Aplicando “la razón y la ciencia” y recordando la
enseñanza de la Iglesia Católica, el físico mexicano Adolfo Orozco Torres,
investigador del Instituto de Geofísica de la Universidad Nacional Autónoma de
México, advirtió sobre los peligros de los juegos “de adivinación”, como la
lectura de cartas y la ouija, y explicó las 3 causas que llevan a algunos a
creer en estas prácticas.
Entrevistado por el semanario católico Desde la Fe, de la Arquidiócesis
Primada de México, Orozco Torres, también Presidente del Centro Mexicano de
Sindonología, lamentó que “muchas personas de buena
voluntad, que se acercan a estas prácticas condenadas por la Iglesia, ya que
van en contra del primer mandamiento, pensarán que estoy exagerando, pero solo
estoy repitiendo con mis palabras las enseñanzas de la Iglesia, y aplicando la
razón y la ciencia”.
1. “UNA CREDULIDAD
INFANTIL”
El científico mexicano señaló que la primera razón por la que las
personas creen en estas prácticas “es una
credulidad infantil en la existencia de hadas, duendes y seres míticos”.
Esta, dijo, es “una idea proveniente de los
más lejanos y oscuros inicios de la humanidad y de la razón, que sobrevive en
un sustrato de la mente cuando ésta no está ilustrada o no ha aprendido a
razonar correctamente”.
2. “ESTAFADORES
PROFESIONALES”
La segunda razón por la que persisten estas prácticas, señaló, “es la abundancia de estafadores profesionales que viven
de esquilmar a las personas diciéndoles las cosas que quieren oír, o bien las
que están predispuestas a aceptar”.
“Así, si a una mujer celosa le dicen ‘Sí, tu
marido, sí te engaña’, es una ‘adivinación’ que le acomoda bien, aún sus
efectos devastadores, que incluso pueden desembocar en dramas terribles”, advirtió.
3. “LOS ENGAÑOS DEL ‘PADRE
DE LA MENTIRA’”
“Aquí es donde nos encontramos con cosas como el
llamado New Age, así como las múltiples y variopintas formas de ‘sanación’ o
‘purificación’, como el hecho de ir el 21 de marzo a llenarse de energía a las
pirámides u otros ‘centros energéticos’”, dijo
Orozco Torres señaló que otras de estas prácticas sancionadas por la
Iglesia son “el ‘juego’ de la Ouija, o el de los lápices cruzados,
pasando por todas las formas de adivinación, las curaciones hechas por brujos,
las operaciones quirúrgicas hechas mediante la imposición de manos, la
predicción a partir de las constelaciones familiares, y otras más que no son
más que engaños del ‘padre de la mentira’, como llamó Jesús al demonio, quien
tiene en todo esto un propósito específico”.
El Presidente del Centro Mexicano de Sindonología recordó que existen
dos tipo de manifestaciones, las naturales y las sobrenaturales.
“Las primeras se refieren a cualquier fenómeno o
acontecimiento producto de la interacción de las diferentes fuerzas u objetos
naturales; mientras que las sobrenaturales son fenómenos en que se producen
efectos que sobrepasan las potencialidades propias de la naturaleza, como la
Resurrección de Cristo, o como el hecho de que una persona se pueda pasar diez
años alimentándose exclusivamente de la Eucaristía”.
Una tercer tipo es el “preternatural”, que
el famoso teólogo José Antonio Fortea define en su libro Summa Daemoniaca
como “la actuación que va más allá del obrar de la
naturaleza del universo material. Lo que es fruto de la actuación de una
naturaleza angélica o demoníaca es preternatural. La palabra proviene de
praeter naturam, más allá de la naturaleza”.
Orozco Torres destacó que los demonios llenan la práctica “New Age” y adivinatoria con su mensaje de que “tú puedes hacerlo, tú eres tu propio dios, tú tienes
potencialidades escondidas o dormidas, que puedes despertar y tomar la rienda
de tu destino”.
“¡Mucho cuidado! –dijo–. Solo hay un pastor y un camino, el que nos señala y nos
da la vida verdadera: Cristo”.
Redacción ACI
Prensa
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