«Me duele decir esto porque
soy católico»
El presidente nicaragüense,
Daniel Ortega, acusó de «golpistas» a los obispos de la Conferencia Episcopal
de Nicaragua y de ser cómplices, junto con fuerzas internas y fuerzas externas,
de intentar derrocarlo del poder.
(Efe) Durante un discurso ante
miles de sandinistas en una plaza de Managua, el mandatario denunció que muchos templos fueron ocupados como cuarteles
para guardar municiones y salir a atacar y asesinar, en el marco de la
crisis sociopolítica que atraviesa Nicaragua desde el pasado 18 de abril.
La Conferencia Episcopal, mediadora y testigo del diálogo nacional, propuso al presidente Ortega adelantar las elecciones generales
para el 31 de marzo de 2019 sin posibilidad de reelección para superar la
crisis.
Ortega reveló que cuando los obispos le hicieron esa propuesta, el 7 de junio pasado, se «sorprendió» y cuando recibió el
documento, que además de adelantar los comicios planea la reestructuración del Estado, se dijo así
mismo: «Están comprometidos con los golpistas».
«Eran parte del plan con los golpistas»,
continuó el
mandatario, ante miles de nicaragüenses que se congregaron en la Plaza de la
Fe, Juan Pablo II, una explanada ubicada a orillas del Lago de Managua, en
conmemoración del 39 aniversario de la revolución sandinista.
«Me duele mucho decir esto, porque yo le tengo
aprecio a los obispos, les respeto, soy católico», agregó.
Según dijo, dentro del
Episcopado hay obispos con
posiciones de mayor confrontación y otros más moderados, «pero lamentablemente siempre se impone la línea de la
confrontación, no de la mediación».
Ortega calificó la propuesta de los obispos, de adelantar las elecciones
y reestructurar el Estado, como un «golpe de Estado», y que no era la posición de un
mediador, sino de una institución que estaba «tomando
partido» en el marco de la crisis.
«Me asombré, me
dolió que los señores obispos tuvieran esa actitud de golpistas», insistió
Ortega, quien afirmó que se llenó de la
paciencia de Job cuando le hicieron esa propuesta y que, aún así, les
dijo que la plantearan en el diálogo a ver si encontraba consenso. A juicio del
mandatario, los obispos «se descalificaron como mediadores y testigos», porque con su propuesta de
anticipar los comicios, enviaron un mensaje «claro»
de que están a favor del «golpe» de
Estado.
«Es lo que más
me ha dolido, porque llegué a pensar
que con los obispos podíamos encontrar acuerdos que nos ayudara a consolidar la
paz», añadió.
Según Ortega, la actual crisis
en la que está sumergida Nicaragua «ha sido una batalla dolorosa, porque hemos
enfrentado una conspiración armada y financiada por fuerzas internas y por
fuerzas externas que totalmente identificamos», aunque no las mencionó.
Acusó a esas «fuerzas» de iniciar «la
agresión» en el marco de las protestas y de «provocar
los muertos», porque, según dijo, «lanzaban a los jóvenes de los
barrios» a las calles.
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