miércoles, 26 de septiembre de 2018

(220) XXI EFC. DE BS.AS.: “LA LITURGIA, FUENTE Y EXPRESIÓN DE LA FE -EL PADRE DE LA MENTIRA LO SABE-“(5 AL 7/10/2018)


 “Levantemos el corazón’ fuera de la maraña de nuestras preocupaciones, de nuestros deseos, de nuestras angustias, de nuestra distracción. Nuestro corazón, lo más profundo de nosotros, debe abrirse (…) a la Palabra de Dios, y recogerse en la oración de la Iglesia, para recibir su orientación hacia Dios” (S.S.Benedicto XVI, 26/9/2012)
1Si el Señor no construye la casa, en vano se cansan los albañiles; si el Señor no guarda la ciudad, en vano vigilan los centinelas. 2Es inútil que madruguéis, que veléis hasta muy tarde, que comáis el pan de vuestros sudores: ¡Dios lo da a sus amigos mientras duermen!
(Sal. 126, 1-2)

 ¿Por qué un Encuentro de Formación (el XXI) sobre Liturgia, con todos los problemas urgentes que nos aquejan? Más de uno pensará que hay tantas y tan tremendas cuestiones  que reclaman la atención de los católicos en el orden moral y político, que un Encuentro de tres días para tratar temas sobre Liturgia… ¿no será anacrónico, o más propio y exclusivo para sacerdotes?
Todo lo contrario. Repasemos el salmo del acápite. Y como sugiere el subtítulo del tema de este año, si alguien tiene claro lo prioritario y perentorio de esta cuestión es el padre de la Mentira, que se goza en corromperla y desnaturalizarla.
Por otra parte, frente al huracán de escándalos sexuales en la Iglesia, y ante la avalancha de degeneración que el mundo impone como norma incuestionable, la tentación del voluntarismo semipelagiano es grande. Muchos consideran que los remedios más eficaces se darán en el campo de las estrategias político-sociales, o incluso en los planteos pastorales, olvidando que: “Lo que más necesita la Iglesia hoy no es una reforma administrativa, ni un cambio estructural, ni una logística o estrategia de comunicación o un programa suplementario. El programa existe y es el de siempre, el Evangelio y la Tradición Viva”. (Card. Robert Sarah)
Hace muy pocos días, escuchaba a un anciano sacerdote afirmar sofísticamente, con un fuerte tufo protestante: “¡Cuántos se han estancado en la cuestión litúrgica! Lo importante es encontrar a Dios dentro de nosotros mismos, y en nuestros hermanos…”  
Así palpamos la profunda actualidad de lo que afirmaba hace unos años el entonces Card. Ratzinger (Informe sobre la fe, BAC, Madrid, 132).
«Detrás de las diversas maneras de concebir la liturgia hay, como de costumbre, maneras diversas de entender la Iglesia y, por consiguiente, a Dios y las relaciones del hombre con Él. El tema de la liturgia no es en modo alguno marginal: tocamos aquí el corazón de la fe cristiana»
Es tremendo que haya quienes olviden que gracias a la renovación del Santo Sacrificio de Cristo en el altar, Dios sigue teniendo misericordia del mundo, otorgándonos aún tiempo para la conversión. Tremendo que la Sangre de Cristo y la gracia conquistada por ella haya sido tan devaluada en medio de su propia Iglesia…
Al respecto, cabe recordar lo que señalaba el Card. R. Sarah (quien ha enviado su especial bendición a los participantes de este Encuentro): “Maltratar la liturgia, como hacemos a menudo hoy, equivale a alterar nuestra relación con Dios y la expresión de nuestra fe cristiana. Hoy día corremos el peligro de hacer daño tanto a la doctrina que alimenta nuestra fe como a la liturgia, que es la manifestación y la celebración de nuestra fe”.
¿De verdad creemos que lo más grave de los abusos y la pedofilia es el daño físico y psicológico a las víctimas? De ninguna manera.
Lo más grave es que detrás de esos infelices sacerdotes y obispos criminales y de esos hechos, hay miles de almas que se alejarán de la Eucaristía y de la Penitencia; miles que despreciarán el bautismo para sus hijos; cristianos que no se fortalecerán con la Confirmación para librar el buen combate contra mundo, demonio y carne; que rechazarán la gracia inestimable del sacramento del Matrimonio; jóvenes que descartarán la vocación sacerdotal, y enfermos desesperanzados que morirán sin los últimos Sacramentos, garantía del paso más importante de sus vidas.
Otros escándalos abonaron los que hoy padecemos, más cerca y más lejos en el tiempo. Los más próximos: Amoris Laetitia ya ha ido dejando sus huellas envenenadas en numerosas diócesis, pisoteando de un plumazo los sacramentos del Matrimonio, Confesión, Bautismo y Eucaristía, banalizando, confundiendo, anestesiando santísimas conciencias y familias, que deben ser iglesias domésticas, y en medio de la bruma, no vislumbran claramente el Faro… Y ni hablar de las públicas “celebraciones” de la Revolución Protestante que sufrimos el año pasado.
No es raro el caso de católicos alrededor de todo el mundo, en quienes va creciendo como un cáncer, un sentimiento de soledad y de orfandad insoportable, porque no tienen pastores que con lucidez y coraje sostengan la doctrina católica indubitable y claramente, frente a los aires heréticos de moda que entorpecen y obstaculizan la genuina acción litúrgica, que es por sí misma santa y santificante.
Muchos de esos fieles –y sacerdotes- están siendo fuertemente tentados contra la esperanza, y las respuestas meramente humanas o psicologistas no sirven para mucho, pues tal como señalaba Mons. Nicola Bux (quien este año estará entre nosotros): “Estamos ante la presencia de un cisma incipiente: un pensamiento no católico ha entrado en la Iglesia Católica, un pensamiento que considera la misa solo como un banquete en lugar de un sacrificio, el matrimonio como un acto humano y no un sacramento indisoluble, y hablar de pecado y gracia quedaron obsoletos, un pensamiento que predica moral y misericordia independientes de la conversión y la penitencia, etcétera. ¿No es una manera de liquidar la Iglesia? La tarea de la Iglesia en el mundo es la victoria sobre el mal y la muerte; no debemos temer primeramente a los que pueden matar el cuerpo, sino a los que condenan las almas al castigo eterno...”
Por todo esto advertimos que urgía, entonces, un Encuentro exclusivamente sobre Liturgia, revalorizando el genuino sentido de ésta y señalando los peligros que se ciernen sobre ella, para poder defendernos.
Porque nuevamente se trata, sí, de una defensa, que es lo propio en una guerra. El enemigo sabe que ha puesto el hacha a la raíz; se ha dado el zarpazo a las fuentes de la gracia para envenenar sus aguas caudalosas, sin las cuales los hombres moriríamos de la peor sed. No han sido abolidas por completo aún, pero sí están siendo en muchos sitios falsificadas por el príncipe de este mundo y padre de la Mentira, que aborrece toda Verdad, por ser siempre ésta la condición para la auténtica Vida en abundancia.
Ante este panorama, pues, nos toca a tiempo y a destiempo, iluminar las catacumbas con el esplendor de la verdad y la fe profesada, vivida y celebrada, agradeciendo el poder seguir realizando estos Encuentros de Formación, reuniéndonos este año con hermanos de diferentes provincias argentinas, y de algunos países hermanos como Paraguay, Uruguay, Brasil, Chile y Colombia.
Además de algunos de nuestros habituales expositores, este año tendremos el honor de contar, como recién adelantamos, con la presencia de Mons. Nicola Bux, teólogo ex consultor de la Congregación para la Doctrina de la Fe, actualmente miembro de la Sda. Congregación para la Causa de los Santos de quien presentaremos Dios mediante al finalizar el Encuentro, la edición argentina de su libro Cómo ir a Misa y no perder la fe”. También nos honrarán con su presencia el r.p. Víctor Sequeiros, el p. Horacio Bojorge s.j., fray Guido Casillo o.p. y la hna. Cecilia López Quero MD.
Presentamos a continuación el Cronograma de este año (entre el 5 y el 7 de octubre, en Moreno), esperando encontrarnos con muchos lectores este año, a quienes también confiamos nos ayuden a su difusión y encomendándonos a sus oraciones.
Informamos además que debido a algunos pedidos de interesados del interior y exterior del país -especialmente jóvenes estudiantes-, agradecemos mucho las colaboraciones que puedan ofrecer para solventar un fondo de becas para estos casos.
Mª Virginia

No hay comentarios:

Publicar un comentario