En la entrada anterior comenzamos a explicar por
qué no debemos ponernos nerviosos cuando se dice que los relatos de la Biblia
fueron copiados de otras fuentes de la antigüedad. Por mucho tiempo fue muy
fácil hacer este tipo de acusaciones, pero hoy, cuando las fuentes originales
están disponibles en línea, la gran mayoría de los supuestos plagios se
desvanecer al leer el texto original y encontrar que el relato mismo es
diferente.
Superado esa simple prueba,
todavía hay casos donde surge cierta correlación entre el relato bíblico y el
mito.
PASO 3: COINCIDENCIAS NO
IMPLICA COPIA
Los mitos son relatos que, de
cierta forma, definen una cultura. De algún modo resuenan con su audiencia,
porque reflejan y explican una parte de su vida diaria. El dios más importante
será de un pueblo guerrero será el de la guerra, y sus sagas serán las que se
repitan una y otra vez. Si otra cultura se desarrolla en torno al comercio y la
navegación, esos relatos tendrán más importancia en sus mitos. A nadie debería sorprender, entonces, que los
relatos de la Biblia reflejen aspectos la vida que eran comunes en la época en
que se escribieron.
Por ejemplo, quien se entera de
primera vez de la vida se Sargón de Acad, y crea que la Biblia es un libro que
cayó del cielo, puede quedar sinceramente sorprendido, hasta conmovido
por ciertos puntos de contacto entre ese personaje y Moisés. Según la leyenda,
al nacer Sargón fue puesto en una cesta por su madre, una sacerdotisa que lo
concibió en secreto, y depositado en el río. La corriente lo llevó hasta el
palacio, donde fue rescatado por el jardinero, quien lo rescató y le enseñó su
oficio. Siendo jardinero, la diosa Istar se enamora de él y eso basta para que
ascienda al trono.
¿Hay razones para
pensar que el autor de Éxodo insertó elementos de la vida de Sargón en su
texto? Claro que no.
De partida, notar que la
leyenda de Sargón proviene del siglo VII a. C., más de mil años después de que
Sargón viviera, y muchos siglos también después de Moisés. No es por tanto una conclusión clara decir
que la Biblia copió la leyenda asiria. Es perfectamente posible que la
dirección haya sido al revés: que los Asirios copiaran partes de la vida de
Moisés, atribuyéndolas a su rey legendario.
Por otro lado, puede que nadie
haya copiado nada. La exposición de niños era una práctica extremadamente común
en la antigüedad, un aspecto de la vida reconocido y aceptado como inevitable.
Sin ir más lejos, los espartanos dejaban a los infantes considerados no aptos
para el combate para ser devorados por las fieras. En ese contexto cultural, no extraña que muchos niños fueran dejados en
cestas a la suerte de un curso de agua, y no pocos habrán sido recuperados y
adoptados por otras familias. A lo largo de los años, algunos deben
haber sido recogidos por gente de palacio, y luego hacer grandes cosas en su
vida. No es que un relato se copiara de otro, simplemente la vida era así de
dura.
No podemos dejar de notar que ahí termina todo parecido entre Moisés y de
Sargón. Sargón fue puesto en la cesta por su madre, una sacerdotisa,
Moisés por su hermana; Sargón es recogido por un jardinero, Moisés por la hija
del faraón; Sargón asciende al trono porque una diosa se enamora de él, Moisés
huye y muere en el desierto; Sargón es recordado como conquistador, Moisés como
legislador. En verdad, entre ambos no hay otro paralelo que el hecho de haber
sido rescatados de las aguas de un río, lo que ni siquiera era poco común en
ese tiempo.
PASO 4: ¿ES IMPORTANTE?
El punto que más quiero
enfatizar, el punto de partida para entender la Biblia, es entender que es la
Palabra de Dios, pero no es un libro que cayó del cielo. Fue escrito por Dios, pero también por
hombres, que escribieron usando en el lenguaje de los hombres, para que fuera
leído y comprendido por otros hombres. El autor humano de la Biblia no
es un oráculo que balbucea frases inconexas que otro interpreta. Él también
participa del texto, y se expresa a través de él usando las formas que son
comunes en su cultura.
Con eso en mente, ¿Puede
sorprender que en la Biblia existan expresiones que también aparecen en otros
pueblos cercanos? Veamos un caso en particular.
Hasta 1834, la única
información que existía sobre el imperio Hitita eran las numerosas menciones de
este pueblo que había en la Biblia. No había escrituras ni ruinas que pudieran
atribuirse a ellos, pero las Escrituras dejaban claro que habían sido un pueblo
muy importante en la antigüedad. En ese año se descubren las primeras ruinas de
este pueblo, y 50 años más tarde se establece que pertenecían a los mismos
Hititas que aparecían en la Biblia. Nuevamente
las Escrituras demuestran que son una fuente histórica confiable.
Posteriormente se han descubierto numerosos textos hititas, y entre ellos un
tratado de vasallaje que supuestamente presenta similitudes estructurales con
los diez mandamientos. La conclusión que los ateos propusieron inmediatamente
fue que los autores de la Biblia habrían plagiados estos tratados para escribir
la Ley de Dios.
Si yo creyera que la Biblia
cayó del cielo y recibiera esta información, seguramente me sentiría devastado.
Pero sé que los autores de la Biblia hablaban el lenguaje de su tiempo, y por
eso no tiene nada de extraño que usaran
las mismas convenciones que se usaban en su época. Incluso si fue Dios
mismo quien dictó el texto a Moisés para que él lo escribiera en la Tablas de
la ley, lo lógico es que usara el lenguaje legal de ese tiempo, como base para
su propia alianza, y así asegurarse de que los israelitas comprendieran lo que
estaban aceptando.
Otro tanto podría decirse de
algunos salmos de la Biblia que alaban a Dios con versos que al parecer serían
similares a los encontradas en escritos de otras culturas cercanas. El libro de
los Salmos es el cancionero que usaban los antiguos israelitas en sus
ceremonias en el Templo de Jerusalén. Tal como hoy se suele adaptar la letra de
canciones populares para cantarlas en la iglesia, puede que en la antigüedad los israelitas hicieron lo mismo con algún canto
que los pueblos vecinos usaban en sus ceremonias. Si en definitiva ese
salmo en particular terminó en la Biblia, no es tan importante como que está
ahí por voluntad de Dios y qué significa para nosotros hoy.
A modo de conclusión,
repasemos la lista de supuestos “Plagios en la
Biblia” con que comenzábamos este artículo, para ver cómo se resuelve
cada uno. Supuestamente la Biblia se copió:
§ De la epopeya de
Gilgamesh en el relato del diluvio: El parecido se limita al tema del diluvio,
algo común en todo el mundo (paso 3)
§ De la vida de
Sargón de Acad en el Éxodo: El parecido se limita a al tema del niño puesto en
una canasta en un río, algo de uso común en la época (paso 3).
§ De los pactos
hititas en los 10 mandamientos: Se explica por la necesidad de dar a entender
la naturaleza del texto (paso 4).
§ De los himnos
cananeos en los salmos: Probablemente adaptación de otras culturas, proceso sin
mayor importancia religiosa (paso 4).
§ De la leyenda de
Buda en el nacimiento virginal de Jesús: No existe referencia a un nacimiento
virginal, en el sentido cristiano, de Buda (paso 2).
§ De los mitos
universales en la fecha de la navidad: Por la variación de los diferentes
calendarios, tal afirmación no tiene sentido (paso 1).
§ De las
religiones mistéricas en el bautismo: Los ritos que involucran sumergir en agua
eran comunes en la antigüedad, tanto en el paganismo como en la religión
israelita (paso 3).
§ Del dios pagano
Mitras en la crucifixión: No existen referencias a una crucifixión de Mitras
previas al cristianismo (paso 2).
§ Del dios pagano
Horus en la resurrección: No es una resurrección en el sentido cristiano, sino
que representa el ciclo constante de puesta y salida del sol (paso 2).
Pato Acevedo
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