Con
esta poesía de Rosario de la Cueva inauguramos una nueva sección de poesía
católica.
LA
ELEGIDA
Y sopló el viento entre la altivez verde de los
bosques.
Besó los cencidos y los vetustos robles, y sobre el
Árbol de las hadas silbó anunciando: “Surgirá la doncella de los remansos de
Domremy”.
Sus ojos negros serán carbones encendidos en la
hoguera de la Fe.
Su estandarte blasonado de Lises, ondeará a los pies
de las vetustas almenas de Orleans.
Y su voz, sonará nítida, y después trémula, cuándo
vea tambalearse su alta misión.
Destilando maldad, los encapuchados rostros, macilentos, irán
circundando
hasta el martirio a “La elegida”
hasta el martirio a “La elegida”
Volará una blanca paloma de entre las rojas lenguas
donde el odio transformará en ceniza la virtud.
Pero del firmamento descenderá una lágrima divina.
Apagando los rescoldos de aquel pecado inicuo.
Purificando para toda la eternidad, la memoria de
JUANA, La Doncella. La Elegida.
Rosario de la Cueva.
No hay comentarios:
Publicar un comentario