La Eucaristía
resulta ser un acto único, por lo tanto, es necesario que se participe en ella
de principio a fin.
Por: Daniel Alberto Robles Macías | Fuente: Catoliscopio.com
Recuerdo muy bien que alguna vez me dijeron que para que la Misa dominical “me contara” como precepto dominical, debía llegar antes de las lecturas, para así poder pasar a comulgar. Incluso, he escuchado que si no llegas a tiempo, hay sacerdotes que no dan la comunión por esta razón, lo que me confunde un poco. ¿Qué dice la Iglesia al respecto de esta situación? Vamos a verlo.
Hay que recordar que para los católicos, asistir
a Misa los domingos resulta ser una obligación como hijos de Dios, pues es la
fuente y el pilar de la vida cristiana. No
podemos llamarnos cristianos si no participamos de la Eucaristía, del pan
vivo que es Cristo, que se entrega por todos. Pues ya lo dijo el Señor: “quien come mi carne y bebe mi sangre tiene vida
eterna” (Jn 6, 54). Por lo tanto, cuando participamos de ella, nos
preparamos para vivir en la eternidad con Él.
La Misa comprende dos partes importantes: la
liturgia de la Palabra y la liturgia de la Eucaristía. Las dos son igual de
importantes e indispensables. La
Eucaristía resulta ser un acto único, por lo tanto, es necesario que se
participe en ella de principio a fin.
Es muy triste ver, cómo muchas personas han
perdido el interés y el deseo por ir a Misa. Muchos que se limitan a llegar a
la hora que ellos quieren o que simplemente se quedan un rato y se retiran,
como si se tratara de una simple charla. Participar de este sacrificio, no se debe ver solamente como un acto
obligatorio, sino que formamos parte del acto de amor más grande y único en la
tierra. A través de Él nos acercamos cada vez más al cielo, es
como ir acumulando puntos para poder entrar a la presencia eterna de Dios.
Ahora bien, ¿Qué
pasa si por una situación ajena a mi o por descuido llego tarde a Misa?
Lo preferente es que si tenemos previsto asistir a una hora adecuada, tomemos
las precauciones necesarias para llegar incluso varios minutos antes. Esto con
la intención de prepararnos para poder participar desde el inicio. Si, por alguna razón llegas muy tarde,
puedes considerar entonces asistir a otra Misa en horas posteriores para que la
escuches entera y participes adecuadamente.
Actualmente no existe una normativa que nos diga
hasta qué punto hemos llegado tarde a la Misa, lo que en consecuencia, no nos
permita tener por cumplida nuestra obligación. Algunos dicen que antes de que
inicie el ofertorio y otros que hasta antes de iniciar la Liturgia de la
Palabra. Pero como ya dijimos, las dos
partes de la Misa son importantes y únicas, las dos se complementan. Por lo
tanto, guardemos la atención y el respeto a ambas.
Aunque te quiero recordar uno de los
mandamientos de la Santa Madre Iglesia es: “Oír
misa entera todos los Domingos y fiestas de guardar”. Así que cuando dice entera, no es a media liturgia de la
Palabra, sino desde el momento en el que el Sacerdote inicia con la procesión
de entrada.
Ahora bien, la comunión no puede negarse, a
menos que la persona se encuentre dentro de los casos siguientes: “No deben ser admitidos a la sagrada comunión los
excomulgados y los que están en entredicho después de la imposición o
declaración de la pena, y los que obstinadamente persistan en un manifiesto
pecado grave” (915 del Código de Derecho Canónico). Por lo tanto, quien la niegue fuera de estos
casos, estaría cometiendo un abuso.
Hagamos
el esfuerzo de llegar a Misa a tiempo, con la consciencia de lo que significa
acudir cada domingo, no por obligación sino como un gesto de amor y
agradecimiento a Dios que nos ha dado tanto. Asimismo,
no dejes de participar de la comunión, confiésate y prepárate para recibir al
Señor, quien desea habitar en tu corazón.
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