El
Vaticano reafirma su compromiso de luchar contra la corrupción. Lo hace en el
documento final de las consultas internacionales surgidas a raíz del Debate
Internacional sobre la Corrupción, organizado el pasado mes de junio por el
Dicasterio para el Desarrollo Humano Integral en el Vaticano. En el documento,
el dicasterio da a conocer su intención de «formar
un frente común contra las diversas formas de corrupción, crimen organizado y
mafia» y afirma su intención de «profundizar
en el estudio de la excomunión de las organizaciones criminales»
«Hacer frente común
contra las diversas formas de corrupción, el crimen organizado y la mafia» es la clave del documento final del Dicasterio para el Desarrollo Humano
Integral, texto publicado esta semana tras realizar una serie de consultas
internacionales surgidas tras el debate sobre corrupción que tuvo lugar en
junio en el Vaticano. «La Iglesia –señala el
texto– debe ponerse al servicio con coraje,
decisión, transparencia, espíritu de colaboración y creatividad».
Además, según recoge Radio
Vaticana, de cara a la llamada del Papa Francisco de oración contra la
corrupción el mes de febrero de 2018 –en memoria de la muerte del beato
Giuseppe Puglisi–, «se profundizará en el estudio,
junto a las Conferencias Episcopales y las Iglesias locales, de la excomunión
de la mafia y organizaciones criminales similares, en la perspectiva de la
excomunión por la corrupción». Un camino «que
no será sencillo. Hace falta escuchar para proceder en el diálogo también con
los no cristianos, de manera participativa, transparente y eficaz».
La corrupción, dice el documento,
«antes que un acto es una condición, por lo tanto,
es necesaria la educación, la acción institucional y la participación de los
ciudadanos». La tarea educativa, por tanto, «no
se reducirá a exhortaciones piadosas, sino que se tomarán acciones concretas»
con «maestros creíbles. No son creíbles aquellos
que buscan privilegios, exenciones, alianzas o formas preferenciales incluso de
manera ilegal».
La consulta desprende también que
la corrupción deriva en «falta de paz», por
lo que hace una llamada a «despertar las
conciencias», haciendo hincapié en «tres
niveles de acción: la educación, la cultura y la ciudadanía contra toda forma
de indiferencia». Las leyes «son necesarias pero no bastan», concluye.
Alfa y Omega
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