OCCIDENTE
HA ABANDONADO A JESUCRISTO. SE ACERCA UNA GRAN CUARESMA.
1973, ése fue el año en que fueron construidas las Torres Gemelas. No es una década cualquiera. En esos años, el Imperio Americano alcanzó la cima de su poder. Esta afirmación requeriría de muchos matices, pero esencialmente fue así. Las Torres Gemelas señalan el cénit de esa Nueva Roma y su derrumbamiento marca su ocaso. Ellas indican el umbral del cénit y el umbral del ocaso. En ese sentido, esos dos edificios constituyen como un gran arco: un arco de la victoria primero. Y el hundimiento de ese arco después, constituye un símbolo obvio. Arco, columnas, torres, se vea como se vea, es difícil no entender el hecho como evento simbólico parte de una gran alegoría.
1973, ése fue el año en que fueron construidas las Torres Gemelas. No es una década cualquiera. En esos años, el Imperio Americano alcanzó la cima de su poder. Esta afirmación requeriría de muchos matices, pero esencialmente fue así. Las Torres Gemelas señalan el cénit de esa Nueva Roma y su derrumbamiento marca su ocaso. Ellas indican el umbral del cénit y el umbral del ocaso. En ese sentido, esos dos edificios constituyen como un gran arco: un arco de la victoria primero. Y el hundimiento de ese arco después, constituye un símbolo obvio. Arco, columnas, torres, se vea como se vea, es difícil no entender el hecho como evento simbólico parte de una gran alegoría.
La caída de las torres de las águilas fue el
pórtico de entrada a una nueva era: el hundimiento de Occidente. El prólogo de
ese hundimiento se evidenció en la quiebra de varios estados europeos:
Islandia, Irlanda, Grecia, España. Sí, no es una cuestión retórica, han
quebrado verdaderamente. Si bien, por razones continentales, otros han
sostenido al que ya no podía ni con todas sus fuerzas. Una y otra vez me viene
la imagen de un hombre antes fuerte, caído sobre sus rodillas y cuyos brazos
son sostenidos por otros.
La quiebra de los estados, tremendo prólogo de
un círculo vicioso que no ha hecho más que empezar. Las fichas de dominó,
colocadas en posición vertical, han temblado. Nadie cree que la calma de este
agosto sea el anuncio de que el peligro ha pasado. Nadie. Es sólo una tregua, la
calma antes de la tempestad. El sistema bancario se comportará como un gran
dominó, con un movimiento serpentino, casi mecánico, predecible e imparable.
Nos hallamos en la calma antes de la tempestad perfecta.
Después vendrán los desórdenes sociales. Los
disturbios nocturnos de Londres en el 2011 de Londres fueron un presagio.
Madrid y sus indignados, también. Presagio de lo que será noticia diaria en
Europa dentro de unos años. Ahora se habla de crisis todos los días. Dentro de
unos años lo que veremos en nuestras pantallas de televisión serán los
desórdenes. Para eso faltan todavía, años. Pero el círculo vicioso financiero
ya ha comenzado su danza macabra. El agua entra en las bodegas. Falta para que
se escore el barco de un continente, pero se escorará. Qué vaya a ocurrir en
medio de ese caos, no lo veo claro.
Pero si tengo una visión tan poco optimista del
asunto, es por lo que repetía Amparo Cuevas (la vidente de El Escorial) en su
agonía: la Humanidad no puede seguir así, la Humanidad no puede seguir así.
No es que lo diga esa vidente, no es que lo diga
la Virgen María en Fátima (la cual advirtió que la Segunda Guerra Mundial era
un castigo por los pecados), es que lo dice la Palabra de Dios.
Se ha acumulado demasiado pecado. El cristianismo
se hunde en Occidente, en todo Occidente. Lo que antes fue la Cristiandad,
ahora abandona el Evangelio: no necesitan a Dios.
Muy bien, pues disfrutad de vuestra civilización
que no necesita a al Creador. Disfrutad antes de que descienda la ira divina.
La Virgen habló muy claro en Fátima, en Ezquioga (antes de la guerra civil), en
El Escorial, en Akita (Japón) y en más lugares. Dios ha hablado, pero no se le
ha escuchado. El Altísimo ahora también tiene sus profetas. Y todos los
místicos del mundo, desde hace una generación, nos avisan a coro: se acerca un
tiempo de purificación, una gran purificación
Los hombres pudieron haber cambiado de camino.
Por el contrario, han duplicado y triplicado la medida de su iniquidad. Rezad
el rosario cada día. Convertíos y creed en el Evangelio. Confesaos. Cambiad. El
castigo no viene ya, quedan años, porque Nuestro Padre nos da tiempo. Pero
Jesús, Nuestro Maestro, nos enseñó a mirar los signos de los tiempos. Y las
nubes del horizonte son cada vez más oscuras, más densas, más amenazantes. Todo
esto no es para mañana, pero sí para pasado mañana. Dicho de otro modo, aunque
nadie (y menos que nadie yo) sabe ninguna fecha, es mi opinión que en los
próximos cinco o siete años esas nubes ominosas se van a ir acercando. El
proceso habrá sido tan lento, tan progresivo, que la tormenta, cuando llegue,
no sorprenderá a nadie.
No estoy volcando aquí las revelaciones que
alguien me haya comunicado, no. Estoy hablando de los signos de los tiempos.
Por supuesto que os descubro mis pensamientos, presentándolos como una opinión
personal. Insisto en que no recibo ni visiones, ni locuciones. Pero se ha
acumulado ya demasiado pecado. Pronto dirá Dios: basta.
Nos hemos acostumbrado a nuestra propia
iniquidad. Esta generación descubrirá la objetividad de las leyes del Altísimo.
PUBLICADO POR PADRE
FORTEA
http://blogdelpadrefortea.blogspot.com.ar/2012/08/occidente-ha-abandonado-jesucristo-se.html
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Publicado por Unción Católica y Profética
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