El Papa Francisco animó, en la homilía de la Misa
celebrada este martes 27 de febrero en la Casa Santa Marta, a acudir a la
confesión para vivir la Cuaresma desde la conversión.
El Santo Padre explicó que la actitud de Jesús frente a los pecados es
llamar a la conversión: “No amenaza, sino que llama
con dulzura, ofreciendo confianza”.
En este sentido, recordó las palabras de Dios a los jefes de Sodoma y al
pueblo de Gomorra recogidas en la primera Lectura del día, del Libro de Isaías:
“Venid, pues, y discutamos”.
“El Señor dice: ‘Venid y discutamos. Hablemos’. No
nos asusta. Es como el padre del hijo adolescente que ha hecho una chiquillada
y debe reprenderlo. Y sabe que si va con el bastón la cosa no irá bien. Debe
entrar dando confianza”.
En este fragmento bíblico, el Señor “nos
llama como si nos dijera: ‘Venga, venid. Tomemos un café juntos. Hablemos,
discutamos. No tengáis miedo, no quiero daros bastonazos’. Y como sabe que el
hijo piensa: ‘Pero yo he hecho cosas…’, rápidamente reacciona: ‘Incluso si tus
pecados fuesen como de color escarlata, quedarán blancos como la nieve. Si son
rojos como el carmesí, se volverán como la lana’”.
El Pontífice explicó que Jesús actúa con el pueblo pecador del mismo
modo que el padre con el hijo adolescente, actuando con confianza, porque “un gesto de confianza acerca al perdón y cambia el
corazón”.
Por ello, pidió dar gracias al Señor “por su
bondad. Él no quiere darnos bastonazos y condenarnos. Ha dado su vida por
nosotros y ahí reside su bondad. Y siempre busca el modo de llegar al corazón.
Y cuando nosotros sacerdotes, en el lugar del Señor, debemos sentir las
conversiones, también nosotros debemos tener esa actitud de bondad, como dice
el Señor: ‘Venid, discutamos. No hay problema. Aquí tienes el perdón’, y no
presentarse con amenazas”.
En este sentido, señaló que “a mí me ayuda
ver esta actitud del Señor: el padre con el hijo que se cree grande, que se
cree que ha crecido y, sin embargo, todavía está a medio camino. El Señor sabe
que todos nosotros estamos a mitad de camino, y tantas veces tenemos necesidad
de esto, de escuchar esta palabra: ‘Ven, no te asuste, ven. Te perdono’. Y esto
te anima”.
Por último, animó a “ir junto al Señor con
el corazón abierto: Él es el Padre que nos espera”.
Lectura comentada por
el Papa Francisco:
Isaías 1:10, 16-20
10 Oíd
una palabra de Yahveh, regidores de Sodoma. Escuchad una instrucción de nuestro
Dios, pueblo de Gomorra.
16 lavaos, limpiaos, quitad vuestras fechorías de delante de mi vista, desistid de hacer el mal,
17 aprended a hacer el bien, buscad lo justo, dad sus derechos al oprimido, haced justicia al huérfano, abogad por la viuda.
18 Venid, pues, y disputemos - dice Yahveh -: Así fueren vuestros pecados como la grana, cual la nieve blanquearán. Y así fueren rojos como el carmesí, cual la lana quedarán.
19 Si aceptáis obedecer, lo bueno de la tierra comeréis.
20 Pero si rehusando os oponéis, por la espada seréis devorados, que ha hablado la boca de Yahveh.
16 lavaos, limpiaos, quitad vuestras fechorías de delante de mi vista, desistid de hacer el mal,
17 aprended a hacer el bien, buscad lo justo, dad sus derechos al oprimido, haced justicia al huérfano, abogad por la viuda.
18 Venid, pues, y disputemos - dice Yahveh -: Así fueren vuestros pecados como la grana, cual la nieve blanquearán. Y así fueren rojos como el carmesí, cual la lana quedarán.
19 Si aceptáis obedecer, lo bueno de la tierra comeréis.
20 Pero si rehusando os oponéis, por la espada seréis devorados, que ha hablado la boca de Yahveh.
Redacción ACI
Prensa
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