REDACCIÓN CENTRAL, 03 Jun. 17 / 12:48 pm (ACI).- Pentecostés
es el día en que los cristianos recuerdan cuando Jesús, después de su Ascensión
al cielo,
envió al Espíritu Santo a sus discípulos. Posteriormente los apóstoles salieron
a las calles de Jerusalén y comenzaron a predicar el Evangelio, y "los que acogieron su Palabra fueron bautizados.
Aquel día se les unieron unas 3.000 almas." (Hechos 2:41)
En la siguiente nota se presentan algunos puntos para entender quién es
el Espíritu Santo.
1) EL ESPÍRITU SANTO ES
UNA PERSONA
El Espíritu Santo no es una "cosa"
o un "qué", el Espíritu
Santo es un "Él" y un "quién". Él es la tercera persona de la
Santísima Trinidad, aunque pueda parecer más misterioso que el Padre y el Hijo,
es tan persona como ellos.
2) ES COMPLETAMENTE
DIOS
Que el Espíritu Santo sea la "tercera
persona de la Trinidad" no significa que sea inferior que el Padre
o el Hijo. Las tres personas, incluyendo el Espíritu Santo, son totalmente Dios
y “tienen una sola divinidad, gloria igual y
coeterna majestad”, como dice el Credo de Atanasio.
3) SIEMPRE HA EXISTIDO,
INCLUSO EN LOS TIEMPOS DEL ANTIGUO TESTAMENTO
Aunque aprendemos la mayoría de cosas sobre Dios-Espíritu Santo (así
como de Dios-Hijo) en el Nuevo Testamento, Éste siempre ha existido. Dios
existe eternamente en tres personas. Así que, cuando lea acerca de Dios en el
Antiguo Testamento, recuerde que se trata de las tres personas de la Trinidad,
entre ellos el Espíritu Santo.
4) EN EL BAUTISMO Y LA
CONFIRMACIÓN SE RECIBE EL ESPÍRITU SANTO
El Espíritu Santo puede estar activo en el mundo de formas misteriosas y
que no siempre se comprenden. Sin embargo, una persona recibe el Espíritu Santo
de una manera especial por primera vez en el Bautismo (Hechos 2:38), y luego es
fortalecido en sus dones en la Confirmación.
5) LOS CRISTIANOS SON
TEMPLOS DEL ESPÍRITU SANTO
Los cristianos tienen al Espíritu Santo que habita en ellos de una
manera especial, y por lo tanto, existen graves consecuencias morales, como
explica San Pablo:
“Huyan de las relaciones sexuales prohibidas.
Cualquier otro pecado que alguien cometa queda fuera de su cuerpo, pero el que
tiene esas relaciones sexuales peca contra su propio cuerpo ¿No saben que su cuerpo
es templo del Espíritu Santo que han recibido de Dios y que está en ustedes? Ya
no se pertenecen a sí mismos. Ustedes han sido comprados a un precio muy alto;
procuren, pues, que sus cuerpos sirvan a la gloria de Dios”. (1 Cor 6:18-20)
Traducido y adaptado por Diego López
Marina. Publicado originalmente en ChurchPop.
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