Las parejas que viven en unión libre no pueden recibir la comunión eucarística porque, por la falta del completo compromiso matrimonial, no están preparados para entrar en unión común con el compromiso redentor que Cristo presenta en la eucaristía.
PARECIERA QUE PUEDEN
COMULGAR
Ante el
problema de la comunión de las parejas en unión libre, surgen las siguientes
ideas por las que se podría pensar que éstas parejas pueden comulgar
eucarísticamente. Se podría decir que un hombre y una mujer que viven en unión
libre no dejan de ser buenos cristianos porque viven un tipo de amor parecido
al matrimonial pero que es un preparativo de éste. En ese amor hay cierto
compromiso pero distinto al del matrimonio.
De igual
forma, las parejas que viven en unión libre podrían acercarse al sacramento
eucarístico, pues, el sacerdote, como administrador de los sacramentos, está
obligado a dar la comunión eucarística a quien se acerque a ella. A menos que
el comulgante se encuentre bajo expreso impedimento, el sacerdote no puede
negar la administración de los sacramentos. Pues «no
deben ser admitidos a la sagrada comunión los excomulgados y los que están en
entredicho después de la imposición o de la declaración de la pena, y los que
obstinadamente persistan en un manifiesto pecado grave» (CIC canon 915).
EUCARISTÍA, MÁXIMO
TESTIMONIO SENSIBLE DEL AMOR DIVINO
Por el
contrario, sabemos que la eucaristía es el máximo testimonio de amor y
compromiso de Dios hacia los hombres, pues es memorial del sacrificio salvífico
de Cristo. Quien no se acerque con dignidad y preparación a ella no puede
tener, por su propia situación, una unión común con el cuerpo de Cristo, pues
esto es aceptar su compromiso y su amor redentor.
Las
parejas que viven en unión libre no pueden recibir la comunión eucarística
porque, por la falta del completo compromiso matrimonial, no están preparados
para entrar en unión común con el compromiso redentor que Cristo presenta en la
eucaristía. Debemos destacar que este impedimento no es una sanción que imponga
la jerarquía eclesiástica, sino que surge a causa de la naturaleza de la unión
libre, que implica una falta de compromiso verdadero.
DISPOSICIÓN PARA SEGUIR
A CRISTO EN COMPROMISO
Se
entiende que los integrantes de la unión libre no están dispuestos del
todo a hacer un compromiso matrimonial duradero. Al no tener esta intención de
compromiso mutuo, unitivo y procreativo, no están capacitados ipso facto
para aceptar el compromiso eucarístico de amor ni para tener parte con él.
Así pues,
podemos concluir que, si bien, las parejas tiene un compromiso parecido al
matrimonial, al no querer aceptar por completo este compromiso unitivo, tienen
cierto dejo de egoísmo y no son aptos para formar una comunidad de amor y vida.
El amor de la unión libre no es completo porque no está abierto a la unión y la
vida en común por completo.
Las
parejas que viven e unión libre no pueden comulgar porque internamente no están
predispuestas para ello. Aún si el sacerdote administrador de la eucaristía no
supiera a quién da la comunión, la pareja comulgante incurriría en una falta al
participar de la eucaristía sin la debida predisposición espiritual.
Gabriel González Nares
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