¡Venga a nosotros tu Reino!
Más de 12 mil
personas han participado esta mañana en la solemne Misa y renovación de la
consagración de España al Sagrado Corazón de Jesús en el Monumento y explanada
del Cerro de los Ángeles, en Getafe, Madrid.
(ACI/InfoCatólica) Más de 12 mil personas se
reunieron en el Cerro de los Ángeles, en Getafe, para participar en la
celebración de la renovación de la consagración de España al Sagrado Corazón de
Jesús, que comenzó con la celebración
de una Misa presidida por el Cardenal Carlos Osoro, Arzobispo de Madrid,
qué proclamó: «Sagrado Corazón de Jesús, en Ti
ponemos nuestra vida y la de España», y en la que concelebraron el
Nuncio de Su Santidad, Mons Renzo Fratini, y 4 cardenales y 14 obispos.
Al comienzo de la eucaristía,
el nuncio Fratini leyó la carta enviada por el Papa a través del secretario de
Estado, Pietro Parolin. En ella, Francisco animó a los presentes a ser
«testigos» del Evangelio «de modo que sea conocido
y amado para reinar en los corazones de los hombres, en los hogares y distintos
lugares de la sociedad».
Mons. Ginés García Beltrán,
obispo de Getafe, agradeció la numerosa presencia de fieles y recordó que
durante este año jubilar que la Santa Sede concedió a la Diócesis con motivo
del centenario de la consagración de España al Sagrado Corazón de Jesús «un verdadero rio de gracia se está derramando en este
lugar» y destacó que han sido «miles» los peregrinos que se han acercado hasta
el santuario del Cerro de los Ángeles «buscando el encuentro con el Señor».
«La imagen del
Corazón de Jesús abre los brazos para acoger a todos, el abrazo del amor de
Dios a la humanidad, creada a imagen de Dios pero herida del pecado», aseguró el Obispo de Getafe.
Por eso recordó que «la historia de estos 100 años
no ha sido fácil, muchas cosas han cambiado, otras las hemos destruido pero
siempre permanece el amor de Dios que representa el corazón de Cristo» y destacó que este centenario es «un
acontecimiento renovador y misionero, por eso nos volvemos a Él para aprender
la lógica de su Corazón porque el momento presente requiere evangelizar desde
el corazón».
«La celebración
de este año jubilar es la invitación de seguir transmitiendo a los niños y
jóvenes el amor y devoción al Sagrado Corazón de Jesús, enseñarles que hay
alguien que los ama más allá de sus pecados o debilidades, es darles la llave
de la dicha y la felicidad», afirmó Mons. García Beltrán.
También aseguró que la
renovación de la consagración un «acto de
confianza» que es «volver a decir desde lo
más profundo de nuestro ser: ‘Sagrado Corazón de Jesús, en Vos confío’».
El Nuncio en España, Mons.
Renzo Frattini leyó un mensaje enviado por el Papa Francisco en el que animó a
ser «testigos de la presencia viva de Cristo en
medio de nuestro mundo, de modo que pueda ser conocido y amado y reinar en el
corazón de los hombres, los hogares, los diferentes ámbitos de la sociedad».
SANTA MISA Y CONSAGRACIÓN
Durante la homilía, el Mons.
Ososro recordó que “al renovar el centenario de la
consagración de España al Corazón de Jesús asumimos la misión de hacer presente su rostro”.
De este modo, afirmaba que "el Corazón
de Cristo nos muestra la realidad de Dios y la del hombre y que desea vivir en
Verdad y no negociar con la Verdad, sin acomodarse a las
circunstancias”.
“Qué grande es
este Dios que sale a nuestro encuentro, que habla nuestro lenguaje y comparte
nuestras preocupaciones”, aseguró y recordó que “somos el pueblo de
Dios y este pueblo que camina en España quiere renovar y consagrar España una
vez más al Corazón de Jesús”.
La renovación de la
Consagración de España al Sagrado Corazón de Jesús y la celebración de un Año
Jubilar para la diócesis de Getafe (España) tiene su origen el primer
centenario de la consagración de España que realizó el 30 de mayo de 1919 el
Rey Alfonso XIII en el Cerro de los Ángeles donde se encuentra el santuario del
Sagrado Corazón de Jesús.
Con motivo de este centenario,
la Santa Sede concedió a la Diócesis de Getafe un Año Jubilar que comenzó el 2
de diciembre de 2018 y que culminará el 24 de noviembre.
AL FINALIZAR SE
RECITÓ POR TODOS LOS ASISTENTES LA ORACIÓN DE CONSAGRACIÓN CON LA QUE SE
RENOVABA LA CONSAGRACIÓN DE ESPAÑA AL CORAZÓN DE JESÚS:
Señor
Jesucristo, Redentor del género humano, Sacerdote eterno y Rey del Universo: nos
dirigimos a tu Sacratísimo Corazón con humildad y confianza, con reverencia y
esperanza, con profundo deseo de darte gloria, honor y alabanza.
Señor
Jesucristo, Salvador del mundo, al cumplirse el centenario de la consagración
de España a tu Sagrado Corazón, los fieles católicos volvemos a postrarnos en
este lugar donde se levanta este trono de tus bondades, para expresar nuestra
inmensa gratitud por los bienes innumerables que has derramado sobre este
pueblo de tu herencia y de tus predilecciones.
Señor
Jesucristo, Hijo de Dios Vivo, te alabamos por el amor que has revelado a
través de tu Sagrado Corazón, el cual, traspasado por nosotros, es fuente de
nuestra alegría
y manantial del que brota la vida eterna.
y manantial del que brota la vida eterna.
Reunidos
en tu Nombre, que está por encima de cualquier otro nombre, renovamos la
consagración que fue hecha aquí hace cien años a tu Sacratísimo Corazón, en el
cual habita la plenitud de la verdad y la caridad.
Al
renovar la consagración de España, los fieles católicos expresamos nuestro
ferviente deseo de corresponder con amor a la rica efusión de tu misericordia, impulsando,
en comunión con toda la Iglesia, una nueva etapa evangelizadora marcada por la
alegría del Evangelio.
Cuando
la Iglesia nos llama por la voz del Sucesor de Pedro a impulsar una nueva evangelización,
concédenos salir valerosos al encuentro de las heridas de nuestros
contemporáneos para llevar a todos el bálsamo de la misericordia que brota de
tu Corazón traspasado.
Que
a todos anunciemos con mansedumbre y humildad: ¡sus heridas nos han curado! Venga,
pues, a nosotros Vuestro Santísimo Reino, que es Reino de justicia y de amor.
Reinad
en los corazones de los hombres, en el seno de los hogares, en la inteligencia
de los sabios, en las aulas de las ciencias y de las letras, y en nuestras
leyes e instituciones.
Concédenos
permanecer siempre junto a María, Madre tuya y Madre nuestra, como en la
víspera de Pentecostés, para que el Espíritu Santo produzca un profundo rejuvenecimiento
de la fe en España.
Que
nuestro pueblo, tierra de María, sepa recibir y custodiar los frutos santos de
su herencia católica para que pueda hacerlos crecer afrontando con valentía los
retos evangelizadores del presente y del futuro.
Líbranos
del maligno y llévanos a participar en la victoria de tu Sagrado Corazón.
Que
al consagraros nuestra vida, merezcamos recibir como premio de ella el morir en
la seguridad de vuestro amor y en el regalado seno de vuestro Corazón adorable.
¡Que todos proclamemos y demos gloria a Ti, al Padre y al Espíritu Santo, único
Dios que vive y reina por los siglos de los siglos! Amén.
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