El P. José Ruy Correa tiene 34 años, es brasileño y
cada mes recorre los 400 kilómetros que separan las ciudades de Pamplona y
Madrid para atender espiritualmente a la comunidad de brasileños católicos que
viven en la capital de España.
Según explicó a ACI Prensa, el P. Correa descubrió
su vocación sacerdotal cuando, en la oración, pedía al Señor que mandara
atención pastoral a su ciudad.
“En mi ciudad había una presencia religiosa muy escasa,
allí no había sacerdotes y se celebraba la Misa una vez al mes. Cuando me
preparaba para recibir la Primera Comunión sentí una primera llamada a ser
sacerdote, pero me aparté de la Iglesia. Con 15 años volví gracias a un grupo
de jóvenes de la Renovación Carismática. Rezando le pedía al Señor que hiciera
algo, que nos enviara sacerdotes para atendernos. El Señor me hizo entender que
yo podía ser parte de la solución y entré al seminario de mi diócesis, Nueva
Friburgo, con 17 años”, explicó.
Durante su tiempo de seminarista en Brasil cursó la licenciatura de
Filosofía y después fue enviado por su obispo para que estudiara la
licenciatura de Teología en la Universidad de Navarra (España).
“Terminé de estudiar en la Universidad de Navarra
en el año 2010, salí del seminario ordenado diácono y volví a mi diócesis de
Nuevo Friburgo, en Brasil, para trabajar en lo que fuera necesario y ordenarme
sacerdote. Estos últimos cinco años he sido rector del seminario diocesano y el
año pasado mi obispo me envió de nuevo a España para especializarme en Teología
Histórica”, explicó a ACI Prensa.
El P. Correa ha podido realizar sus estudios gracias al Centro Académico Romano Fundación (CARF) que
proporciona becas a sacerdotes de diócesis con escasos recursos que quieren
formarse en las Universidad de Navarra o en la Pontificia de la Santa Cruz, en
Roma.
El P. Correa llegó a España de nuevo en septiembre de 2018 dispuesto a
invertir todo su esfuerzo y capacidad en estudiar la especialización, pero no
sabía que Brasil seguiría más cerca de él de lo que se podía imaginar.
“Un amigo en común me puso en contacto con Rosa y
Mario, el matrimonio que coordina a la comunidad de brasileños católicos que
viven en Madrid. Yo tenía previsto estar en la ciudad unos días en diciembre y
ellos me invitaron a que les celebrara la Misa en portugués pocos días antes de
la Navidad. Yo accedí encantado”, precisó.
Según recuerda, el primer encuentro con esta comunidad fue “precioso, increíble”.
“Fui para celebrarles la Misa en portugués y en la
iglesia había más de 200 personas. Después me senté para confesar a una persona
y enseguida se formó una gran fila para poder confesarse en portugués. Al día
siguiente hicieron una representación de la Navidad y de nuevo se volvió a
formar una gran cola para confesarse… Fue muy bonito”.
Emocionado por la gran acogida, el P. Correa habló con Rosa y Mario y
les dijo que él quería seguir visitándolos, “aunque
sólo fuera una vez al mes” para continuar ayudando a sus compatriotas en
España. Y así fue.
Desde entonces, una vez al mes el P. Correa toma el autobús en Pamplona
y recorre los 400 kilómetros que separan esta ciudad del norte de España de
Madrid.
“El sábado estoy disponible para la confesión y la
dirección espiritual y después les celebro la Misa. El domingo también estoy
disponible para quien quiera confesarse y a las 4 de la tarde tomo el autobús
de vuelta a Pamplona. Ahora estoy intentando venir dos veces al mes porque con
un solo fin de semana no logro atender a todos los que lo requieren”, explicó a ACI Prensa.
Rosa y Mario son también una parte fundamental en la pastoral brasileña
en Madrid, ya que ellos coordinan desde hace unos cuatro años varios grupos del
rezo del Rosario en la parroquia de San José Obrero de Madrid.
Actualmente hay más de 24 grupos que se reúnen una vez al mes para rezar
el Rosario en casas particulares de brasileños y también mensualmente toda la
comunidad se reúne para celebrar la Misa en portugués.
“Esta comunidad de brasileños en Madrid, cuando se
acerca algún tiempo litúrgico ‘fuerte’, como puede ser el Adviento, la Navidad,
la Cuaresma o Semana Santa, suelen hacer un día de retiro espiritual, con la
celebración de la Misa, oración, confesiones y demás, y eso requiere a un
sacerdote que esté disponible”, asegura.
El P. Ruy también explica que su función es la de “facilitar la vuelta a la fe” para que después
estos brasileños se integren en las parroquias que les corresponden.
“Hay quienes vuelven a la fe después de mucho
tiempo, amigos que invitan a otros amigos brasileños que les cuesta más hablar en
español o entenderse con un sacerdote de España, porque sí hay un cambio
cultural. Mi función es facilitar esa reintegración en la fe, porque
lo normal es que en las semanas que yo no estoy, ellos vayan a las misas en sus
parroquias”, afirma.
Asegura que se trata de “familias muy
trabajadoras”, personas que “intentan poner
a Dios en el centro de su vida, de convertirse, de fortalecer su fe. Veo
milagros en primera persona, por ejemplo durante este curso he realizado al
menos 10 santificaciones matrimoniales de parejas que estaban casadas por lo
civil y que han decidido casarse por la Iglesia y volver a la fe. Y ahora
caminan con un fervor, con un ánimo realmente increíble”.
POR BLANCA RUIZ
| ACI Prensa
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