CHENGDU, ABUSOS Y VIOLENCIA DE LA POLICÍA TRAS EL ARRESTO DE 100
CRISTIANOS PROTESTANTES
Arrestados
alrededor de 100 cristianos protestantes y estudiantes del seminario quienes
declaran haber sufrido violaciones y abusos por parte de la policía.
Pertenecientes a la Iglesia de la Primera Lluvia de la Alianza, iglesia no
reconocida por el Gobierno.
(AsiaNews) Cerca de 100 cristianos protestantes y estudiantes del seminario fueron
arrestados en Chengdu (Sichuan) entre el 9 y el 10 de diciembre. Algunos fieles, luego
liberados, han acusado a la policía por «haber sufrido violaciones y abusos» perpetrados
por los policías que los tenían bajo custodia.
Entre los arrestados figuran
el pastor Wang Yi y su esposa Jiang Rong, que fueron llevados por la policía;
otros dos, Guo Hai y su mujer, fueron llevados de su casa por la fuerza,
dejando solos a sus dos hijos pequeños.
Algunos de los arrestados son:
Jiang Ruolin, Ge Yingfeng, Zhu Hong, Xiao Hongliu, Ye Yin, Zhang Jianqing, Liu
Yingxiu, el diácono Zhang Guoqing, el anciano Su y su mujer, Xiao Yingshan y su
mujer, Song Engquang y su mujer, Xiao Baoguang, Zhou Xiaojuan, Liu Daxuan, y
Zhou Yong.
Muchos fueron arrestados en la
sede de la comunidad, en tanto otros fueron llevados de sus casas. Los arrestos
continuaron también hoy, cuando se procedió a detener a Li Yingqiang, quien
había logrado esconderse en la primera redada y pudo advertir a los medios
sobre lo que estaba sucediendo.
Todos los arrestados pertenecen a la Iglesia de la Primera Lluvia de la
Alianza, una
Iglesia doméstica no oficial, es decir, no
reconocida por el gobierno, cuya guía está a cargo del pastor Wang Yi. A
diferencia de muchas iglesias protestante subterráneas, la de la Primera Lluvia
de la Alianza practica su fe abiertamente; difunde prédicas y estudios online;
evangeliza por las calles de la ciudad; tiene un seminario para que cursen sus
estudios los futuros pastores y una escuela primaria a la que asisten 40 niños.
La comunidad cuenta con
aproximadamente 500 miembros y 300 simpatizantes. Los arrestos y las redadas no
constituyen ninguna novedad para ellos. En junio pasado, su sede fue clausurada
porque la comunidad había querido organizar un servicio fúnebre para recordar a las personas asesinadas
en la masacre de Plaza Tiananmen. Algunos de sus miembros ya habían sido arrestados hace dos meses por evangelizar en las calles, cerca de la estación de Chengdu.
Si bien la policía no quiso
explicar los motivos de las detenciones de los últimos días, es muy probable
que éstas sean consecuencia de la aplicación de la nueva normativa que regula
las actividades religiosas, la cual prohíbe las reuniones sin autorización del
gobierno. El pastor Wang Yi, a quien muchos definen como el líder religioso «más valiente» de China, rotuló los nuevos reglamentos
como una herramienta tendiente a ahogar la libertad religiosa.
Recientemente, Wang Yi supo
descargarse contra el «culto del César», luego
de que las asociaciones patrióticas
obligaran a los cristianos a colocar –a menudo en los altares – la foto del presidente Xi Jinping.
Antes de ser arrestado, Li
Yingqiang había declarado: «Aunque sólo quedásemos
cinco, la liturgia y la asamblea [de fieles] seguirían adelante, porque nuestra
fe es verdadera… La persecución es un precio justo, que se debe pagar por el
Señor. Preferimos vivir de esta manera antes que esconder nuestra fe. Y
esperamos que haya cada vez más comunidades chinas que denuncien estas cosas y
estén cerca nuestro».
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