Cristyn Gutiérrez supo a los 16 años que
su madre fue violada a los 14.
Cristyn Gutiérrez está convencida de que un hijo
nunca es una maldición, incluso en las circunstancias más duras vale la pena
luchar por la vida.
La vida
familiar de Cristyn Gutiérrez, colombiana de 33 años, no ha sido fácil, pero
tiene una convicción firme: "Un hijo, sin importar las circunstancias, nunca será maldición, antes por el contrario, siempre será una bendición y no
hay obstáculos, sólo hay mujeres a las que les falta fuerza y saber que Dios no las abandona jamás".
Hoy está
felizmente casada y es ama de casa. Sus
tres hijos han llegado de diferentes padres: los dos primeros no fueron buenos.
Además, a los 16 años supo que su padre no era quien la había engendrado: su madre fue violada con tan
solo 14 años.
No son
hechos felices, pero ella asegura: "no me traumaticé y mamá tampoco está traumatizada por lo que vivió.
Las dos somos mujeres normales". Ha
contado su historia en primera persona en Salvar el 1, el blog que recoge
testimonios de mujeres que quedaron embarazadas en violación, y los testimonios
de sus hijos.
MI
MAMÁ FUE VIOLADA A LOS 14 AÑOS Y QUEDÓ EMBARAZADA
por Cristyn Gutiérrez, en Salvar el 1
Me llamo
Cristyn Gutiérrez y tengo 33 años. Mi mamá fue violada a los 14 años y quedó embarazada.
Aunque su familia le dio la opción de que abortara,
ella no aceptó y, a pesar de muchas
adversidades, luchó y me tuvo.
Al ser
menor de edad, fue un poco difícil para ella, pero no se rindió. Trabajó lavando ropa ajena y me sacó
adelante.
A pesar
de las circunstancias terribles, no le fue impedimento seguir adelante y, después de tiempo, llegó un hombre a su vida
al cual le costó mucho trabajo ganar el corazón de mi mamá, pero lo logró. Se casaron y luego llegaron dos hijos más.
Él fue mi padre también al igual
que de sus propios hijos.
Cuando yo
tenía 16 años me enteré de la verdad sobre mi concepción al momento que la hija
de una conocida de la familia me dijo: "Su papá no es su verdadero papá".
Al
comienzo, fue un golpe duro, pero se
superó al contarme mi familia la realidad de todo. No me traumaticé y mamá tampoco está traumatizada por lo que
vivió. Las dos somos mujeres normales.
Por otro
lado, tengo tres hijos. El mayor es de
un hombre con el que conviví y me maltrataba. Me separé y saqué a mi
hijo adelante sola desde que él tenía 5 meses.
Luego,
por estupideces mías, cuando mi hijo tenía cuatro años salí con una prima a una
fiesta. Allí, luego de estar con muchos tragos en mi cabeza, terminé en la cama con un amigo de mi prima.
Resultado: quedé embarazada.
Por
obvias razones, el papá nunca me respondió ni aceptó, pero para mí no fue
opción abortar así que tuve a mi nena y
continué sola sacando adelante y siendo padre y madre para mis hijos.
Cuatro
años después conocí realmente a Dios
al llegar a la iglesia. Allí encontré a un gran hombre, mayor que yo; él me
aceptó con mis dos hijos y me pidió que nos casáramos y bueno, acepté. Ahora él es un gran padre para mis hijos y además
tenemos otro bebé que ya tiene cinco meses.
Tengo un
hogar maravilloso y entendí que un hijo
no es un estorbo y que abortar no es solución. Es más, no debería ser opción.
Estoy muy
segura que si mi mamá hubiera abortado no tendría hoy el esposo y hogar
maravilloso que tenemos y que si yo hubiese abortado cuando el padre de mi nena
me dio la espalda hoy no estaría felizmente casada con un hogar espectacular.
Amo,
admiro y respeto a mi mamá por ser una gran heroína y haber luchado. Un hijo, sin importar las circunstancias, nunca
será maldición, antes por el contrario, siempre será una bendición y no hay
obstáculos, sólo hay mujeres a las que les falta fuerza y saber que Dios no las abandona jamás.
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