miércoles, 10 de julio de 2019

COLOMBIA CELEBRÓ LOS 100 AÑOS DE LA CORONACIÓN DE LA VIRGEN DE CHIQUINQUIRÁ


La imagen lleva 432 años presente en esa tierra
Concluye así el año Jubilar liderado por la Orden de Predicadores –guardianes del Santuario y del milagroso lienzo–, con diversas manifestaciones de fe que han congregado a un significativo número de devotos de la Virgen de Chiquinquirá, particularmente entre el 6 y 9 de julio.
(Agencias/InfoCatólica) Además de ser una de las advocaciones más importantes de Colombia, la Virgen del Rosario de Chiquinquirá, es un referente histórico y cultural para el país, pues la imagen renovada lleva 432 años presente en estas tierras.
MARÍA: EJEMPLO DE PERSEVERANCIA EN LA FE
Con una misa multitudinaria, el 6 de julio comenzaron los festejos por los 100 años de la coronación de la Virgen de Chiquinquirá, Patrona de Colombia, tal como han informado los organizadores de la programación compartida en la página web del Santuario.
Más de 70 obispos del país, autoridades civiles, militares, policías y cientos de fieles participaron de la eucaristía, que fue presidida por monseñor Óscar Urbina, presidente de la Conferencia Episcopal de Colombia (CEC). La misa se celebró en la basílica de Nuestra Señora del Rosario de Chiquinquirá.
«María, hoy de nuevo, como en el silencio al pie de la cruz en el calvario, ante el inmenso dolor de la muerte de su hijo, no pierde la fe en el Dios de la vida. Si tienen fe, como un pequeño grano de mostaza, moverán montañas», dijo monseñor en su homilía.
DOMINICOS: CUSTODIOS DE LA VIRGEN DE CHIQUINQUIRÁ
Por la tarde se realizó el descenso del lienzo con la imagen de la Virgen para que pudiera ser venerada por los feligreses y fue llevada en procesión, por una escolta, a través de las calles de la ciudad.
Los dominicos que custodian la sagrada imagen de la Virgen de Chiquinquirá recuerdan que en 1908 el provincial, Fray Vicente María Cornejo, y el Prior del Santuario, Fray José Ángel Lambona, con la recomendación de la Conferencia Episcopal de Colombia, pidieron a la Santa Sede la coronación canónica.
CORONACIÓN DE LA PATRONA
La petición fue despachada favorablemente el 9 de enero de 1910 por el Capítulo de la Basílica Vaticana. El Papa San Pío X firmó el decreto que fue enviado a Mons. Eduardo Maldonado Calvo, Obispo de Tunja, quien dispuso la coronación para el 9 de julio de 1919, día consagrado por el clero colombiano para honrar a la Madre de Dios.
Como preparación para esa fecha, los dominicos realizaron una extensa peregrinación con una copia del cuadro de la sagrada imagen por Boyacá, Santander, Cundinamarca, Caldas, Huila, Tolima y Antioquia.
La coronación se realizó en la Plaza de Bolívar de Bogotá el 9 de julio de 1919. En presencia del Nuncio Apostólico y del presidente de Colombia, Mons. Maldonado tomó las coronas y las puso en las cabezas del Niño y de la Virgen, mientras decía: «Así como hoy os coronamos en la tierra, así merezcamos ser coronados en el Cielo».
DISCURSO DEL PRESIDENTE IVÁN DUQUE
Para la conmemoración asistieron al Santuario de Chiquinquirá, en el departamento de Tunja, diversas autoridades eclesiales y civiles, como el presidente de Colombia, Iván Duque. Antes de iniciar la Eucaristía, el mandatario dirigió unas palabras a los miles de fieles presentes.
«Vengo esta mañana como un peregrino. Vengo a rendirle honor a la Patrona de nuestro país, a esta maravillosa Virgen que ha iluminado a Colombia en todos los momentos, los de alegría, los difíciles, pero siempre ha sabido guiar a esta nación por la senda del bien y en medio de las adversidades», dijo Duque.
El presidente expresó su deseo para que «surja una Colombia de fe, una Colombia grande, una Colombia de gente buena que hoy viene a rendirle tributo a su Virgen, a su Patrona, a esta Virgen de Chiquinquirá que está presente en el corazón de toda la nación».
«Vengo a pedirle a nuestra Patrona que ilumine a aquellos que han estado en el camino errático de la violencia, para que dejen ese camino oscuro y vean el destino de la legalidad y el destino de la concordia como la única forma de construir una verdadera y genuina paz en todo el territorio», continuó.
Tras alentar al cuidado de la casa común como un camino para el desarrollo, el presidente pidió a la Patrona de Colombia «que siembre en cada hogar de nuestra Patria un sentido de respeto fraterno y de devoción por la familia como núcleo de la sociedad para que no tengamos más niños víctimas para que no veamos más abusos en la tierna niñez arrebatando su inocencia, para que logremos que desde la familia colombiana sembremos los valores que deben perdurar en el tiempo».
Luego de pedirle a la Virgen «100 años más de protección para todos los colombianos», el presidente terminó su intervención con una oración que elevó a la Madre de Dios.
EL CARDENAL BRASILEÑO RAYMUNDO DAMASCENO ASSIS, ENVIADO ESPECIAL.
Al iniciar la Misa, el Nuncio Apostólico en Colombia, Mons. Luis Mariano Montemayor, leyó la carta con la que el Papa Francisco nombró al Cardenal Damasceno como su enviado especial para esta celebración.
«Fomentamos de corazón el culto a la Virgen Maria y gustosos apoyamos las iniciativas que en todo el mundo surjan para aumentar la piedad a la Madre de Dios. Insigne monumento de esta piedad hacia ella es el Santuario Nacional edificado por los católicos en honor de Nuestra Señora de Chiquinquirá en Colombia y visitado por multitud de peregrinos a lo largo de los siglos, albergue de la milagrosa imagen de la Patrona de Colombia que nosotros mismos hace dos años hemos venerado en Bogotá», señala el Santo Padre en su carta.
En su carta, el Pontífice pide al Cardenal que promueva entre los fieles la «asidua recitación del Rosario y la constante devoción a la Santa Madre de Dios para que ella obtenga de nuestro señor Jesucristo una vida recta, un acatamiento de la voluntad divina, la paz, la reconciliación, la capacidad de perdonar, la pacífica convivencia con todos y la confianza en el cumplimiento de las promesas divinas».
LA HOMILÍA DEL CARDENAL DAMASCENO
«Al saludar con afecto quiero de modo especial manifestar mi más sincero sentimiento de unidad a cada uno de los devotos, en la experiencia genuina de su fe, que vienen a este noble santuario para celebrar los 100 años de la coronación», dijo el Cardenal Damasceno en su homilía este 9 de julio.
«Así como Dios me concedió la gracia de ser el Arzobispo de Aparecida en Brasil, donde convivía con los devotos de Nuestra Señora Aparecida, Patrona y Reina del Brasil, hoy así me siento aquí en Chiquinquirá, un peregrino que ha venido a celebrar la Eucaristía y a rezar el Rosario con ustedes, queridos devotos de la Virgen del Rosario de Chiquinquirá».
El Cardenal brasileño dijo que «muchas veces rezar el Rosario en familia o en comunidad es bastante difícil, pero quiero decirles que los efectos que esta oración causa en nosotros son de incalculable beneficio».
«Detenernos un poco para rezar el Rosario nos ayuda a superar las situaciones difíciles que enfrentan nuestros tiempos», subrayó.
«El rezo del Santo Rosario hace de nosotros personas mucho más contemplativas. Así lo diría San Juan Pablo II (en 1978): ‘El Rosario es mi oración predilecta, oración maravillosa en su profundidad’. Tomemos confianza y en las manos el Rosario, descubriendo nuevamente la Escritura, en armonía con la liturgia en el contexto de la vida cotidiana».
El Cardenal agradeció a los dominicos que administran el Santuario de la Virgen de Chiquinquirá, por hacerlo «un lugar de esperanza para Colombia. Se han dedicado a propagar esta bella devoción como un espacio para los pobres, los simples y los pequeños».
«Como enviado del Santo Padre Francisco, quiero consagrar a esta nación a la Virgen de Chiquinquirá. ¡Cómo no detenernos delante de esta imagen y suplicarle que siga sustentando y fortaleciendo al pueblo colombiano!», expresó.
El Arzobispo Emérito de Aparecida dijo que al celebrar este 2019 «el bicentenario de la independencia de Colombia podemos regocijarnos en el Señor por este tiempo de gracia y júbilo. Podemos expresar que construir la paz es un verdadero motivo de encuentro fraterno y solidario; y para ello necesitamos de la ayuda de María nuestra Madre».
Luego de dar la bendición apostólica, el Cardenal Damasceno alentó a pedir «que la Virgen Santa de Chiquinquirá nos cubra con su manto y nos ayude a rezar como lo hacemos ahora».

No hay comentarios:

Publicar un comentario