“La
muerte es un hecho que nos impacta a todos. Llega más tarde o más temprano,
pero llega”, afirmó el Papa Francisco en la homilía de la Misa celebrada
este jueves 1 de febrero en la Casa Santa Marta. Por eso invitó a reflexionar
sobre la muerte, porque “nos hará bien a todos”.
El Santo Padre recordó que “no somos ni
eternos, ni efímeros: somos hombres y mujeres en el tiempo, tiempo que comienza
y tiempo que termina”.
Sin embargo, advirtió contra “la ‘tentación
del momento’ que se apodera de la vida y te lleva a andar por ese laberinto de
egoísmo del momento sin futuro, siempre de ida y vuelta, de ida y vuelta. Y el
camino termina en la muerte, todos lo sabemos. Y por eso la Iglesia siempre ha
tratado de hacer reflexionar sobre este fin nuestro: la muerte”.
El Papa animó a repetirse: “Yo no soy dueño
del tiempo”. Aseguró que “repetir esto
ayuda, porque nos salva de la ilusión del momento, de tomar la vida como si
fuera una cadena de anillos de momentos sin sentido. Estoy en camino y debo
mirar hacia adelante, considerando que la muerte es una herencia”.
También animó a preguntarse: “Si hoy Dios me
llamase, ¿qué herencia dejaré como testimonio de vida? Es una bella pregunta
para hacerse. De ese modo nos preparamos, porque ninguno de nosotros se quedará
aquí como una reliquia. No, todos iremos sobre ese camino”.
Además, explicó que “la muerte es una
memoria, una memoria anticipada” que ayuda a reflexionar. “Cuando muera, ¿qué decisión me habría gustado tomar hoy,
en mi modo de vivir de hoy? Es una memoria anticipada que ilumina el momento de
hoy. Iluminar con el hecho de la muerte la decisión que debo tomar cada día”, finalizó.
Redacción ACI
Prensa
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