Mas a Yahvé vuestro Dios
serviréis, y él bendecirá tu pan y tus aguas; y yo quitaré toda enfermedad de
en medio de ti. (Éxodo 23.25)
Hay una gran diferencia entre sanidad divina y salud
divina. La primera hace referencia a la
intervención sobrenatural de Dios con el fin de sanar el cuerpo enfermo, la segunda es la bendición de caminar diariamente
saludables y libres de toda enfermedad a causa del poder protector de Dios.
Algunas personas reciben sanidad divina pero al tiempo nuevamente se enferman o
decaen. Tú puedes pedirle a Dios que te mantenga siempre sano y fuerte, que por
tus venas corra el influjo divino otorgándote salud y rejuvenecimiento
permanente.
Tener salud Divina es mantenerse sano mediante
el poder sobrenatural de Dios, todos los días. El Señor en su palabra promete
bendecir el pan que comemos y el agua que bebemos y además agrega que quitara
toda enfermedad de nuestro medio. Tenemos motivos más que suficientes y base en
las escrituras para vivir y disfrutar la salud divina. Tal vez has recibido
hace un tiempo un milagro, el toque sanador de Dios, pero ahora estás
nuevamente enfermo, o tal vez una nueva dolencia te afecta hoy. Dios no ha
cambiado y te ofrece sanidad y la salud que necesitas para caminar cada día en
bendición total. Recíbelas ahora.
Amado Señor: gracias te doy
por todas la veces que he recibido el toque sanador de tu mano sobre mí. Creo
sin lugar a dudas que así como me sanas, tienes el poder de mantenerme sano.
Imparte ahora por medio de tu Espíritu Santo, salud divina y rejuvenecimiento.
Estando sano y fuerte puedo ser útil a los que me rodean y servirte,
glorificando tu santo nombre, lo pido en el nombre de Jesús, amen.
Por Mario Serrano
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