Más
de un centenar de matrimonios celebran sus bodas de oro y plata este
domingo en la catedral de la Almudena, a las 12 horas.
Después de 25 años
casados y cinco hijos, Silvia y Juan Antonio celebran este domingo sus bodas de
plata en la catedral de la Almudena, en una celebración organizada por la
Delegación de Pastoral Familiar.
¿Qué
habéis hecho para lograr estar juntos todos estos años?
La verdad es que no tenemos
conciencia de haber hecho muchas cosas especiales ni complicadas. Más bien
tenemos conciencia de habernos dejado hacer. Sobre todo: querernos mucho,
cuidarnos y respetarnos –el uno al otro y también cada uno– un poco de sentido
común y de sentido del humor… Y dejarnos acompañar por mucha gente, que vive o
ha vivido lo que nosotros, y de una forma especial por los sacerdotes, que
saben del matrimonio mucho más que lo que la gente piensa.
A
veces se cree que estar juntos tanto tiempo es una cuestión de aguante…
Aguantar se aguanta la cola del
autobús. En el matrimonio no vale aguantar. Lo único que vale es AMAR –con
mayúsculas–: la generosidad, entregar y acoger, entregar tu vida y acoger la
del otro. Y nos ilusiona también la tarea de transparentarlo a los demás y
especialmente a nuestros hijos, para que vean que es posible vivir así y que
además es la forma infalible de ser feliz.
¿Qué
papel juega Dios en estos 25 años?
Nosotros nos casamos por la
Iglesia porque tocaba, por convencionalismo social; pero ese fue el
hueco por donde el Señor entró en nuestra vida. Cuando creíamos que nuestra
vida ya estaba organizada –nos queríamos, teníamos cinco hijos–, nos
encontramos con el amor de Cristo en un Cursillo de Cristiandad. Nos mostró una
nueva forma de vivir el matrimonio, con una vida plena, libre, fecunda,
comprometida y nada aburrida. En nuestro matrimonio la gracia es la clave.
Juan Luis Vázquez Díaz-Mayordomo
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