Cualquier
institución, empresa o grupo social se vendría abajo después de una situación
así.
Por: Luis-Fernando Valdés | Fuente: ColumnaFeyRazon.blogspot.com // Revista Vive!
En las últimas semanas, los
medios se han enfocado en las acusaciones de un cardenal hacia el Papa. ¿Cómo
vemos esta crisis a la luz de los recientes acontecimientos?
Se supondría que esta dura crisis debería
debilitar profundamente a la Iglesia; pero, por el contrario, la gran mayoría
de obispos y de fieles han manifestado su adhesión al Pontífice. ¿Qué elementos de juicio no se están tomando en cuenta?
PANORAMA
El informe de Pennsylvania sobre abusos sexuales
cometidos por clérigos desató la actual crisis. El papa Francisco manifestó la
vergüenza que esto produce en la Iglesia. Y en vísperas del viaje apostólico a
Irlanda, el país que más ha resentido esta situación, el card. Viganó inculpó
al Santo Padre de haber encubierto a un cardenal estadounidense acusado de abusos
sexuales.
¿Por qué la Iglesia sigue
en pie? Cualquier institución, empresa o grupo social se
vendría abajo después de una situación así, pues la confianza de sus miembros
se perdería. Decir que es por fanatismo, no es respuesta. En cambio, todo apunta
a que los factores sobrenaturales, que creemos por fe, hoy parecen tener mucho
sentido.
PRIMER FACTOR
Los fieles católicos creemos que Jesús mismo,
con su poder divino, escogió a Simón Pedro y lo nombró Roca donde se fundaría
la Iglesia (Mateo 16,18). Y Jesús ahí mismo le prometió que “el poder del infierno no derrotará” a la Iglesia.
Durante una dura crisis de la Iglesia en el
siglo V, afectada tanto por la herejía pelagiana como por las invasiones
bárbaras, san Agustín comentaba: “La Iglesia
vacilará si su fundamento vacila, pero ¿podrá vacilar Cristo? Mientras Cristo
no vacile, la Iglesia no flaqueará jamás hasta el fin de los tiempos”
(comentario al Salmo 103).
SEGUNDO FACTOR
Y aquí entra el otro factor sobrenatural, que
explica el crecimiento de la Iglesia en la comprensión de la doctrina, que
permite exponer el Misterio de Cristo a los hombres de hoy, en continuidad con
la tradición bimilenaria. Se trata de la asistencia del Espíritu Santo al
Magisterio.
El Catecismo de la Iglesia Católica explica que
hay un crecimiento en la comprensión de la fe (cfr. n. 94). La encíclica “Lumen fidei”, preparada por Benedicto XVI y
publicada por Francisco (29 jun. 2013), enseña que la luz de la fe “crece para iluminar todo el cosmos y toda la historia”
(n. 48).
Los medios de información suelen dividir a
priori a la Iglesia según categorías sociológica, sólo válidas para la
política: conservadores y progresistas. De acuerdo a esta visión, la supuesta
ala conservadora atacaría al papa Francisco porque el Pontífice se estaría
separando de la doctrina tradicional.
Por eso, el Papa Francisco ha buscado iluminar
desde la fe aspectos que hoy son urgentes, como la atención a los migrantes y
desplazados, la misericordia hacia los divorciados, la comprensión hacia las
personas homosexuales o el cuidado de la creación. Y esto no es abandonar lo
tradicional, sino iluminar lo actual desde la tradición viva de la Iglesia.
UNA IGLESIA SOSTENIDA E ILUMINADA POR CRISTO
En general, es complicado explicar el carácter
sobrenatural de la Iglesia a la opinión pública, compuesta de personas de muy
diversas creencias. Sin embargo, la crisis misma por la que hoy atraviesa la
Iglesia muestra que ésta está compuesta por “algo
más” que la mera organización humana.
La permanencia de la Iglesia, inexplicable para
quienes no comparten la fe, para los creyentes resulta ser una manifestación de
la voluntad de Cristo y de la ayuda continua del Espíritu Santo. Al final, la
presencia ininterrumpida de la Iglesia es un reto a la razón y una invitación a
creer.
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