miércoles, 21 de noviembre de 2018

AL BORDE DEL CAMINO



"Se encontraba Jesús ya cerca de Jericó. Un ciego que estaba sentado junto al camino, pidiendo limosna, al oir que pasaba mucha gente preguntó qué sucedía. Le dijeron que Jesús de Nazaret pasaba por allí, y él gritó:
– ¡Jesús, Hijo de David, ten compasión de mí!
Los que iban delante le reprendían para que se callase, pero él gritaba todavía más:
– ¡Hijo de David, ten compasión de mí!
Jesús se detuvo y mandó que se lo trajeran. Cuando lo tuvo cerca le preguntó:
- ¿Qué quieres que haga por ti?
El ciego contestó:
– Señor, quiero recobrar la vista.
Jesús le dijo:
– ¡Recóbrala! Por tu fe has sido sanado.
En aquel mismo momento recobró el ciego la vista, y siguió a Jesús alabando a Dios. Y toda la gente que vio esto alababa también a Dios."
El ciego está al borde del camino. No es ciego de nacimiento. Pide "recobrar" la vista. Nosotros también, quizá, la hemos perdido. No sabemos ver a Jesús en los otros, en los pobres. Podemos recobrarla, pero debemos encontrarnos con Jesús y debemos pedirle, como el ciego, que nos la devuelva. Para ello debemos salir al camino. Si nos encerramos en nosotros mismos, nunca llegaremos a "ver".

"Un ciego está en el relato evangélico. Es un empobrecido al borde del camino. La sociedad de consumo, también hoy, deja a muchos hermanos al borde del camino, sin vida, sin posibilidades. La propuesta que trae Jesús de Nazaret es de vida y de dignificación para quién la acepte. El ciego de Jericó ruega a Jesús. El grito del pobre, a través de Jesús, Dios lo escucha. Dios responde al clamor. Jesús da orden al ciego que recobre la vista. Jesús devuelve la vista a los que no pueden ver. Entrar en contacto con Jesús trae consigo un cambio de lógica, de mirada. Hoy como ayer esto es lo que acontece cuando una persona se encuentra con el Evangelio. Hemos de vivir el discipulado sin la ceguera o la idea de un Mesías poderoso, sucesor de David. Hemos de entrar por la lógica de un Jesús pobre, sencillo y sin poder que nos devuelve la vista, para ver con claridad el proyecto que el Padre Dios tiene para humanizar la historia.

No hay comentarios:

Publicar un comentario