En la homilía de la Celebración Penitencial por la
Jornada “24 Horas Para el Señor” en la Basílica de San Pedro, el Papa Francisco
explicó que no debemos temerle a la confesión, porque es un encuentro de amor
con Dios que nos perdona y que permite pasar de la miseria a la misericordia,
para tener siempre un nuevo comienzo.
Meditando en el pasaje del Evangelio de la mujer adúltera que iba a ser
lapidada y a quien Jesús perdona, alentándola a no pecar más, el Santo Padre
resaltó que “con Jesús, misericordia de Dios
encarnada, ha llegado el momento de escribir en el corazón del hombre, de dar
una esperanza cierta a la miseria humana: de dar no tanto leyes exteriores, que
a menudo dejan distanciados a Dios y al hombre, sino la ley del Espíritu, que
entra en el corazón y lo libera. Así sucede con esa mujer, que encuentra a
Jesús y vuelve a vivir. Y se marcha para no pecar más”.
Sin embargo, continuó el Pontífice, “el mal
es fuerte, tiene un poder seductor: atrae, cautiva. Para apartarse de él no
basta nuestro esfuerzo, se necesita un amor más grande. Sin Dios no se puede
vencer el mal: solo su amor nos conforta dentro, solo su ternura derramada en
el corazón nos hace libres”.
“Si queremos la liberación del mal hay que dejar
actuar al Señor, que perdona y sana. Y lo hace sobre todo a través del
sacramento que estamos por celebrar. La confesión es el paso de la miseria a la
misericordia, es la escritura de Dios en el corazón. Allí leemos que somos
preciosos a los ojos de Dios, que él es Padre y nos ama más que nosotros mismos”.
Cuando no sabemos ya cómo comenzar, indicó el Santo Padre, está siempre
disponible el perdón de Dios en la confesión que “nos
da un nuevo comienzo, nos hace criaturas nuevas, nos hace ser testigos de la
vida nueva. El perdón no es una fotocopia que se reproduce idéntica cada vez
que se pasa por el confesionario. Recibir el perdón de los pecados a través del
sacerdote es una experiencia siempre nueva, original e inimitable”.
“¿Qué hacer para dejarse cautivar por la
misericordia, para superar el miedo a la confesión? Escuchemos de nuevo la
invitación de Isaías: ‘¿No lo reconocéis?’. Reconocer el perdón de Dios es
importante”, prosiguió.
Ante la duda que puede aparecer respecto a que “no
sirve confesarse, siempre cometo los mismos pecados”, el Papa Francisco
recordó que “el Señor nos conoce, sabe que la lucha
interior es dura, que somos débiles y propensos a caer, a menudo reincidiendo
en el mal. Y nos propone comenzar a reincidir en el bien, en pedir
misericordia”.
“Él será quien nos levantará y convertirá en
criaturas nuevas. Entonces reemprendamos el camino desde la confesión,
devolvamos a este sacramento el lugar que merece en nuestra vida y en la
pastoral”.
Para concluir, el Santo Padre resaltó que “también
nosotros vivimos hoy en la confesión este encuentro de salvación: nosotros, con
nuestras miserias y nuestro pecado; el Señor, que nos conoce, nos ama y nos
libera del mal. Entremos en este encuentro, pidiendo la gracia de
redescubrirlo”.
Redacción ACI
Prensa
No hay comentarios:
Publicar un comentario