En una sociedad
inmersa en una profunda crisis de valores y hasta de identidad, las sectas se
aprovechan y ofrecen seguridades, respuestas, asideros… por lo que no es de
extrañar que tantas personas acaben en sus redes. Es lo que opina, y con ello
justifica el actual auge de las sectas, Ángel
Nuño, que es profesor de
Movimientos Religiosos Alternativos en el Instituto Superior de Ciencias
Religiosas “San Pablo” de Málaga, vinculado a la facultad de Teología de
Granada y miembro de la Red Iberoamericana de Estudio de las Sectas (RIES).
Este experto
pone en evidencia la proliferación de grupúsculos de apenas una docena de
integrantes, pero igualmente destructivos, que ejercen su labor de captación a través de internet y las
redes sociales, donde son mucho más difíciles de detectar y controlar.
Recogemos aquí la entrevista que le ha hecho Ignacio A. Castillo para La
Opinión de Málaga.
-
¿Por qué han perdido importancia las sectas de carácter religioso?
- Todavía hay algunas que son
claramente religiosas, por su estructura y configuración. Sin embargo, es
cierto que éstas también han sufrido el proceso de secularización. Hoy día crecen como la espuma otro tipo de grupos que
se alinean con la autorrealización, la meditación o el bienestar. Y en
esta órbita nos encontramos con propuestas de canalización de energías, reiki o
la meditación vipassana… todo esto está de moda.
- Desde mi punto de vista, el elemento religioso ha sufrido una
metamorfosis, se ha tornado y cada vez se parece más a un elemento
espiritual. Son grupos muy cercanos a modas espirituales de tipo oriental, espiritualidad sin Dios, sin religión,
técnicas de relajación, búsqueda de paz interior, descubrimiento del potencial
humano, regresión a vidas pasadas o contacto con difuntos.
Han adquirido también mucha
relevancia las pseudoterapias, que
ofrecen propuestas de sanación mágica. No es siquiera una medicina
natural, ni siquiera se remonta a épocas pasadas. La medicina oficial la
presentan como una conspiración o un negocio del que hay que alejarse. Y
provocan que personas con enfermedades graves se alejen del tratamiento médico
y opten por estas alternativas, que además de suponerles un gran desembolso
económico les van alejando también de una posible curación.
-
¿Cómo llegan a sus víctimas?
- A través de ganchos, que son capaces de detectar los momentos de
especial vulnerabilidad de las personas. A esto hay que añadir el
impacto que aquí también ha tenido internet, lo que también provoca que muchos
de estos grupos sean más difíciles de
rastrear. A las 300 organizaciones detectadas en España hay que sumar
todas estas nuevas realidades que se expanden también a través de las redes
sociales, que captan a sus víctimas y logran configurar grupúsculos de menos de
10 personas pero también con consecuencias atroces.
-
¿Por qué este incremento de la actividad de las sectas precisamente ahora?
- Porque se pone de manifiesto
la crisis social y la ausencia de
valores que padecemos.
-
¿Qué buscan los líderes de las sectas de sus adeptos?
- Uno de los objetivos más
claros es el económico. Es el
fundamental en muchos de estos grupos. Pero no es el único. También hay grupos
quizás, no tan numerosos, en los que destaca sobre todo el carácter megalómano del líder, que quiere que le sigan, que le
obedezcan, que se le sometan a su voluntad. El factor lucrativo, aunque
puede estar también presente, quedaría en un lugar secundario frente a la
admiración a la figura del líder, considerado como una divinidad, una especie
de mesías. Se mezcla también ese elemento.
Secretaría RIES
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