“España, evangelizadora de la mitad del orbe; España,
martillo de herejes, luz de Trento, espada de Roma, cuna de San Ignacio…”
MENÉNDEZ Y PELAYO
Un 12 de
octubre, Nuestra Señora, ya fuera por bilocación o trasladada milagrosamente
como San Felipe, no lo sabemos, se apareció sobre un pilar en Caesaraugusta
para animar al apóstol Santiago, desalentado por el poco éxito que había tenido
hasta entonces en la predicación, que cobró nuevo ímpetu a partir de ese
momento. Y otro 12 de octubre (esto no es casualidad; es la Providencia) España
descubrió para el Evangelio la América que, en palabras de Rubén Darío, cree en
Jesucristo y reza en español, añadiendo un nuevo continente, todo un
hemisferio, a la Cristiandad. España bautizó a las Indias y les enseñó a leer,
dotando de escritura a las lenguas que hablaban los indígenas por medio de
numerosos catecismos en lo que se podría considerar una nueva forma de
Pentecostés.
Pero
la contribución de España a la Cristiandad no se limita a la épica conquista y
cristianización de medio planeta. Veamos algunas aportaciones más:
La Salve,
oración que debemos a San Pedro Mezonzo, excepto la última frase, que la añadió
San Bernardo. A Santo Domingo de Guzmán le debemos el Rosario. Y el Credo
niceno-constantinopolitano fue redactado por Osio, obispo cordobés y Padre de
la Iglesia, que se distinguió también en la lucha contra el arrianismo.
–Durante
los 781 años que duró la Reconquista, España fue un muro de contención que
impidió el avance del islam sobre el occidente europeo. Fue una verdadera
cruzada (de hecho, no fueron muchos españoles a las Cruzadas, porque teníamos
la nuestra en casa). Y una vez más en Lepanto, aunque participaron los estados
pontificios, las repúblicas de Venecia y Génova, la Orden de Malta y los
ducados de Toscana y Saboya, los soldados fueron en gran medida españoles que
combatieron bajo las órdenes de don Juan de Austria y Álvaro de Bazán. España
aportó además la mitad de los gastos.
Santiago
de Compostela, como uno de los principales focos de peregrinación
internacional.
Innumerables
mártires desde las persecuciones romanas, pasando por las musulmanas hasta las
del 36, así como incontables santos. Indudablemente, la cantidad ha sido
ingente tanto de unos como de otros.
Órdenes
religiosas fundadas por españoles son la Orden de Predicadores (dominicos), la
Compañía de Jesús, la Orden de la Merced, la Orden Hospitalaria de San Juan de
Dios, los Carmelitas Descalzos, la Orden de San Jerónimo y el Opus Dei, sólo
por nombrar algunas de las más extendidas; la enumeración de todas resultaría
mucho más larga.
El peso
específico de los teólogos españoles en el Concilio de Trento fue inmenso,
destacando Domingo de Soto, Melchor Cano, Diego Laínez y Alfonso Salmerón entre
muchos más. En segundo lugar estaban los padres italianos, pero teniendo en
cuenta la época es posible que muchos pudieran incluirse también entre los
españoles.
La poesía
mística es un género originario y prácticamente exclusivo de nuestra lengua. Y
no se limita a Santa Teresa y San Juan de la Cruz: hubo muchos más que quedaron
eclipsados por ellos, pero su obra está ahí, y de hecho se ha seguido
escribiendo poesía mística hasta el día de hoy en España e Hispanoamérica.
Aunque al menos las obras de nuestros dos grandes místicos principales se han
traducido a muchos idiomas, apenas se ha producido algo semejante en otras
lenguas de países católicos, y en inglés ha habido que esperar a finales del
siglo XX con el concurso de la Fundación Fernando Rielo para que se empiece a
escribir algo mínimamente semejante. Es la poesía más sublime porque es la que
más alto vuela, llegando hasta Dios. Por eso San Juan de la Cruz es «el más
poeta de los santos y el más santo de los poetas».
Durante
siglos, el país con más misioneros ha sido España, y sigue siéndolo, aunque hoy
en día pocos se puedan considerar ya auténticos misioneros porque la crisis de
la Iglesia también los ha alcanzado y las misiones han terminado por ser en la
mayoría de los casos una especie de ONG.
La Biblia
Políglota Complutense (1520) y la de Biblia Regia de Amberes (1568-1572), con
el texto en columnas paralelas en hebreo, griego, latín y arameo para facilitar
el estudio del texto comparando las traducciones. Y luego dirán los
protestantes que estaba prohibido estudiar las Escrituras. Pero ellos nunca han
hecho una obra parecida.
No podría
incluirse la Santa Inquisición porque la Iglesia tenía tribunales similares
antes de fundarse en España, pero sí se puede decir que la española fue la
mejor reglamentada, pionera en el buen trato de los presos, a pesar de todas
las calumnias con que se la ha difamado. Cuando nadie hablaba de derechos
humanos, la Inquisición fue verdaderamente modelo en ese sentido.
España es conocida como la Tierra de María Santísima, con innumerables
advocaciones, y ciertamente destacó durante siglos en la devoción inmaculista,
desde mucho antes de que se proclamara el dogma de la Concepción en 1854.
Devoción verdaderamente popular, defendida con sólidos argumentos, incluso
por el pueblo
llano, que nos ha dejado insuperables obras de arte
(Murillo, Zurbarán…).
¿Y qué decir de las procesiones de Semana Santa a ambos lados del
Atlántico, del esplendor del barroco, que en tierras americanas alcanzó un
nivel que supera con creces a lo que fue en España?
Seguro
que nos hemos dejado bastante en el tintero, y podríamos hablar también de los
aportes de España e Hispanoamérica en ciencias, tecnología y muchos otros
ámbitos, pero nos saldríamos del tema central de este portal.
¡Feliz Día de la Hispanidad a nuestros hermanos del otro lado del charco,
de España y de Filipinas!
Bruno de la Inmaculada
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