En el convento, me regocijaba siempre por anticipado cuando debíamos
cantar himnos y responsos en latín. La fiesta entonces estaba más
viva para mí y veía todo lo que cantaba. Particularmente cuando
cantábamos en latín las letanías de la Virgen Santísima, veía allí
sucesivamente en una visión maravillosa todas las figuras simbólicas de
María. Era como si mis palabras pusieran de manifiesto estas
imágenes. Al principio estaba totalmente asustada por esto; pero luego
esto fue para mí una gracia y una ayuda que excitaba mucho mi devoción.
Vi allí las imágenes y cuadros más admirables.
“Yo
veo salir de la boca del que está orando un trazo de palabras, como un rayo de luz que llega hasta el trono de DIOS.”
“Tuve desde niña la costumbre de orar para evitar las desgracias de los
hombres. Después tuve visiones de estas desgracias evitadas. Si a veces
no hacía las oraciones, veía desgracias como incendios o naufragios
cerca o lejos.” “Miro a los que oran y veo salir de algunos, como
una flor de su boca, que sube al cielo. Del que hace oraciones distraído, sale
una hierba mascada, que cae el suelo.” “Moisés oró con los
brazos abiertos. A esta oración no resiste DIOS, porque su HIJO oró
con los brazos en la cruz.” “Yo pretendía todo de Dios, siempre
pretendía más y más, y lo conseguía todo. Era atrevida con Dios y
pensaba: Él lo tiene todo y le gustará de buena gana que le pidamos
con confianza.” "La oración que más agrada a Dios, es la hecha para
otros y especialmente para las pobres almas. Recen por ellas, si
desean que sus oraciones atraigan mayor interés." “He visto que las oraciones que más responde Dios, son las
que se hacen con el corazón, y he visto claramente que el amado Dios
sólo mira el corazón durante la oración."
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