Hoy quiero descubrir lo que creo es la más insidiosa
decepción que lleva a los cristiano a la idolatría – aun hoy.
Para hacer esto, tengo que llevarlos atrás a la historia del
becerro de oro en el Monte Sinaí. Si ustedes recuerdan, Dios había salvado a
Israel de Egipto a través de poderosos milagros y los había dirigido a través
del desierto hasta el Monte Sinaí. Él les habló sobre sus mandamientos, pero
todos retrocedieron e insistieron en que solo Moisés subiera la montaña para
hablar con Dios a solas.
Mientras Moisés estaba allá, la gente perdió la paciencia.
Fueron hasta donde el hermano de Moisés, Aarón, y le demandaron que hiciera
dioses que los dirigiera a la Tierra Prometida. Ahora, la palabra que ellos
usan para dioses es Elohim, que se usa en el Antiguo Testamento para referirse
a los dioses paganos y al verdadero Dios, así que no sabemos por completo sobre
quién realmente están hablando aun.
Aarón cedió a sus demandas, moldeando para ellos una estatua,
el becerro de oro, y dijeron, “Este es su dios, Oh
Israel, quien los sacó de la tierra de Egipto” (Éxodo 32:4) Todavía no
sabemos sobre que Dios ellos están hablando, pero Aarón lo clarifica de
inmediato.
Él dice: “Mañana debería haber
una fiestas para el Señor” (Éxodo 32:5). Ahora cuando él dice “Señor” lo que allí se escribió es el nombre “Yahveh”, el nombre de
Dios. Ahora sabemos de quien estaba hablando.
Esto es lo que estaba pasando: Ellos estaban declarando, “Yahveh es nuestro Dios. Yahveh
nos salvó de Egipto. Yahveh es nuestro
Señor”. Debemos ver esta
advertencia, porque si las traducciones son correctas, ellos aún estaban
adorando un ídolo, y nosotros podríamos estar haciendo lo mismo.
De hecho, muchos cristianos hacen esto todos los días. Ellos
declaran: “Jesús es mi Señor”, pero no lo
siguen. Así como Israel decía que adoraban a Yahveh, pero seguían sus propios deseos en lugar de la voluntad de
Dios, muchos cristianos escogen cuales pasajes de la Escritura quieren seguir—e
ignoran todo lo demás que los desafía. Los versículos campeones son lo que
hablan del amor de Dios mientras ignoran Su santidad y el claro llamado a los
creyentes a arrepentirse y alejarse de los caminos del mundo.
Muy parecido también ocurre cuando proclaman Su misericordia
pero cierran sus ojos a Su justicia. Con esta forma de ver las cosas crean un
Dios moldeado a su imagen en lugar de adorar al Dios que los creó a Su imagen.
Este último tiene el poder de transformarlos desde adentro hacia afuera. El
primero siempre estará desprovisto de tal poder. Tal vez no sea la estatua de
un becerro de oro, pero es un falso dios de todos modos.
Esto es crear una imitación falsa de Jesús – un ídolo. No es
adorar a Jesús en verdad. Para adorarlo a Él en verdad, debemos conocerlo desde
su palabra – pero toda ella.
Si has estado adorando a un Jesús que suena más como el
actual estado de ánimo de nuestra cultura que el inmutable Dios de Abraham,
Isacc, y Jacob, te animo a que vuelvas corriendo a las Escrituras. Para
mantenerte alejado de la decepción, debes abrazar la Palabra de Dios y su
plenitud. No ignores las partes en las que te puedas sentir incómodo o
desafiado. No ignores las partes que no entiendas. Recuerda, un dios que
siempre entiendas siempre va a ser más pequeño de lo que eres – y el Dios de la
Biblia es mucho más grande que tú. Puedes descansar sobre esa verdad.
Un gran poder se libera cuando adoramos a Dios en espíritu y
en verdad. Comprometámonos a la tarea de sacar toda falsedad que hayamos tomado
en el camino y redescubramos a Dios como quien Él es. Cuando lo hagamos,
redescubriremos una fe más poderosa que todas las falsificaciones en el mundo.
Recuerda, la fe es tan poderosa como a lo que le tenemos fe.
Asegurémonos de que nuestra fe está en el Dios eterno quien es por siempre
alabado y no solamente al que llamamos con el mismo nombre.
Traducido por
avanzapormas.com – Mensaje perteneciente al pastor John Bevere, de su blog con
devocionales, Fuente original: messengerinternational.org/blog/devotional/worshipping-knockoff-jesus.
Por John Bevere
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