Se vota el domingo 4 de agosto
División del
episcopado. El Cardenal Sturla expresó su postura mediante una carta, en la que
dejó en claro que no concurrirá a votar y que dejará que «cada católico con
madurez y libertad decidirá lo que le parezca más oportuno», la mayoría de los
obispos sí votará.
(InfoCatólica/Aica) El próximo 4 de agosto los
uruguayos irán a las urnas para decidir si quieren un referéndum que derogue
la Ley para Personas Trans aprobada en el parlamento el pasado mes de
octubre. Una normativa que reconocía privilegios a un colectivo de unas 1.000
personas. Si un 25% del padrón electoral, unas 650.000 personas, vota a favor,
se llevará a cabo la consulta. Esta nueva campaña se produce después del largo
y tenso debate que llevó a la aprobación de la ley.
OPOSICIÓN DE LA CONFERENCIA EPISCOPAL
La Iglesia en Uruguay ya valoró este proyecto de ley en mayo de 2018:
«Aprovechando la
discriminación que sufre un determinado grupo, se está pretendiendo alterar
todo el tejido social fraterno creado por nuestra sociedad
democrática y consagrado en nuestra Constitución», decía el texto. La comisión de
Familia y Vida de los obispos uruguayos criticaba las definiciones de género de
la propuesta legal y añadía: «la ciencia y la
común experiencia, en oposición a las afirmaciones
anteriores, enseñan que el sexo biológico es independiente de toda
ley y de toda convención humana».
CARDENAL STURLA
«Estoy en
contra de varios artículos de la ley porque están basados en la ideología de
género y establecen una disociación género-sexo que es incompatible con el
sentido común y con la antropología cristiana. Pero la ley ampara a un
pequeño grupo de personas que han sido
discriminadas y ellas merecen por esta situación ser tenidas especialmente
en cuenta», expresó el
arzobispo de Montevideo, Uruguay, cardenal Daniel Sturla SDB, en referencia al
prerreferéndum por la ley trans que se votará en el país el domingo 4 de
agosto.
El purpurado uruguayo expresó
su postura mediante una carta, en la
que dejó en claro que no concurrirá a votar y que dejará que «cada católico con madurez y libertad decidirá lo que le
parezca más oportuno».
El arzobispo fundamentó su
postura en que se debe «buscar otros caminos para
poder cambiar los artículos de la ley» y «atender
y reparar la situación de discriminación que han sufrido las personas trans».
OTROS OBISPOS SE POSICIONAN A FAVOR DE LA DEROGACIÓN
A diferencia del cardenal
Sturla, otros prelados uruguayos confirmaron que concurrirán
a votar.
Uno de ellos fue el obispo de
Minas, monseñor Jaime Fuentes, quien aseguró a que votará
por el prerreferéndum porque no está de acuerdo con
los «fundamentos antropológicos» que propone la Ley sobre identidad de género.
«No tengo nada
contra las personas trans pero votaré porque no estoy de acuerdo con los
fundamentos de la concepción antropológica de la Ley, con la concepción de qué
es el ser humano, qué es la sexualidad».
Por su parte, el obispo de
Canelones, monseñor Alberto Sanguinetti,
confirmó que también concurrirá a votar en el prerreferéndum para derogar la
ley de personas trans. Fundamentó su posición al indicar que la Ley impone la
ideología de género y no soluciona la problemática de la personas trans.
«El sufrimiento
de las personas trans es terrible y tienen un alto índice de suicidio, pero no
creo que se arregle porque se haga la cirugía», dijo en su momento, y afirmó que esto «no se
arregla por ley» sino «uno por uno».
En tanto, monseñor Arturo Fajardo, obispo de San José, señaló que aún no tiene
claro si concurrirá a votar o no, y que tomará la decisión en el correr de la
semana. «Voy a volver a leer el texto, tengo que
estudiar mejor el tema», dijo.
«Por el momento
puedo confirmar que no estoy de acuerdo con algunos aspectos de la Ley, que los
veo negativos, como los de ideología de género. Hay elementos que hay que
respetar mucho, por ejemplo el de la patria potestad de los padres, quienes son
los responsables de la educación en lo que respecta a la sexualidad. El
artículo primero es el que me parece que tiene más elementos que me preocupan
más», agregó, a
la vez que aclaró que «no es un tema de
discriminación». «Es un grupo que ha sufrido mucho, hay que atenderlo e
integrarlo a la sociedad, facilitarles el acceso al trabajo y a la educación»,
puntualizó.
La decisión de los obispos
Fuentes y Sanguinetti va en línea con lo expuesto por la Comisión de Familia y
Vida de la Conferencia Episcopal del Uruguay cuando el 18 de julio, en un
comunicado se manifestó a favor de votar.
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