¡PUEBLO DE DIOS, PREPARAOS PORQUE LAS TROMPETAS ESTÁN POR
SONAR Y EL GRITO DE LIBERTAD, MUY PRONTO SE DEJARÁ ESCUCHAR!
AGOSTO
20 DE 2018 - 10: 40 A.M.
LLAMADO URGENTE DE SAN MIGUEL Y LOS ARCÁNGELES Y ÁNGELES, DE LA
MILICIA CELESTIAL MENSAJE A ENOCH
Gloria
a Dios, Gloria a Dios, Gloria a Dios. Aleluya, Aleluya, Aleluya
Que
la Paz del Altísimo esté con todos vosotros, Simientes de mi Padre.
Hermanos
mortales, se están acercando los días de la gran prueba y ésta humanidad sigue
adormecida por el pecado; no se dan cuenta que lo que está por llegar es
tribulación, como nunca antes se había visto en este mundo. El gran Ejército de
Dios bajo mi mando ya está listo, solo esperamos que nuestro Padre de la orden,
para dar comienzo a la gran batalla final que os dará vuestra libertad. Estamos
ya en vuestro mundo, llamadnos y vendremos gustosos con la velocidad del
pensamiento a asistiros. Haced hermanos, la oración de combate de Nuestro Amado
Príncipe Miguel y decid tres veces: ¿Quién cómo
Dios? ¡Nadie cómo Dios! Este es el grito de batalla que vosotros Milicia
Terrenal, debéis de hacer para llamarnos. No se os olvide pedirle primero
permiso a nuestro Padre, con el rezo del Padre Nuestro. Tened pues presente
esta instrucción hermanos, porque la vais a necesitar para los días del gran
combate espiritual. Nuestra Señora y Reina, junto a Nuestro Príncipe, serán los
encargados de dirigir el poderoso Ejército de Dios en vuestro mundo.
Permaneced
en la Gracia del Altísimo, hermanos mortales; alimentaos lo más que podáis del
Cuerpo y la Sangre del Cordero Divino, para que resistáis los ataques y dardos
incendiarios de las huestes del mal. Heredad de mi Padre, consagraos a la
Sangre de Cristo, a los Gloriosos Corazones de Jesús y de María; colocaos la
Armadura Espiritual y el refuerzo del Salmo 91; orando a todo instante con el
Santo Rosario y haciendo mi Exorcismo, para que en los días del último reinado
de mi Adversario, podáis repeler los ataques que recibiréis de día y de noche,
de parte de las fuerzas malignas.
Si
ésta humanidad supiera del Apocalipsis que se le viene, de seguro que estaría
convertida. ¡Qué tristeza sentimos en el Reino de
mi Padre, al ver a los hombres de estos últimos tiempos, tan perdidos por el
pecado y la maldad! Nuestro Padre se desvive de Amor y espera
pacientemente a que esta humanidad se arrepienta y vuelva a Él. Pero no, el
pecado y la maldad, los tienen vendados, se niegan a escuchar a Dios y hacen
caso omiso a sus llamados a la conversión. Sólo viven para satisfacer sus
vanidades y necesidades mundanas; idolatran otros dioses y viven el día a día.
¡Humanidad pecadora, vuestros dioses serán vuestra perdición y junto con
vosotros, caerán mañana!
Pueblo
de Dios, preparaos porque las Trompetas están por sonar y el Grito de Libertad,
muy pronto se dejará escuchar. Entonces, las cadenas rodarán por el suelo y las
coyundas de vuestro yugo se romperán; y vosotros Pueblo de Dios, seréis libres.
La noche dará paso a un Nuevo Amanecer y vuestros ojos contemplarán la Tierra
Prometida, la Jerusalén Celestial, adornada con la Gloria de Dios. Falta poco
Simiente del Altísimo, no perdáis la fe, que vuestra confianza en Dios, sea
vuestra fuerza y esperanza. Por muy duras que sean las pruebas, no
desfallezcáis; acordaos que Dios está con vosotros y no os abandonará; porque
conoce vuestra frágil y débil condición humana y sabe hasta dónde podéis llevar
el peso de vuestra cruz. ¡Ánimo, la meta os está esperando;
pensad en la gloria que os espera! Que el poder de vuestra fe, unido a
la fuerza de la esperanza, os lleve a las puertas de la Nueva Creación, donde
os aguarda la Corona de la Vida.
Dad Gloria al Altísimo, porque es eterna su Misericordia.
Vuestros Hermanos, Miguel Arcángel y los Arcángeles y Ángeles de
la Milicia Celestial
Dad
a conocer nuestros mensajes, hombres de buena voluntad.
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