Misa por las fiestas en honor a San Ramón Nonato
El arzobispo de
Buenos Aires, cardenal Mario Aurelio Poli, celebró el 31 de agosto la misa
central de las fiestas patronales en honor de San Ramón Nonato, del barrio
porteño de Villa Luro, donde valoró que a los devotos los motive el hecho de
celebrar la vida de sus hijos o de las esperanzas que llevan en su corazón.
(Aica) El cardenal indicó que «en este día en que celebramos la vida junto a
San Ramón quiero hablarles del amor de Dios, y
quiero hablarles con las palabras de papa Francisco. Ustedes saben que el
estuvo varias veces aquí. Le gustaba venir también a San Ramón, como a todos
los santuarios. Y entonces, todos los que lo escucharon aquí lo recuerdan con
mucho cariño».
El purpurado porteño citó la
exhortación postsinodal «Vive Cristo», en la
que el pontífice dice que «hay una verdad muy
grande que no podemos desconocer. Y la primera verdad del cristiano que celebra
la vida es esta: Dios es amor y te ama. Dios te ama».
«En cualquier
circunstancia de la vida. Donde te encuentres. Esperando al hijo que todavía
no viene, ya embarazada y con el temor de tenerlo, ante las
enfermedades de los hijos. Recuerden que Dios nos ama. Que Él siempre quiere la
vida», sostuvo.
El primado argentino
invitó a confiar en el amor a Dios, al subrayar:
«Su amor, el
amor por la vida de cada uno de nosotros, el amor que estás engendrando, el
amor de la vida que estás esperando es incondicional, gratuito. Y tampoco lo
podemos decir así, es porque hemos hecho algo para merecerlo. Es el amor del
Señor un amor de todos los días. Discreto y respetuoso. Amor de libertad y para
la libertad. Amor que cura y que levanta».
«Es el amor del
Señor que sabe más de levantadas que de caídas, de reconciliación que de
prohibición, de dar nueva oportunidad que de condenar, de futuro que de pasado.
¿Por qué? Sencillamente porque Dios nos ama. Dios te ama», sostuvo.
El cardenal Poli pidió
recordar que «la vida siempre vale la pena. Toda
vida vale. Porque es de Dios. Porque es un milagro. Porque es un acontecimiento
de su misericordia, su amor. Porque la Virgen dijo sí, entró la vida a
este mundo. Él quiso ser uno de tantos, y entonces nos enseñó no
solamente el misterio de la vida sino el camino de la vida».
«El camino
de la vida comienza en la concepción y termina cuando Dios quiere. Pero no termina
nunca. Estamos con Dios. Por eso hoy celebrando esta gracia que Dios nos regala
en San Ramón vamos a decirle sí siempre a la vida. Porque la vida se espera con
amor», afirmó.
«¿De qué amor
hablamos? Del amor infinito de Dios que se reparte en el corazón de sus hijos y
sus hijas. Porque el deseo de todo cristiano y de toda cristiana es amar como Dios nos ama.
Devolverle un cachito apenas, un poquito de ese infinito amor que Dios nos
tiene a cada uno de nosotros», concluyó.
El lema de la fiesta de este
año fue «Junto a San Ramón celebramos la vida» y
durante todo el día hubo bendiciones a embarazadas, a niños y a quienes anhelan
tener un hijo. También hubo bendición de las manos de obstetras y parteras en
su día.
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