martes, 5 de septiembre de 2017

CUESTIONES CAPILARES


Resulta totalmente antihistórico colocar turbantes en la gente de Judea en esa época histórica como he visto en algunas ilustraciones. Ningún elemento iconográfico avala tal posibilidad.

Los Doce no llevarían joyas encima. Pero los hombres ricos de esa zona sí que llevaban collares y anillos. Los pobres, no.

Entre los doce, unos llevarían el pelo largo y otros, corto. Las dos formas eran usuales en esas tierras entre los judíos. Al levantarse, se componían el pelo con las manos. Unos itinerantes pobres como ellos, quizá viajaban sin peine. Tal vez algunos de ellos tenían un sencillo peine de hueso en sus bolsas. Desde luego viajaban sin espejo. Sólo veían sus rostros en el reflejo de los abrevaderos y las fuentes. Pero ninguno, sin ninguna duda, llevaría ni perilla ni bigote ni patillas largas.

Lo más lógico es imaginarnos a todos los apóstoles con barba, unos más corta, otros más larga. Pero no podemos descartar que uno, dos o tres fueran afeitados. Resulta llamativo observar hasta qué punto las colonias griegas habían influido en los hábitos de la Palestina de esa época.

Pero digo que es más lógico imaginarlos con barbas cortas o largas, porque unos discípulos itinerantes es más razonable pensar que viajaran sin los enseres necesarios para el afeitado. Se necesita alguna sustancia química y agua caliente para ablandar la barba, de lo contrario la piel se va encalleciendo tras diez o veinte años de erosión cutánea tan fuerte, y más con aquellos instrumentos.

P. FORTEA


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