Este domingo el Papa Francisco dio una conferencia
de prensa en el avión que lo llevó de regreso a Roma, luego de haber visitado
Irlanda para participar en el Encuentro Mundial de las Familias.
A CONTINUACIÓN EL TEXTO COMPLETO:
GREG BURKE:
Buenas noches Santo Padre, gracias por este tiempo que nos dedica
después de dos jornadas muy intensas. Ciertamente hubo momentos muy difíciles
como el caso de los abusos, pero también momentos muy bellos, la Fiesta de las
Familias, los testimonios, el encuentro con las parejas de jóvenes, y también
la visita a los capuccinos que ayudan a los pobres. Podemos pasar la palabra a
los periodistas y comenzar con los irlandeses.
PAPA FRANCISCO:
Agradezco porque si yo me he cansado, pienso en ustedes que tienen
trabajo, trabajo, trabajo. Agradezco mucho su esfuerzo.
TONY CONNELY RADIO TELEVISIÓN IRLANDESA:
Su Santidad, usted habló el sábado sobre la reunión que tuvo con la
ministra para los niños. Usted habló de lo emocionado que estuvo por lo que
ella dijo sobre los hogares Madres e Hijos. ¿Qué
dijo ella exactamente? ¿Le sorprendió porque era la primera vez que usted oía
hablar de estas casas?
PAPA FRANCISCO:
La ministra me ha dicho primero una cosa que no era tanto sobre madres e
hijos. Me dijo brevemente "Santo Padre, hemos
encontrado fosas comunes de niños, niños enterrados. Estamos investigando. La
Iglesia tiene algo que ver en esto", pero lo ha dicho con mucha educación
y la verdad con mucho respeto. Le agradecí a tal punto que esto me ha tocado el
corazón, y por eso quise repetirlo en el discurso...y no era en el aeropuerto,
me he equivocado, era del presidente, en el aeropuerto estaba otra señora
ministra y me he equivocado ahí. Pero ella me ha dicho "después
le enviaré un memo". Me ha enviado el memo. No he podido leerlo. He
visto que era un memo. Pero fue muy equilibrada en decirme "hay un problema, todavía no ha terminado la
investigación" pero ha hecho sentir que la Iglesia tenía algo que
ver. Para mí este fue un ejemplo de colaboración constructiva, también de –no
quiero decir la palabra protesta-, sino de lamento. De lamento por aquello que
en un tiempo quizás la Iglesia había ayudado. Esa señora era de una dignidad
que me ha tocado el corazón. Y ahora tengo el memo ahí y lo estudiaré cuando
llegue a casa.
PATRICK AGNEW, SUNDAY INDEPENDENT:
Santo Padre, gracias y buenas noches. Ayer Marie Collins, la víctima
Marie Collins que conoce bien, dijo que usted no está a favor de nuevos
tribunales de investigación vaticana sobre los problemas de abusos, nuevas
investigaciones sobre el problema de los abusos sexuales, y en particular sobre
un tribunal para que investigue a los obispos, la responsabilidad del obispo. ¿Por qué considera que esto no sea necesario?
PAPA FRANCISCO:
No, no es así, Marie Collins está un poco fijada en la idea de que
salió, yo estimo mucho a Marie Collins, de las veces que la llamamos al
Vaticano para que dé conferencias. Ella está fijada sobre la idea de aquel
escrito (motu proprio
Madre amorevole del 2016) “Madre
Amorosa”, en el cual se decía que para juzgar a los obispos sería bueno
o se haría un tribunal especial. Después se ha visto que esto no era viable y
también que no era conveniente por las diversas culturas de los obispos que
deben ser juzgados. Se toma la recomendación de “Madre
Amorosa” y se forma el jurado para cada obispo, pero no es lo mismo.
Este obispo es juzgado y el Papa hace un jurado que sea muy capaz para tomar
ese caso. Es una cosa que funciona mejor, y también porque no todos los
obispos, un grupo de obispos, dejar la diócesis no es posible. Así los
tribunales, los jurados, cambian. Y así habíamos hecho hasta ahora. Fueron
juzgados varios obispos.
Lo último fue lo de Guam. El Arzobispo de Guam que ha apelado. He
decidido, porque es un caso muy, muy difícil, de usar un privilegio que tengo,
de tomar yo la apelación y no mandarlo al consejo de apelaciones que hace el
trabajo con todos los sacerdotes. Lo he tomado yo, he creado una comisión de
canonistas para que me ayuden y me han dicho que cuando retorne, en un mes
máximo estará lista la recomendación para que yo dé el fallo. Es un caso
complicado de una parte, pero no difícil, porque las evidencias son clarísimas.
Hablando de las evidencias, son claras. Pero no puedo prejuzgar. Espero el
informe y luego fallaré. Digo que las evidencias son claras porque son estas
evidencias las que han llevado al primer tribunal a dar la condena. Este ha
sido el último caso. Ahora hay otro en curso. Veamos cómo terminará. Pero que
quede claro, le he dicho a Marie, el espíritu y la recomendación de “Como una madre amorosa” se hace. Un obispo va
juzgado por un tribunal, pero no es siempre el mismo tribunal porque no es
posible. Ella no ha entendido bien eso, pero cuando la vea porque ella viene a
veces al Vaticano, la llamaremos, y le explicaré más claro. Yo la quiero mucho.
STEFANIA FALASCA, AVVENIRE:
Usted ha dicho también hoy que es siempre un reto acoger al inmigrante y
al extranjero. Justo ayer se ha resuelto un caso doloroso, de la nave Diciotti.
Está su mano detrás de esta solución, ¿está involucrado?
PAPA FRANCISCO:
Aquello de acoger a los inmigrantes es una cosa tan vieja como la
Biblia. En el Deuteronomio, en los mandamientos, Dios manda esto de acoger a
los inmigrantes, al extranjero. Cosa vieja, que está en el espíritu de la
revelación pero también en el espíritu del Cristianismo. Es un principio moral.
Luego, sobre esto he hablado, luego he visto que debía explicar un poco más
porque no es un acoger a la “bella estrella”, ¡no!
Es un acoger razonable. Pero esto va en toda Europa, y ¿cuándo
me he dado cuenta de cómo deber ser este comportamiento razonable?
Cuando el atentado de Zaventem que los chicos, los guerrilleros que han
cometido el atentado de Zaventem eran belgas, hijos de emigrantes, no
integrados, ¡sino en guetos!
Es decir, fueron recibidos por los países y dejados ahí, y han hecho un
gueto, no fueron integrados. Por esto he subrayado esto, importante. Luego he
recordado cuando fui a Suecia, y la Franca (Giansoldati, Vaticanista de Il
Messaggero, nota del editor) en un artículo ha hecho mención de esto, de
cómo expliqué este pensamiento, y cuando fui a Suecia, lo sabía, hablé sobre la
integración, cómo era, porque lo sabía, porque durante la dictadura en
Argentina, de 1976 a 1983, tantos, tantos argentinos y también uruguayos huyeron
a Suecia y el gobierno los recibía, les hacía estudiar el idioma, les daba
trabajo y los integraba.
Esta es una anécdota interesante, la señora ministra que vino a
recibirme al aeropuerto de Lund, era hija de una sueca y de un migrante
africano. Pero este migrante africano fue integrado a tal punto que la hija se
convirtió en ministra del país. Suecia es un modelo…pero en aquel momento
Suecia empezaba a tener dificultades, no porque no tuviese buena voluntad para
esto, sino porque no tenía la posibilidad de la integración. Este fue el motivo
por el cual Suecia se paró un poco. Después de este paso de integración. Y
después he hablado aquí en una conferencia de prensa entre ustedes de la virtud
de la prudencia, que es la virtud del gobernante.
Hablé de la prudencia de los pueblos, sobre el número o sobre las
posibilidades. Un pueblo que puede recibir pero no tiene la posibilidad de
integrar, mejor no recibir. Ahí está el problema de la prudencia. Y creo que
esta es la médula del diálogo hoy en la Unión Europea…se debe continuar el
diálogo, las soluciones se encontrarán.
¿Qué sucedió con la (nave de inmigrantes) Diciotti? Yo no metí la mano
ahí, quien hizo el trabajo con el ministro del Interior fue el P. Aldo
(Bonaiuti, nota del editor), el gran P. Aldo que continúa la obra de don Benzi,
que los italianos conocen bien, que trabajan en el liberación de las
prostitutas, aquellas que son explotadas. También entró la Conferencia
Episcopal Italiana. El Cardenal Bassetti que estaba aquí, pero al teléfono,
guiaba todo el trámite y uno de sus subsecretarios, P. Maffeis negociaba con el
ministro. Y creo que entro Albania, tuvo un número Albania, Irlanda, y
Montenegro, creo que no…no estoy seguro. Los demás los ha tomado la
Conferencia, pero no sé si bajo el paraguas del Vaticano o no, no sé cómo se
negoció, y van a Mondo Migliore a Rocca di Papa, serán acogidos ahí. El número
creo que es más de 100 y ahí comenzarán a aprender el idioma y a hacer el
trabajo que se hizo con los inmigrantes integrados. Tuve una experiencia para
mí muy gratificante cuando fui a (la universidad) Roma Tre, estaban los
estudiantes que querían hacerme preguntas, y vi a una estudiante que “esta cara la conozco”, y era una que vino
conmigo, entre los 13 que traje de Lesbos. Y aquella muchacha estaba en la
universidad, porque san Egidio, al día siguiente, a la escuela, a estudiar. La
ha integrado al nivel universitario. Este es el trabajo con los migrantes. Está
la apertura del corazón para todos, sufrir, después la integración como
condición para acoger y además la prudencia de los gobernantes para hacer esto.
Yo he visto en un film clandestino qué sucede a aquellos que son regresados,
que son retomados por los traficantes. Doloroso, las cosas que hacen a los
hombres, a las mujeres y a los niños. ¡Fuera! ¡Los
venden! Pero a los hombres les hacen las torturas más sofisticadas. Hay
alguien que fue capaz, un espía, de hacer este film que he enviado a mis
subsecretarios de inmigración.
Por esto, para mandarlos de regreso se debe de pensar bien, bien. Luego,
una última cosa: hay migrantes que vienen, pero también están los que vienen
engañados a Fiumicino. Vienen engañados y terminan siendo esclavizados. Bajo
amenaza de los traficantes de mujeres. Esto.
ANNA MATRANGA, CBS:
Buenas tardes Santo Padre. Volveré al argumento de los abusos del que ya
ha hablado, Esta mañana salió un documento del Arzobispo Carlo María Viganó, en
el que dice que en el 2013 el conversó personalmente con usted en el Vaticano y
que en este coloquio hablaron explícitamente del comportamiento y los abusos
sexuales del excardenal McCarrick. Quiero preguntar si esto es cierto. Quiero
preguntar además otra cosa. El Arzobispo dijo que el Papa Benedicto había
sancionado a McCarrick, que le dijo que no podía vivir en un seminario ni
celebrar misas en público ni viajar. Estaba sancionado por la Iglesia. ¿Puedo preguntarle si estas dos cosas son verdaderas?
PAPA FRANCISCO:
Una cosa, yo preferiría... yo responderé a su pregunta, pero preferiría
que primero habláramos sobre el viaje y luego de los otros temas, me he
distraído con Estefania, pero ahora respondo.
He leído esta mañana ese comunicado, lo he leído y diré sinceramente que
debo decirles esto, a usted y a todos los que están interesados: lean ustedes
atentamente el comunicado y hagan ustedes su propio juicio. Yo no diré una
palabra sobre esto, creo que el comunicado habla por sí mismo y ustedes tienen
la capacidad periodística suficiente para sacar sus conclusiones. Es un acto de
confianza.
Cuando pase algo de tiempo y ustedes tengan las conclusiones tal vez
hablaré... pero yo quisiera que vuestra madurez profesional haga este trabajo.
Hablamos luego, ¿está bien?
ANNA MATRANGA, CBS:
Marie Collins ha dicho después de encontrarse con usted, que habló
directamente con usted sobre el excardenal McCarrick, que usted fue muy duro en
su condena a McCarrick. ¿Cuándo fue la primera vez que usted escuchó hablar de
los abusos cometidos por el excardenal
PAPA FRANCISCO:
Esto es parte del comunicado de McCarrick. Estudien y luego diré. Como
yo ayer no he leído me he permitido hablar claro con Marie Collins y el grupo.
Ha sido realmente una vergüenza, una cosa que he sufrido mucho. Yo creo que se
quería hacer esto, la escucha a estas ocho personas.
De esta reunión ha salido la propuesta, que la he hecho yo pero que
ellos la han aceptado y me han ayudado a hacerla, de pedir perdón hoy en la
Misa pero sobre cosas concretas. Por ejemplo la última de la que yo nunca había
escuchado, estas madres… que se les llamaba la lavandería de las mujeres.
Cuando una mujer estaba embarazada y no estaba casada e iba al hospital, o al
sitio que no sé cómo se llamaba, escuela, las hermanas le decían algo y luego
le daban los niños a la gente en adopción. Había dos hijos de ese tiempo que
buscaban a las madres, que estaban vivas, les decían que era pecado mortal
esto.
Por ello he terminado hoy diciendo que esto no es pecado mortal, sino el
cuarto mandamiento. Y las cosas que hoy he dicho algunas no las sabía. Ha sido
para mí doloroso pero también con el consuelo de poder ayudar a clarificar
estas cosas. Espero su comentario sobre el documento, me gustaría, gracias.
CÉCILE CHAMBRAUD, LE MONDE:
Buenas tardes Santo Padre. Espero que no le moleste si hago mi pregunta
en español y le pido responder en italiano. En su discurso a las autoridades de
Irlanda se refirió a su reciente carta al pueblo de Dios en la que llama a
todos los católicos a tomar parte en la lucha contra los abusos en la Iglesia. ¿Puede detallarnos lo que los católicos pueden hacer en
su lugar para luchar contra los abusos? En este tema, en Francia, un
sacerdote ha iniciado una petición para que renuncie el Cardenal Barbarin,
acusado por víctimas. ¿Le parece adecuada esta
iniciativa o no?
PAPA FRANCISCO:
Si hay sospechas o pruebas o medias pruebas no veo nada de malo en hacer
una investigación, siempre que se haga sobre el principio jurídico fundamental,
nemo malus ni si probetur, ninguno es malo si no se prueba. Muchas veces
existe la tentación no solo de hacer la investigación, sino de publicar que se
ha hecho la indagación y porque es culpable… y así algunos medios, no el suyo,
comienzan a crear un ambiente de culpabilidad. Y yo me permito decir una cosa
que ha sucedido en estos tiempos que podrá ayudar a esto porque para mí es
importante cómo se procede y cómo los medios pueden ayudar.
Hace tres años, más o menos, se comenzó en Granada el problema de los
así llamados sacerdotes pedófilos, un grupo de siete, ocho o diez sacerdotes,
acusados de abuso de menores y también de hacer fiestas, orgías, estas cosas.
La acusación la he recibido yo directamente. Una carta escrita por un
joven de 23 años, según él fue abusado. Daba el nombre y todo. Era un joven que
trabajaba en un colegio religioso de Granada de mucho prestigio. La carta era
perfecta y me preguntaba qué hacer para denunciar esto. Yo le dije anda donde
el arzobispo y él sabe qué cosa debes hacer. El arzobispo ha hecho todo lo que
debía hacer y la cosa llegó a los tribunales civiles y se dieron los dos
procesos.
Los medios comenzaron a hablar y tres días después escribieron que “en la parroquia hay tres sacerdotes pedófilos” y
cosas por el estilo. Así se ha creado la conciencia de que estos sacerdotes
eran criminales: siete fueron interrogados y no se les encontró nada. Con tres
siguió la investigación y se quedaron en la cárcel dos por cinco días; y uno,
el Padre Román, que era el párroco, se quedó siete días.
Durante casi tres años y más, han sufrido el odio, el rechazo de todo el
pueblo… les decían criminales y no podía salir fuera, han sufrido humillación.
Se hizo la investigación para comprobar las acusaciones del muchacho, que no me
atrevo a reportar aquí.
Luego de tres años la justicia declaró inocentes a los sacerdotes, a
todos, pero sobre todo a estos tres. Los otros ya estaban fuera de la causa, y
se declaró culpable al denunciante, porque habían visto que ese joven era
fantasioso, pero era una persona muy inteligente, que trabajaba en un colegio
católico, tenía este prestigio, que daba la impresión de decir la verdad. Fue
condenado a pagar los costos… y estos sacerdotes inocentes.
Estos hombres fueron condenados por los medios del lugar antes que por
la justicia. Por ello vuestro trabajo es muy delicado. Deben acompañar, deben
decir las cosas, pero siempre con esto… la presunción legal de inocencia y no
la presunción legal de culpabilidad.
Hay diferencia entre el informador que afirma un hecho, pero que no se
juega por una condena propia, y el investigador que funge de Sherlock Holmes,
que avanza con la presunción de culpabilidad. Todos hemos leído la técnica de Poirot,
en la que todos son culpables, pero esto es el oficio del investigador, pero
todos pueden investigar. Son dos posturas diversas, las que informan deben
partir siempre de la presunción de inocencia, sin hacer la condena.
Este caso sucedido en Granada es un ejemplo que nos hará bien a todos en
vuestro oficio.
Pregunta nuevamente por lo que puede hacer el pueblo de Dios
PAPA FRANCISCO:
Cuando se ve algo, hablar rápido. Diré una cosa un poco fea. Muchas
veces son los padres quienes cubren el abuso de un sacerdote. Muchas veces. Se
ve en las condenas, no creen… Ellos se convencen de que no es verdadero y el
muchacho o la muchacha se queda así.
Yo tengo por método recibir o busco recibir a uno o dos por semana. He
recibido a una persona, una señora que desde hace 40 años sufría esta llaga de
silencio porque los padres no le creyeron. Fue abusada a los ocho años. Hablen,
esto es importante. Es cierto que para una madre esto es difícil, pero hablen
con las personas indicadas y hablen con los que pueden iniciar un juicio, al
menos la investigación previa,
Hablar con el juez, hablar con el obispo, y si el párroco es bueno,
hablar con el párroco. Esto es lo primero que puede hacer el pueblo de Dios.
Esto no debe cubrirse. Me decía un psiquiatra hace un tiempo – pero quisiera
que esto no fuera una ofensa a las mujeres - que por el sentido de la
maternidad las mujeres son más propensas a cubrir las cosas del hijo y los
hombres, pero no sé si es cierto… hablar.
JAVIER ROMERO, ROME REPORTS:
Santidad, quisiera hacer dos preguntas. La primera es que el primer
ministro de Irlanda, que fue muy directo en su discurso, estaba orgulloso de un
nuevo modelo de familia diferente al que tradicionalmente propone la Iglesia.
Me refiero al matrimonio homosexual. Y este es tal vez uno de los modelos que
más enfrentamientos y luchas genera. Pensaba en el caso de una familia
católica, cuando hay una persona de esta familia que declara ser homosexual.
Santidad, ¿qué le diría a un papá con un hijo
homosexual que le dice que quiere ir a convivir con su…? La segunda
pregunta es sobre el discurso del primer ministro que en su discurso ha hablado
sobre el aborto en Irlanda. Hemos visto cómo Irlanda ha cambiado mucho en los
últimos años y hemos visto cómo el aborto se ha debatido en muchos países como
Argentina, su país. ¿Usted cómo se siente,
considerando que usted habla de este tema…?
PAPA FRANCISCO:
Le agradezco por las preguntas porque son dos temas ligados a las
cuestiones que estamos hablando. Sobre el aborto, ustedes saben qué se piensa.
El aborto no es un problema religioso. Nosotros no estamos contra el aborto por
la religión, no. Es un problema humano que es estudiado por la antropología.
Estudiar el aborto comenzando por el hecho religioso es pasar por encima
del pensamiento. El problema del aborto es estudiado por la antropología.
Siempre el problema antropológico sobre la eticidad de sacar un ser viviente
para resolver un problema, pero esto va en la discusión.
Pero sobre todo yo quiero resaltar esto: yo no permito nunca que se
comience a discutir, donde sea, el problema del aborto, que se comience con el
hecho religioso. No. Es un problema antropológico, es un problema humano. Ese
es mi pensamiento.
Segundo, siempre ha habido homosexuales y personas con tendencia
homosexual, siempre. Los sociólogos dicen, no sé si es verdad, que en los
tiempos de cambio de época crecen algunos fenómenos sociales, éticos, uno de
esos sería este, pero esa es la opinión de algunos sociólogos.
Tu pregunta es clara, qué cosa le diría yo a un papá que ve que su hijo
o su hija tiene esa tendencia. Primero diré rezar, reza. No condenar. Dialogar.
Entender, hacer espacio para el hijo y la hija, hacer espacio para que se
exprese. Luego, en qué edad se manifiesta esta inquietud del hijo, es
importante. Una cosa es cuando se manifiesta de niño porque hay muchas cosas
por hacer con la psiquiatría o para ver cómo son las cosas; y otra cosa es
cuando se manifiesta después de los 20 años o algo así…
Nunca diré que el silencio sea un remedio. Ignorar al hijo o hija con tendencia
homosexual es una falta de paternidad y maternidad. Tú eres mi hijo, tú eres mi
hija, como eres, yo soy tu padre, tu madre, hablemos. Si ustedes, padre o
madre, no se sienten capaces, pidan ayuda, pero siempre en el diálogo porque
ese hijo o esa hija tiene derecho a una familia y la familia… No sacarlo de la
familia. Este es un desafío serio a la paternidad y la maternidad, te agradezco
por la pregunta. Gracias.
COMENTARIO FINAL DEL PAPA FRANCISCO:
Yo quisiera decir algo para los irlandeses que están aquí. He encontrado
mucha fe en Irlanda, mucha fe. Veo que el pueblo irlandés ha sufrido mucho por
los escándalos, pero hay fe en Irlanda. Es fuerte. Y también el pueblo irlandés
sabe distinguir, y cito lo que escuché hoy a un prelado: “el pueblo irlandés sabe distinguir bien entre las
verdades y las medias verdades. Una cosa acá adentro”.
Veo que está en un proceso de elaboración, de curación de este
escándalo. Es cierto que se abre a posiciones que parecen alejarse de la fe,
algunas, pero el pueblo irlandés tiene una fe enraizada fuerte.
Lo quiero decir porque es lo que he visto, he escuchado y de lo que en
estos dos días me he informado. Gracias por el vuestro trabajo, muchas gracias
y recen por mí por favor.
Redacción ACI
Prensa
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