Me gustaría ahondar un poco en el
tema de la teología en general y sus enfoques. A nadie se le escapa que este
tipo de reflexiones, en el fondo, son un intento mío para que la gente entienda
que el Papa Francisco no es un hereje (como dicen algunos extraviados) sino
simplemente el Sumo Pontífice nº 266 de la Iglesia Católica, o el 265 sucesor
de Pedro, obsérvese que es un número menos.
En la teología no cabe todo, hay
expresiones de la verdad que tienen la exactitud de una fórmula matemática:
Las tres personas
de la Santísima Trinidad son un solo Dios.
Asesinar al
inocente es un pecado grave.
Los sacramentos son
siete.
Hay dogmas más complejos, como el
proclamado en el Concilio de Calcedonia acerca de que en Cristo hay dos
naturalezas sin que haya confusión, ni división,
ni separación entre ellas. Dogmas
que requieren de explicación pausada, pero que expresan la verdad de un modo
preciso.
No, en la teología no cabe todo,
no todo es verdad. Ahora bien, sería un error creer que la teología sigue como
en la época de la epístola de León Magno a Flaviano. Quien lea los enfoques de
Trento y quien lea a Ur von Balthasar verá que la teología ha evolucionado. No
escribe de la misma manera el autor de Rerum
Novarum que san Juan Pablo II.
Por eso, cuando algunos amateurs enarbolan
una frase suelta como si fuera una espada o una piedra en una honda frente al
Papa, frente a ciertos cardenales, pues “me llama
mucho la atención”, por decirlo de un modo ultracaritativo.
Escribía un señor de mediana edad
en su Facebook este comentario a mi último post sobre el infierno:
Qué importa lo que
usted piense y crea y cómo pueda entender. Lo que de VERDAD importa es lo que
DICE Y ENSEÑA JESUS.
Ja, ja, gracias, gracias. Fíjese,
no se me había ocurrido. Pero, bueno, créame, todos lo que queremos es
profundizar en lo enseñó Jesús. Te aseguro que buscamos sólo la voluntad de
Dios.
Otro, un treintañero, escribía
también en facebook:
El Padre Fortea,
seguramente por instigación del demonio, dice que el concubinato no es pecado.
Aunque semanalmente recibo muchas
instigaciones del demonio, francamente no dije tal cosa. Estoy seguro.
Aunque este ardiente joven olvida
que todos los autores tradicionales de antes del Vaticano II afirman que la ignorancia
invencible en los segundos principios morales cabe durante largo tiempo. El
padre Royo Marín pone varios ejemplos. Sin ninguna duda, dos personas pueden
estar de total buena fe conviviendo maritalmente sin que cometan ningún pecado.
El pecado subjetivo requiere conciencia de estar cometiendo pecado.
Ya ves, querido Flanders, cuando
vayas al más allá, te puedes encontrar con que hasta Homer Simpson te está
esperando con un ramo de flores a la entrada. Algunos torquemadas tal vez se
encuentren a la entrada con Lutero y Buda en la puerta de entrada. Y es que,
como le dijo Morfeo a Neo en Matrix: El destino no está exento de cierta ironía.
Nota de un crítico: Más le valdría a Fortea citar más el Génesis que a
Mátrix.
P. FORTEA
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