Respuesta a la serie
de argumentos, sacados de contexto o con errónea interpretación, usados por
ellos como sustento a esta doctrina.
Por: Jesús Urones | Fuente: Religión en Libertad
Dentro de las doctrinas más extrañas de los
mormones, tenemos aquella que consiste en creer que los seres humanos pueden
llegar a ser dioses. Es todo un progreso, para ellos el alma que preexiste
antes de estar en la Tierra, se une al cuerpo y viene a la Tierra con el fin de
progresar y acabar siendo un dios. Veamos por ejemplo que enseñan en una de sus
obras: “El asunto
que parece un misterio es la afirmación de que nuestro Padre en el cielo en una
ocasión paso por una vida y muerte y es un hombre exaltado. Este es uno de los
misterios“. (Joseph Fieldiing Smith
Doctrines of Salvation vol 1 pp 10,12)
Una copla no escrita en sus libros canónicos
pero muchas veces proclamada por sus líderes y miembros que dice así: “Como el hombre es, Dios una vez fue, como Dios es, el
hombre puede llegar a ser”.
También utilizando las Escrituras sustentan su
doctrina de que los hombres pueden llegar a ser dioses, citando algunas
referencias bíblicas como el Salmo 82,6: Yo dije: Vosotros sois dioses, Y
todos vosotros hijos del Altísimo.
Pero además entre sus últimas publicaciones
(manuales, páginas de internet, etc.) intentan reforzar sus doctrinas, citando
algunos padres de la Iglesia (Ireneo, Clemente de Alejandría, San Basilio,etc.)
cuando nos hablan sobre la “deificación”, dando
a entender que esta doctrina de los padres de la iglesia es similar a la que
ellos profesan.
Por ello a continuación daré respuesta a esta
serie de argumentos los cuales están claramente sacados de contexto o tienen
una errónea interpretación:
¿CÓMO ENTENDER EL SALMO 82,6?
Para empezar, debemos entender bien el sentido
del texto y para ello debemos ver los versículos anteriores y posteriores. EL
v.7 afirma que son “hombres” pues morirán, y son “príncipes”,
y caerán. Los v.1 y 8 nos enseñan que Dios “juzga”, luego entonces se
está refiriendo a “jueces o gobernantes” que
juzgarán, o sea tendrán esa capacidad, igual que Dios la tiene y la ejercen. El
texto no habla de ser dioses por naturaleza”, sino de ser “dioses” porque como “Dios”,
el hombre también puede juzgar.
Por lo tanto, estos dioses se refieren a los
magistrados considerados como un grupo personas; como aquéllos que se reúnen
para ejercer justicia. La palabra utilizada en hebreo es "elohim “ (????????) y es uno de los
nombres que se da a Dios. Sin embargo, también se traduce como jueces y gobernantes en el sentido de
representantes divinos y por consiguiente a quienes, en un sentido subordinado,
se les puede dar el nombre de "dioses". Comparemos
con el Salmo 82, 6 estas otras citas: Ex. 21, 6; Ex 22, 8-9, Ex 22, 28; 1
Sam 2:25 En ellas, la misma palabra en plural se aplica a los magistrados, y se
traduce como "jueces". La idea es,
que ellos eran los representantes de la soberanía divina en la administración
de justicia. (Rom 13, 1-2, Rom 13, 6).
Finalmente, si entendemos que todos somos
dioses, como enseñan los mormones, estaríamos contradiciendo la Escritura que
enseña claramente que “solo hay un Dios”: Porque hay un solo Dios, y
también un solo mediador entre Dios y los hombres, Cristo Jesús, hombre también
1Tim
2:5
Para profundizar y responder mejor este
argumento mormón os recomiendo leer el libro de mi esposa Yasmín Oré "Quienes son realmente los mormones" Respuestas a
sus creencias y prácticas
LOS
PADRES DE LA IGLESIA Y LA DEIFICACIÓN
Además de ese texto bíblico, los mormones se
apoyan en ciertos textos patrísticos para fundamentar su doctrina, así muestra
este artículo de su página oficial: https://www.lds.org/topics/becoming-like-god?lang=spa&old=true
Ireneo, uno de los padres
de la iglesia, fallecido en el año 202 d. C., afirmó que Jesucristo “por medio
de Su amor trascendente, llegó ser como nosotros a fin de que podamos llegar a
ser cómo Él es”. Clemente de Alejandría (aprox. 150–215 d. C.) escribió que “la
Palabra de Dios se hizo hombre para que tú puedas aprender del hombre cómo éste
puede llegar a ser un Dios”. Basilio el Grande (330–379 d. C.) también celebra
esta perspectiva, no sólo “ser hechos semejantes a Dios”, sino “mucho más que
eso: el ser hecho un Dios".
Lo que los padres de la
Iglesia primitiva quisieron decir exactamente cuando hablaban de llegar a ser
Dios queda abierto a interpretaciones, pero es evidente que las referencias a
la deificación se vieron más impugnadas hacia finales del período romano, y ya
eran escasas en la Edad Media. La primera objeción conocida por un padre de la
Iglesia a la enseñanza de la deificación se produce en el siglo V. Cien años
más tarde las enseñanzas de “llegar a ser un Dios” tienen un alcance más
restringido, como ocurre con la definición de Pseudo Dionisio Areopagita
(aprox. 500 años d. C.): “La deificación... es alcanzar la semejanza a Dios y
la unión con él en la medida de lo posible”.
Voy a analizar entonces a San Ireneo, a Clemente
de Alejandría, a San Basilio el grande, y algún otro padre de la Iglesia para
ver como pensaban en este tema. Debemos recordar que tocar a un padre de forma
aislada, no representa “tradición” y sus escritos
serian sólo opiniones teológicas. Sin embargo, el consenso unánime de los
padres, esto si tiene valor.
Comenzaré citando a San Ignacio de Antioquia,
discípulo de los apóstoles (Pedro y Pablo) que vivió en su tiempo y murió hacia
el año 106 d.C . Este nos dará la pauta general en el tema de la “deificación”: Y vosotros, cada uno,
formáis un coro, para que estando en armonía y concordes, y tomando la nota
clave de Dios, podáis cantar al unísono con una sola voz por medio de
Jesucristo al Padre, para que Él pueda oíros y, reconocer por vuestras buenas
obras que sois miembros de su Hijo. Por tanto os es provechoso estar en unidad
intachable, a fin de que podáis ser
partícipes de Dios siempre. (Epistola a los Efesios 4,2)
Cuando los padres hablan de “deificación” es en el sentido de participación,
tal y como hace San Ignacio.
SAN IRENEO TAMBIÉN ENTIENDE
LA DEIFICACIÓN COMO UNA PARTICIPACIÓN: Y si el hombre no hubiese sido unido a Dios, no podría haber
participado de la incorrupción. Convenía, pues, que el Mediador entre Dios y
los hombres (1 Tim 2,5) por su propia familiaridad condujese ambos a la
familiaridad, amistad y concordia mutuas, para que Dios asumiese al hombre y el
hombre se entregase a Dios. ¿Pues de qué manera podíamos ser partícipes de su
filiación (Gal 4,5) si no la recibiésemos por medio del Hijo por la comunión
con él, si él, su Verbo, no hubiese entrado en comunión con nosotros haciéndose
carne (Jn 1,14)? (Contra las herejías Libro III punto 18.7)
¿Cómo podrías hacerte dios,
si primero no te haces un ser humano? ¿Cómo pretendes ser perfecto, si fuiste
creado en el tiempo? ¿Cómo sueñas en ser inmortal, si en tu naturaleza mortal
no has obedecido a tu Hacedor? Es, pues, necesario que primero observes tu
orden humano, para que en seguida participes de la gloria de Dios (Contra las herejías Libro IV. Punto 39.2)
Para Ireneo somos dioses por participación en su
gloria, no por naturaleza.
CLEMENTE DE ALEJANDRÍA,
PIENSA SIMILAR: Es hora, pues, de que
digamos que el cristiano piadoso solo
es rico y sabio, y de noble cuna, y así lo llama y cree que es la imagen de
Dios, y también su semejanza, habiéndose
convertido en justo, santo y sabio por Jesús. Cristo,…."Dije que
sois dioses, y todos los hijos del Altísimo." Para nosotros, sí, nosotros,
Él nos ha adoptado, y desea ser llamado solo Padre de nosotros, no de los
incrédulos Tal es entonces nuestra posición quienes somos los asistentes de
Cristo. (Exhortación 12)
Para San Clemente ser imagen y semejanza de
Dios, o sea deificarse, es convertirse en justo y santo. Es el mismo concepto
que enseña la Iglesia católica (CIC 460).
Y eso de que con el paso de los siglos se perdió
la enseñanza de “ser dioses” es mentira, ya
que el mismo San Jerónimo la recuerda claramente en sus escritos, pero a
diferencia de los mormones, dándole el sentido católico, o sea el correcto: Que somos dioses, no por naturaleza, sino por gracia. "Pero a
todos los que lo recibieron le dio el poder de convertirse en hijos de
Dios". Hice al hombre para ese propósito, que de los hombres pueden
convertirse en dioses. "Dije: Ustedes son dioses, todos ustedes hijos del
Altísimo. (Homilia 14)
Al participar de su gracia, nos hacemos
participes de la naturaleza divina (1Pe 2,4) y por tanto podemos ser llamados
dioses. El propio Catecismo de la Iglesia refleja esta enseñanza en el numeral
460, así que no se perdió como da a entender la web mormona.
Finalmente, el artículo cita a San Basilio, el mismo enseña participamos de la
gracia de Dios, no somos dioses en esencia: Por medio del Espíritu Santo
tenemos: el restablecimiento en el paraíso, la subida al reino de los
cielos, la vuelta a la adopción filial, la confiada libertad de llamar
Padre nuestro a Dios, de participar en la gracia de Cristo, de ser
llamado hijo de la luz, de tener parte en la gloria eterna y, en general,
de estar en la plenitud de la bendición, en esta vida y en la futura (S. Basilio, El Espíritu Santo XV,35.36; XVI,38)
¿ES
CIERTO QUE DIOS PADRE FUE UN HOMBRE COMO ENSEÑAN LOS MORMONES?
Los mormones llegan a la conclusión de que
podemos ser dioses, porque el Padre fue una vez un hombre, progresó y alcanzo
la deidad. Eso significa, que ellos creen el Padre experimento lo mismo que
Cristo, se hizo hombre… algo que no tiene
registros bíblicos. Sin embargo, si hay registros bíblicos de que Dios no es un
hombre: Oseas 11,9; Números 23;19; 1Samuel 15,29 ) y por tanto debemos
descartar esta doctrina como bíblica. Pero aun así, los santos padres les
refutan claramente: Si conociesen las
Escrituras y se dejaran educar por la verdad, aprenderían que Dios no es como
los seres humanos, ni sus pensamientos son como los del hombre (Is 55,8-9).
Pues el Padre de todas las cosas dista mucho de las acciones y pasiones
humanas, es simple, no es compuesto, no consta de miembros diversos, todo su
ser es igual a sí mismo; es todo intelecto, todo espíritu, todo sentimiento,
todo pensamiento, todo verbo, todo oído, todo ojo, todo luz y todo bien de
todos los bienes, como afirman de Dios los hombres de fe y piadosos (San
Ireneo Contra las Herejías Libro 2. 13:3)
Ireneo enseña Dios es espíritu, como enseño san
Juan en Juan 4:24. Que es simple, es decir que no tiene cuerpo por eso no puede
tener miembros, ni ser dividido, este concepto en teología se llama “simplicidad”.
Clemente de Alejandría, enseñará lo mismo: Dios es ser divino, eterno y sin principio, incorpóreo e
ilimitable, y la causa de lo que existe. El ser es lo que subsiste por
completo. La naturaleza es la verdad de las cosas o la realidad interna de
ellas. otros, es la producción de lo que ha venido a la existencia, y según
otros, nuevamente, es la providencia de Dios, que causa el ser y la manera de
ser, en las cosas que se producen "
"¿Qué es Dios?" Dios, "como dice el Señor," es un espíritu ". Ahora bien, el espíritu es propiamente sustancia, incorpórea y no circunscrita. Y eso es incorpóreo, que no consiste en un cuerpo, o cuya existencia no es de acuerdo con la amplitud, la longitud y la profundidad, y que no está circunscrito y no tiene cabida, que está totalmente todo, y en cada todo, y lo mismo en sí mismo (Fragmento sobre la Providencia)
Antes mencionaron a San Basilio para enseñar el
también creía que los hombres pueden ser dioses, sin embargo San Basilio al
igual que el resto de Padres, cree que lo son por participación en su gracia.
De esta manera, San Basilio enseña que Dios no tiene cuerpo, es simple: Las operaciones de Dios son diversas, pero su esencia es
simple" ( Cartas234: 1 [AD 367]).
CONCLUSIÓN:
No es correcto, que por parte de las sectas,
intenten citar los textos de los Santos Padres como referencias, ignorando por
completo otros textos que les contradicen totalmente. Cuando uno estudia a los
santos padres debe analizar todos los textos que se refieren a una doctrina
para sacar una conclusión y no quedarse con textos aislados para justificar sus
errores doctrinales. Además si tanto quieren usarles como fuente deberían
también aceptar sus otras enseñanzas que apoyan 100% la doctrina
católica.
Ha quedado demostrado también que ningún
cristiano de los primeros siglos creyó que llegaría a ser “dios” y que “Dios fue
hombre una vez” esas enseñanzas fueron inventadas por Joseph Smith y sus
posteriores líderes.
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