Los
católicos tenemos muchas herramientas para comunicarnos con Dios. Una de ellas,
y muy importante, son las novenas. Que como veremos, no se trata solamente de
oraciones. A pesar de su importancia no podemos considerarla una devoción
obligatoria, ni que se va a ser mejor católico si se reza una novena. Pero ¿por
qué no aprovechar su poder para acceder a Dios de la manera que Él pide en
diversas parábolas?
Como definición podemos decir que una novena es una
secuencia de actos devocionales durante 9 días, o 9 horas, o 9 semanas, etc.
Donde la experiencia central es la perseverancia
durante ese período. En general las novenas son una secuencia de oración, pero pueden serlo de otros actos devocionales.
La primera novena se relata en
el Nuevo Testamento. Fueron los nueve días de oración que mantuvieron los
apóstoles junto con María, desde que
Jesús ascendió al cielo, hasta la venida del Espíritu Santo en Pentecostés.
EL
SENTIDO DE LAS NOVENAS
El sentido de la novena es aumentar nuestra fe y
crecer en el amor a Dios, a los demás y en santidad.
Y también son una herramienta de sanación interior
y de transformación, y a través de ello es que podemos obtener las gracias
especiales.
Algunos están tentados a ver algo mágico en las novenas porque son habituales y hay
muchos testimonios de milagros ocurridos al finalizar una novena. Pero no
podemos caer en la tentación de rezar una novena con la intención de controlar a Dios.
Los dos signos centrales de las novenas son la
perseverancia y el desarrollo de una fe más fuerte.
Y en ese
proceso, las novenas bien realizadas, nos
traen paz, independientemente de la respuesta que hemos obtenido. La
perseverancia es señalada por Jesucristo en varias parábolas, por
ejemplo en Lucas 18: 1-8 dice: “Les decía una
parábola para inculcarles que era
preciso orar siempre sin desfallecer. Había un juez en una ciudad, que
ni temía a Dios ni respetaba a los hombres. Había en aquella ciudad una viuda que, acudiendo a él, le dijo:
‘¡Hazme justicia contra mi adversario!’ Durante mucho tiempo no quiso, pero
después se dijo a sí mismo: ‘Aunque no temo a Dios ni respeto a los hombres,
como esta viuda me causa molestias, le
voy a hacer justicia para que no venga continuamente a importunarme’. Dijo, pues, el Señor: ‘Oíd lo que dice el
juez injusto; y Dios, ¿no hará justicia a sus elegidos, que están clamando a él
día y noche, y les hace esperar? Os digo que les hará justicia pronto.
Pero, cuando el Hijo del hombre venga, ¿encontrará la fe sobre la tierra?’”
Jesús nos dice que no nos demos por vencidos, que si seguimos pidiendo y
buscando, y manteniendo fuerte nuestra fe, Él responderá. Una clave para
permanecer perseverantes es considerar que Dios es la solución y no un problema, por lo tanto no debemos renunciar a
Él. Debemos creer en sus promesas y proponernos obedecerle, huyendo del
pecado y buscando la gracia divina.
TIPOS
DE NOVENA
Hay varios tipos de devociones que se pueden
realizar como novenario.
Lo habitual son novenas de oración.
Se puede rezar el Rosario pidiendo la intercesión de la Santísima Virgen durante 9 días
consecutivos. Se puede hacer lo mismo con las Letanías Lauretanas. Y
también se puede apelar a alguna novena diseñada específicamente para pedir la
intercesión de un santo; abajo publicamos una serie de links de novenas
dedicadas a Santos. Pero también se
puede rezar una novena recitando 9 veces consecutivas una oración, como
era la devoción que hacía la Madre Teresa de Calcuta para los casos urgentes,
orando 9 veces seguidas el Acordaos. También se puede rezar una novena a lo largo de 9 horas. Adicionalmente
hay novenas que no son específicas de
oración. Una puede ser concurrir
a misa y recibir la sagrada comunión durante 9 días seguidos, pidiendo
en el acto de consumo del Sagrado Pan por nuestras intenciones. Y otra por
ejemplo es ayunar o hacer algún otro
tipo de sacrificio durante 9 días seguidos, en honor un santo, que bien
puede ser la Santísima Virgen, pidiendo su intercesión. Estos tipos de novenas
que mencionamos son sólo indicativos, porque cada uno puede crear su propia novena de acuerdo a los principios básicos
que estamos narrando.
¿CÓMO
SURGIERON LAS NOVENAS?
El vocablo novena viene del latín “novem” que significa novena. Y como
hemos visto incluye algo repetido nueve
veces, qué pueden ser días, semanas, meses, horas o incluso la misma
oración dicha 9 veces consecutivas. Este
formato no es una creación cristiana sino que tiene orígenes anteriores.
En la antigua Roma era costumbre orar
por los muertos durante un período de nueve días, como una forma de
llorar y comprometer el alma a la misericordia de Dios. El período de nueve
días de la oración cristiana tiene su origen
en el Libro de Hechos de los Apóstoles. Después de la Ascensión de Jesús al cielo, los apóstoles, la Virgen, y algunos
de los otros seguidores de Cristo “se
unieron en oración continua” (Hechos 1:14) durante nueve días, hasta que
la dramática venida del Espíritu Santo en Pentecostés. Cristo mismo mandó a sus apóstoles a permanecer en la ciudad de Jerusalén
por nueve días hasta la fiesta de Pentecostés, y esperar la venida del
Espíritu Santo. Sabemos que fueron
nueve días, porque la Ascensión pasó cuarenta días después de la
resurrección (Hechos 1: 3), y Pentecostés siempre se celebra cincuenta días
después de la Pascua. La resurrección ocurrió el día siguiente a la Pascua, por
lo que podemos hacer los cálculos: 50-40-1 = 9.
Este es el período en el que la Iglesia naciente
“se unió en oración continua” a la espera de la venida del Espíritu Santo.
Con esto nuestro Salvador instituyó la práctica de
la Novena Cristiana: nueve días de oración, sobre todo en la preparación de una
fiesta solemne o en la petición por alguna gracia especial.
Jesucristo
mandó esta primera novena tanto como un periodo
de preparación (ya que la fiesta de Pentecostés se acercaba), y también
como un acto de petición (de los
Apóstoles, junto con María) para que viniera el Espíritu Santo como su abogado.
Fue la primera novena. Pero ¿cuál es el significado
de una novena? ¿Por qué nueve días, en lugar de diez o cuarenta o tres? A través de los siglos, el período estricto
de nueve días ha tomado varias formas, incluyendo la devoción de los
nueve primeros viernes recomendada por el Señor a Santa Margarita María y
vinculada a la devoción al Sagrado corazón.
EL
NÚMERO NUEVE
Pero el
número “nueve” tiene una gran riqueza
simbólica.
Por un lado se deriva de la Santísima Trinidad. El
número “nueve” es “tres veces tres”.
Por otra parte, “nueve” es un número de
imperfección porque la falta uno para “diez”.
En las
Escrituras, San Jerónimo nos dice, “el número nueve es indicativo de sufrimiento y dolor.” Recordamos
que el buen pastor deja las noventa y
nueve ovejas para ir por la que perdió. Además, Abram tenía noventa y nueve años cuando se circuncidó y, al entrar
en la alianza con Dios, recibió su nuevo nombre de Abraham. Vale la pena
señalar que, a diferencia de los números “tres” y
“diez”, los judíos no tenían un gran respeto por el número “nueve”. De hecho, la práctica de una
novena de nueve días de oraciones no es de origen judío, sino que se encuentra sólo en las prácticas
paganas. Parece que, aunque la primera “novena” se llevó a cabo por los
Apóstoles junto con la Virgen María en un aposento alto en Jerusalén, durante
los nueve días entre la Ascensión y Pentecostés, los fieles comenzaron a observar “novenas” no
en preparación para Pentecostés, sino antes de Navidad. En el siglo VI,
especialmente en España y Francia, los fieles mantenían una novena de nueve
días de preparación antes de la solemnidad de la Navidad.
Está claro que estos nueve días de oración eran
simbólicos de los nueve meses que nuestro Salvador pasó en el vientre de María,
su madre.
Por lo
tanto, bien podemos decir que Nuestro
Señor hizo una novena de nueve meses dentro de María antes de que
saliera de su seno purísimo. Y así también
los Apóstoles hicieron una novena de nueve días antes de salir a predicar el
Evangelio por todo el mundo. Sin embargo, la práctica general de las
novenas no obtuvo la aprobación oficial
de la Iglesia (a través de la concesión de indulgencias) hasta el siglo XIX.
De hecho, es bastante sorprendente que la práctica de las novenas no haya ganado
mayor popularidad y el apoyo oficial antes. En la Edad Media, las novenas se rezaban en preparación para
grandes eventos litúrgicos, como la Navidad y Pentecostés y eran utilizadas
posteriormente como actos de reparación. Poco a poco las parroquias se dieron a la tradición de las
novenas, y se convirtió en costumbre que cada parroquia tuviera una novena de
algún tipo en curso. Muchas parroquias llevan en esa tradición hasta nuestros
días.
REQUISITOS
PARA LAS NOVENAS DE ORACIÓN
En
definitiva, a pesar que puede haber novenarios de diversas cosas, es
abrumadoramente mayoritaria la práctica
que las novenas sean de oración y que transcurran durante 9 días consecutivos.
Además lo habitual es que las oraciones
sean específicas y estén ya probadas de antemano por la práctica
católica. También es habitual una de dos cosas:
–que la novena se realice en honor a un santo
en una fecha determinada, por ejemplo podemos citar la novena de
Navidad, la del Espíritu Santo, la del Sagrado Corazón, la de la Asunción de
María, etc.
-y qué se realice para pedir la intercesión ante un
problema.
Las claves son perseverar durante 9 días
consecutivos, sin saltearse ningún día, y aprovecharlo interiormente para
purificarnos.
¿Qué sucede si nos es imposible cumplir un día de
la novena? Hay varias opciones, la más extrema es comenzar
la novena de nuevo; y la que se usa habitualmente es compensar el día perdido
rezando dos novenas el día posterior. Esto último también vale para los casos en que una persona se quiera
enganchar a una novena que comenzó algún día antes, por ejemplo la
novena rezada sobre una fiesta litúrgica. En general las novenas comienzan 10 días antes de la fiesta litúrgica,
de forma que el noveno día es el día anterior a la fiesta.
COMO
REZAR UNA NOVENA
Las novenas se pueden realizar en forma individual
y privada, en forma colectiva y privada, y en forma pública.
La primera
es cuándo una persona hora una novena
en solitario. La segunda es cuando lo hace en familia o con un grupo de amigos. Y la tercera es cuándo se
reza la novena por ejemplo en un
templo, o cuándo una persona se une a una novena que es rezada en una radio o
estación de televisión, o está siendo rezada a través de internet, por
ejemplo por Whatsapp. Para rezar una novena hay que planificar el tiempo, disponiendo del mismo horario en
cada día. Por ejemplo deberías reservarte el mismo horario durante los 9 días. Y en el caso de una novena de
9 horas, habría que reservarse 9 horas consecutivas para orar. Tales reservas
de horarios son beneficiosas porque nos
concentra en la disciplina de orar. Como dijimos, en general las novenas
que se recitan se componen de oraciones formales, aunque nada impide hacer una novena de oraciones
informales. Las oraciones formales pueden ser las mismas repetidas cada
día, pueden variar totalmente de día en día, o pueden ser una mezcla de una
parte que varíe y otra parte que permanezca constante durante los 9 días.
Fuentes:
- http://catholicexchange.com/power-praying-marian-novenas
- https://www.osv.com/OSVNewsweekly/Story/TabId/2672/ArtMID/13567/ArticleID/14610/The-Power-of-Novenas.aspx
- http://www.ncregister.com/blog/armstrong/how-to-tap-into-the-power-of-novenas
- http://www.novenaprayer.com/The-Power-of-Persistent-Prayer.html
- https://www.catholicbible101.com/novenas.htm
- https://www.wikihow.com/Pray-a-Novena
Sergio Fernández, Editor de los Foros de la Virgen María
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