¡HIJOS MÍOS, TENED LISTA Y ACEITADA CON LA ORACIÓN, VUESTRA
ARMADURA ESPIRITUAL; PUESTA A MAÑANA Y NOCHE Y REFORZADA CON EL SALMO 91!
ENERO
17 2018 12: 45 P.M.
LLAMADO URGENTE DE JESÚS SACRAMENTADO A SU PUEBLO FIEL
Hijos
míos, mi paz sea con vosotros.
Mi
pequeño Nabí, están llegando los días de la gran prueba para mi Pueblo;
recogeos en oración, ayuno y penitencia, para que podáis fortalecer vuestro
espíritu y así, salgáis victoriosos en las batallas espirituales que se
aproximan. Hijos míos, os digo esto, porque vuestro enemigo del alma y sus
ejércitos, son las fuerzas que tendréis que vencer. La lucha será contra los
principados y potestades, contra los dominadores de este mundo tenebroso,
contra los espíritus del mal, que moran en los espacios celestes. (Efesios 6.
12)
Nuevamente
os digo, la pelea no es con armas materiales, sino con armas espirituales. Todo
aquel que entable combate espiritual sin la asistencia del cielo, se va a
perder; porque vuestros enemigos no son de carne y hueso, vuestros enemigos son
entidades malignas, las cuales tienen mando y poder sobre este mundo oscuro.
Por lo tanto, la única forma en que los venceréis, será con la oración, el
ayuno, la penitencia, y la ayuda del cielo.
Hijos
míos, tened lista y aceitada con la oración, vuestra Armadura Espiritual;
puesta a mañana y noche y reforzada con el salmo 91. Acordaos que no podéis
entrar en batalla sin vuestra Armadura, porque de hacerlo, seréis presa fácil
de mi adversario y sus huestes del mal. Antes de entrar en combate, pedid la
protección de Nuestros Dos Corazones y decid: Corazones de Jesús y de María,
asistidnos en el combate espiritual de este día; nos refugiamos en vuestros
Corazones; dadnos el poder para vencer al enemigo de nuestra alma y sus huestes
del mal.
Invocad
también a Nuestro Amado Miguel y haced su exorcismo, dado al Papa León XIII.
Orad con el Rosario de mi Madre y de mi Preciosísima Sangre y consagraos a
ella, todos los días a mañana y noche. El poder de mi Gloriosa Sangre, os
mantendrá firmes y alejará de vosotros los demonios espirituales y encarnados.
Pedid la asistencia de las almas del purgatorio, de vuestro Ángel de la Guarda
y Ángeles custodios; lo mismo que la asistencia de los Arcángeles y Ángeles de
la Milicia Celestial, y de las Almas Bienaventuradas, especialmente de aquellas
que en este mundo fueron exorcistas. Mis apóstoles también debéis de invocar en
aquellos días, para que estéis bien protegidos y nada ni nadie pueda haceros
daño.
Tened
muy presente a mis Amados Benito y su exorcismo, a Antonio de Padua y su
exorcismo, a Ignacio de Loyola, Patricio de Irlanda, con su oración de la
Coraza, al Padre Pio de Pietrelcina, a mi Juan Pablo II , y en general a todos
mis Amados que en este mundo combatieron a Satanás y sus demonios. También no
olvidéis el Conjuro de mis Santos Ángeles y la oración de la Coraza de mi
Sangre Redentora que os envié a través de mi Enoch. Todas estas son ayudas y
armas espirituales, con las cuales venceréis a mi adversario y sus legiones del
mal.
Comenzad
pues mis Guerreros a utilizarlas desde ya, para que cuando lleguen esos días ya
estéis fortalecidos y podáis sin temor enfrentar los ejércitos de mi
adversario. No temáis, permaneced firmes en la fe y unidos en el amor; si
acatáis nuestras instrucciones y las ponéis en práctica, os aseguro que ninguna
fuerza del mal podrá haceros daño. Acordaos mis pequeños que en el Aviso,
seréis también revestidos de los dones y carismas que vais a necesitar para
enfrentar a mi adversario. De nuevo os digo, no temáis, poned vuestra confianza
en Nuestros Dos Corazones y ofreced vuestra purificación personal como ofrenda
de amor a mi Padre y os aseguro que alcanzaréis la Corona de la Vida.
Mi
paz os dejo, mi paz os doy. Arrepentíos y convertíos, porque el Reino de Dios
está cerca.
Vuestro
Amado, Jesús Sacramentado Dad a conocer mis mensajes a toda la humanidad,
rebaño mío.
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