«Cualquier intento de persuadir a la joven se
considerará violencia familiar»
Un juez de la
provincia canadiense Columbia Británica sentenció que un padre no puede impedir
que los médicos inyecten testosterona a su hija de 14 años, que quiere
cambiarse de sexo.
(LSN/InfoCatólica) El juez Gregory Bowden
dictaminó que la adolescente,
identificada como A.B., entiende los riesgos que implica recibir
testosterona, pero a su vez indicó que podría intentar suicidarse nuevamente si
el tratamiento se pospone.
«La totalidad de
la evidencia con respecto a las necesidades médicas de A.B. . . me lleva a la conclusión de que su tratamiento hormonal no
debería demorarse más», escribió Bowden en su sentencia.
El magistrado indicó que «si bien el padre
de A.B. no da su consentimiento al tratamiento, estoy convencido de que el consentimiento de A.B. es suficiente
para que el tratamiento continúe».
También dictaminó que A.B. «sea tratado como hombre
e identificado por su nombre elegido en todos los procedimientos legales, pues
se le permitirá cambiar su nombre legal
sin la necesidad de consentimiento de sus padres». La adolescente tiene
derecho absoluto «a dar su consentimiento para
recibir tratamiento médico por su disforia de género».
Además, advierte el juez
Bowden «cualquier
intento de persuadir a A.B a abandonar el tratamiento o referirse a A.B. como
niña usando pronombres femeninos se
considerará violencia familiar en virtud de la Ley de derecho de
familia».
«El padre está decepcionado. Tiene la
intención de apelar. Cree que su hija no comprende los riesgos y las
consecuencias del tratamiento de transición de género y el daño que puede
sufrir», dijo su
abogado Herb Dunton al National Post.
«El padre cree
que no se le ha escuchado en el proceso», añade el abogado.
La sentencia, si se confirma,
puede sentar un precedente para futuros casos, en los que la patria potestad de los padres será
aniquilada para quedar en manos del Estado.
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