Ni siquiera en caso de abusos
sexuales
La Iglesia
católica en Australia ha rechazado formalmente que los sacerdotes del país
puedan ser forzados a quebrantar el secreto de confesión para revelar los
abusos sexuales contra menores perpetrados por religiosos de los que hayan
tenido conocimiento durante la confesión de la víctima o el agresor.
(Agencias/InfoCatólica) La Conferencia Episcopal
australiana se niega a esta instrucción
de la comisión que investiga el abuso sexual de menores en
instituciones religiosas porque considera que violar el secreto de confesión «va contra la
fe y la libertad religiosa».
El órgano de los obispos
australianos considera que el secreto de confesión es precisamente una
salvaguarda para los niños y las personas vulnerables. «La Conferencia de
Obispos Católicos de Australia (ACBC en sus siglas inglesas) continúa apoyando
el sigilo sacramental (...) Los niños
estarán menos seguros en lugar de más si se requieren informes obligatorios de
confesiones», subrayan en un comunicado. El presidente de ACBC, Mark
Coleridge, ha afirmado que el secreto
de confesión es un «elemento no negociable de nuestra vida religiosa y encarna una comprensión del
creyente y de Dios».
No obstante, los obispos han reconocido que no actuaron debidamente
ante los abusos sexuales que sufrieron miles de niños en instituciones
católicas de todo el país entre 1950 y 2010, tal y como ha revelado la Comisión
de Investigación Real – el tipo de órgano de investigación más importante
que puede encargar el Gobierno en Australia– durante las pesquisas que lleva a
cabo desde 2012.
«Muchos obispos no escucharon, no creyeron o no actuaron», ha
añadido el arzobispo Mark Coleridge. «Los obispos y
dirigentes de órdenes religiosas se comprometen hoy: nunca más». En
cambio, ha añadido: «La única recomendación que no
podemos aceptar es sobre retirar el secreto de confesión».
La investigación ha revelado
que un 7% de los sacerdotes
católicos que trabajaron entre 1950 y 2010 en el país fueron acusados de abusos
sexuales. La Iglesia Católica, con fuerte presencia en Australia,
recibió quejas de 4.500 personas por presuntos abusos a menores cometidos por
unos 1.880 miembros de esta institución, sobre todo hermanos legos y
sacerdotes, entre 1980 y 2015, aunque algunos casos se remontan a la década de
1920. A principios de año, varios arzobispos australianos admitieron que la
respuesta de la Iglesia Católica del país ante los casos de pederastia había
sido equivocada y lindó con la «negligencia
criminal».
Además, 1.100 personas acusaron a miembros de la
Iglesia Anglicana de haber abusado sexualmente de menores durante un
período de 35 años. El 22% de los australianos es católico, y el 13% es
anglicano, según el centro nacional de estadísticas. Ambas confesiones pierden
fieles desde hace décadas.
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