China/Libertad religiosa
El gobierno chino
durante años ha recolectando órganos de minorías religiosas, étnicas y presos
de conciencia, dijo una organización de derechos humanos al Consejo de Derechos
Humanos de las Naciones Unidas.
(CNA) El gobierno
chino está recolectando órganos de minorías religiosas y étnicas, dijo una
organización de derechos humanos al Consejo de Derechos Humanos de las Naciones
Unidas en Ginebra el martes.
El Tribunal de China, que se
llama a sí mismo un «tribunal popular internacional independiente» que
investiga las denuncias de sustracción de órganos en el país, está dirigido por
Sir Geoffrey Nice QC. El tribunal dijo que encontraron evidencia de que en China continúan recolectando órganos de prisioneros políticos y
religiosos, a pesar de decir que detuvieron la práctica hace 4 años.
«La
sustracción forzada de órganos a presos de conciencia, incluidas las
minorías religiosas de Falun Gong y los uigures, se ha cometido durante años en
toda China, en escala significativa, y eso continúa hoy», dijo Hamid Sabi, abogado del
Tribunal de China, hablando en la reunión de la ONU.
El tribunal estimó que
«cientos de miles» de personas han sido utilizadas para extraer órganos,
incluidos corazones. Esto constituye crímenes de lesa humanidad, dijo Sabi, y
es equivalente al genocidio.
«Víctima por
víctima y muerte por muerte, cortar los corazones y otros órganos de
personas vivas, inocentes, inofensivas y pacíficas constituye una de
las peores atrocidades masivas de este siglo», agregó.
Aunque la donación y el
trasplante de órganos es «un triunfo científico y
social», Sadi dijo que la práctica en China de matar al donante es un
delito.
«Es la
obligación legal de los Estados miembros de la ONU y el deber de este consejo
abordar esta conducta criminal», dijo.
El gobierno en China admitió
en el pasado, que tomaba regularmente los órganos de los presos en el corredor
de la muerte y los usaba en trasplantes, pero dijo que dejaron de hacerlo en
enero de 2015. Según el Tribunal de China, es poco probable que sea cierto. El
tribunal dice que
ha habido una «explosión» de
trasplantes en China en
las últimas 2 décadas, así como un aumento de
«turistas en busca de trasplantes» que
viajan a China para comprar un órgano.
Estos números «sugieren una mayor cantidad de órganos que podrían
obtenerse solo de delincuentes ejecutados», dice el sitio web del
Tribunal de China. Estos datos, junto con los informes de los presos, llevan al
Tribunal a concluir que los «presos de conciencia», que han sido detenidos sin
otra razón que su fe o grupo étnico, están siendo asesinados para suministrar
órganos para la industria del tráfico de órganos del país.
Entre los grupos detenidos en
masa en China se incluyen musulmanes uigures, tibetanos, practicantes de Falun
Gong y personas que tienen «iglesias en sus casas» subterráneas
que no son reconocidas por el gobierno.
El martes, el subsecretario de
Estado John Sullivan habló en la Asamblea General de la ONU y exigió una
investigación sobre los presuntos abusos contra los derechos humanos en la
provincia de Xinjiang. Xinjiang alberga a la mayoría de la población uigur del
país.
«La ONU debe
buscar el acceso inmediato sin obstáculos y sin supervisión a Xinjiang para el
Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos», dijo Sullivan. «Las Naciones Unidas, incluidos sus estados miembros,
tienen la responsabilidad de defender los derechos humanos de las personas en
todas partes, incluidos los musulmanes en Xinjiang».
Sullivan agregó que es
imperativo que la ONU trabaje para continuar monitoreando a China por los
abusos de los derechos humanos, especialmente «la
represión de la libertad y las creencias religiosas».
Se estima que 1.000.000 de
uigures, miembros de un grupo etno religioso musulmán, han sido detenidos en
campos de reeducación en la Región Autónoma Uigur de Xinjiang, una región en el
noroeste de China que es aproximadamente del tamaño de Irán.
Según los informes, dentro de
los campos son sometidos a trabajos forzados, torturas y adoctrinamiento
político. Fuera de los campamentos, los uigures son monitoreados por fuerzas
policiales y por tecnología de reconocimiento facial.
El gobierno chino ha dicho que
los informes sobre los campos del gobierno y los medios occidentales son
infundados, alegando que son centros de formación profesional y que están
combatiendo el extremismo.
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