.
El Pontífice habló así en la homilía de la Misa celebrada en la Casa
Santa Marta este martes 15 de octubre, en la que indicó que “la actitud hipócrita nace del gran mentiroso, del
diablo”. El diablo “es el gran hipócrita”.
En este sentido, insistió en que “el
lenguaje del mal que entre en nuestro corazón lo siembra el diablo. No se puede
convivir con gente hipócrita. A Jesús le gusta desenmascarar la hipocresía. Él
sabe que será esa actitud hipócrita la que le lleve a la muerte, porque el
hipócrita no piensa si emplea medios lícitos o no, solo va adelante. ¿La
calumnia? ‘Calumniemos’. ¿El falso testimonio? ‘Digamos falso testimonio’”.
El Santo Padre lamentó lo extendida que está la hipocresía. “El lenguaje hipócrita, no diré que sea normal, pero es
común, es algo cotidiano. Aparentar de un modo y ser de otro. En la lucha por
el poder, por ejemplo, las envidias, los celos, te hacen aparentar de un modo
de ser, y luego, por dentro, aparece el veneno para matar, porque la hipocresía
mata, siempre. Antes o después”.
Por ello, el Papa Francisco invitó a escapar de esta actitud. Para ello,
invitó al examen de conciencia, a acusarse uno mismo.
“Debemos aprender a acusarnos: ‘He hecho esto, he pensado de este modo, con malas
intenciones… He tenido envidia, quise destruir esto…’. Mirar en nuestro
interior y decirlo delante de Dios”, explicó
el Papa.
En su opinión, se trata de “un ejercicio
espiritual que no es común, no es habitual, pero debemos tratar de hacerlo:
acusarnos a nosotros mismos, mirarnos en el pecado, en la hipocresía, en la
maldad que hay en nuestro corazón”.
“Porque el diablo”, concluyó
el Papa regresando a su argumento inicial, “siembra
maldad. Por eso, debemos decirle al Señor: ‘¡Mira, Señor, cómo soy!’. Y decirlo
con humildad”.
A CONTINUACIÓN, LA
LECTURA COMENTADA POR EL PAPA FRANCISCO:
Lucas 11:37-41
37 Mientras hablaba, un fariseo le rogó que fuera a
comer con él; entrando, pues, se puso a la mesa.
38 Pero el fariseo se quedó admirado viendo que había
omitido las abluciones antes de comer.
39 Pero el Señor le dijo: «¡Bien! Vosotros, los
fariseos, purificáis por fuera la copa y el plato, mientras por dentro estáis
llenos de rapiña y maldad.
40 ¡Insensatos! el que hizo el exterior, ¿no hizo
también el interior?
41 Dad más bien en limosna lo que tenéis, y así todas
las cosas serán puras para vosotros.
Redacción ACI
Prensa
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