¡Cuidado! No
caigamos en la tentación de servirnos de Dios.
Por: Rafael Ruiz | Fuente: Píldoras de Fe
Estábamos en una reunión de trabajo cuando de
pronto alguien dijo: "es que sólo voy a misa
cuando me nace".
...SENTÍ
TRISTEZA.
Esa tristeza me viene por pensar en que no se
comprende lo que allí ocurre. Seguramente esta persona es católica de toda
ocasión, es decir, visita al templo vestido de gala: solamente
va a las fiestas de 15 años, bautizos, bodas, funerales, despedidas, y
todo evento social... ah, y cuando
le nace... cuando le nace un hijo, pero también cuando le nace la
desesperación de una carga que ya no puede con ella, cuando le nace una
enfermedad mortal, cuando le nace un dolor. Eso me parece muy injusto.
¿MERCADERES O HIJOS?
Cuando tenemos una dificultad económica, de
salud, de relación con la pareja, con los hijos, los padres o los amigos, el
primer recurso que se nos ocurre es pedir a Dios que nos ayude.
Visto así parece una relación de intercambio con
Dios, una relación no de hijos, sino de
mercaderes que intercambiamos beneficios por un pequeño sacrificio: tú
me das, entonces yo respondo; no me das, entonces no te mereces mí tiempo.
No nos damos cuenta de que Dios Creador quiere
ser y de hecho es nuestro Padre Amoroso.
A continuación se muestran cinco razones que nos pueden ayudar a
reconocernos como verdaderos hijos de Dios:
1.- DIOS CREÓ EL CIELO Y LA TIERRA.
El Cielo y la tierra son nuestra herencia y ya
la estamos disfrutando, el aire no nos ha faltado ni un segundo desde que
nacimos, y no nos faltará. ¿Y si a Nuestro Señor de
pronto no le naciera regalarnos el don del aire?
2.- HOMBRE Y MUJER LOS CREÓ.
Dios no hizo experimentos ni mutaciones
genéticas erróneas, ni manipuló la raza humana para crear seres perfectos sin
enfermedades ni sufrimiento. ¿Y si le naciera
mezclar nuestros genes con los de un avestruz a ver qué resulta?
3.- NOS REGALÓ EL LIBRE ALBEDRÍO.
Dios nos dio un pensamiento y libertad para
decidir, Jesús se presenta como una opción para aceptarlo, amarlo y seguirle; a
nadie obliga. ¿Y si a Él le naciera obligarnos a
realizar sacrificios durante todos los días y todo el día?
4.- NOS PROMETE ESTAR SIEMPRE AHÍ, AUN CUANDO EL CÁLIZ DEL
DOLOR NOS ACOMPAÑE.
Jesús imploró al Padre que retirara el cáliz de
la crucifixión, y no le fue retirado. Hay
amor en esto. Era más grande el amor que estaba involucrado, era mayor
el beneficio espiritual que se obtendría que todo el dolor y la muerte causados
en la cruz. ¿Por qué
asustarnos y rechazar nuestras cruces de papel?
5.- DIOS ES NUESTRO PADRE AMOROSO.
No es como nuestro padre biológico. Todo lo que
Él permite que nos ocurra es para nuestro bien, descubrir Su amor en todos los
instantes y en todas las situaciones de nuestra vida, es un don llamado
Sabiduría: encontrar el sabor a Dios en
todas las cosas, aún las más adversas; y ya que Dios es amor,
descubramos el amor de Dios en TODO y en TODOS.
Pidamos el Don de la Sabiduría y no caigamos en
la tentación de servirnos de Dios. Acompañémosle en el hermoso Sacrificio del
Altar y amémosle así como Él nos ama:
hasta el extremo. ¿Cuál es tu extremo?
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