viernes, 6 de abril de 2018

LA MUERTE DE FIDEL CASTRO Y LA SANTERÍA



Entre otras muchas cosas, algo que ha llamado la atención en torno a la muerte del dictador cubano es que, después de nueve días de luto nacional, las cenizas del nonagenario Fidel Castro serán depositadas en el cementerio de Santa Ifigenia (Santiago de Cuba), curiosamente un 4 de diciembre, que es una fecha que jamás ha pasado inadvertida para los cubanos, dondequiera que se encuentren.
Es el día en que los cubanos católicos celebran su culto por Santa Bárbara de Nicomedia, una virgen y mártir cristiana del siglo III decapitada por su propio padre, y más conocida como Santa Bárbara, tal como informa Telemundo.
Sin embargo, ese mismo día no pocos cubanos celebran en paralelo la fiesta en honor de la intensa figura de la religión conocida como Santería: Shangó, el orisha guerrero de los truenos, los rayos, la justicia, la virilidad, la danza y el fuego.
Con una extensa tradición religiosa –que la Revolución de Fidel Castro se ocupó de reprimir durante los primeros veinte años del proceso–, en Cuba se produce de manera natural, como en muy pocos países del mundo, una singular simbiosis entre la imaginería del catolicismo y los cultos yorubas traídos durante dos siglos por los esclavos provenientes del África.
De esa manera, el calendario religioso cubano celebra en una misma fecha a un santo cristiano con una deidad del panteón yoruba. Si bien la Revolución Cubana, atea y materialista, se caracterizó por el rechazo y hasta la represión contra todo culto religioso, es sabido que, de una manera u otra, sus figuras más prominentes dieron indicios de simpatías e incluso de gestos de fe.

La fecha escogida para el entierro daría cuenta, según algunos, de la faceta más religiosa de Castro, educado por los jesuitas. Aunque durante décadas su gobierno prohibió de facto el culto cristiano, fue mucho más tolerante con las expresiones populares de la religión afrocubana o santería.
“EL RETORNO DE LOS BRUJOS”
Es común la asociación de la importante figura política cubana con el mundo de lo oculto. Otros medios se han hecho eco de esto, como los comentarios que ha publicado la BBC. “Siempre hubo un lado esotérico en Fidel, alimentado naturalmente por la santería afrocubana”, escribió Georgie Anne Geyer en su libro Guerrilla Prince: the untold story of Fidel Castro.
Se cita con frecuencia un episodio ocurrido cuando, ganada la revolución, Castro se dirigió a las masas en enero de 1959. En una de las partes más apasionadas de su discurso, una paloma se posó en su hombro. El incidente fue interpretado como una señal de que era “el elegido”.
Algunos –como Georgie Anne Greyer– asocian su sobrenombre de “Caballo” a una dimensión de la santería: el sacerdote de la santería es conocido como el ‘caballo’ de los santos y durante la iniciación en santería, se cree que los santos toman posesión de sus iniciados montándolos”.
En el diario digital El Imparcial, el conocido periodista y escritor español Luis María Anson afirma en un artículo de opinión que “en los altares de la macumba en Brasil, del vudú en Haiti, del winti en Guayana, de la santería en Cuba, yo he visto la imagen expuesta de Fidel Castro. Los ritos pagano-cristianos que impregnan las creencias de infinidad de iberoamericanos rindieron culto religioso desde los años 60 al hombre que regía los destinos de Cuba. Anson cuenta que en una ocasión Octavio Paz le dijo de Castro que, más que un dictador vulgar, “representa el retorno de los brujos”.
Secretaría RIES

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