DENVER, 23 Abr. 17 / 10:12 am (ACI).- Diversos especialistas
alertaron sobre los peligros de la nueva serie de Netflix “13 Reasons Why”, en las que se relata la historia
de una adolescente de 17 años que se suicida y que señala a un grupo personas,
las 13 “razones”, por las que decidió acabar
con su vida.
La serie está basada en la novela del mismo nombre, que relata la
historia de Hannah Baker, quien no deja una nota explicando su suicidio sino un
grupo de cassettes en los que refiere lo que hizo o dejó de hacer cada una de
las personas a las que responsabiliza por su muerte.
Los creadores de la serie señalan que con esta quieren ayudar a lidiar
con el problema del suicidio, pero varios expertos expresaron sus
preocupaciones al respecto.
Leah Murphy, del ministerio internacional juvenil Life Teen, señala en “en ningún momento en la serie se trata el tema de las
dolencias mentales y se deja en la audiencia la idea de que las personas en el
entorno de Hannah son los responsables de su muerte”.
Murphy resalta este dato ya que “el 90% de
los suicidios los cometen personas que tienen enfermedades mentales
diagnosticadas”.
“Estos problemas de salud requieren mucho más que
la presencia de un buen amigo o la ausencia de algunos problemas serios: exigen
ayuda profesional y seria”.
La experta lamenta también que se muestre a la protagonista de la serie
como una especie de “mártir heroica” que
deja una lección y un legado. Un suicida, precisó, “no
se convierte en héroe o se empodera al identificar a la gente a su alrededor
como las razones para su suicidio”.
Chelsea Voboril, Directora de Educación Religiosa en la Iglesia Católica Good
Shepherd en Smithville, Missouri, dijo a CNA –agencia en inglés del Grupo ACI–
que ella vio la serie con algunos adolescentes y le preocupó que las 13 razones
expuestas fueron consideradas por los jóvenes como “legítimas”
para que Hannah se suicide.
Voboril comentó que realizó un debate con los adolescentes con quienes
comentaron que en el proceso hacia su suicidio, la protagonista nunca se acercó
a sus padres o a un profesional para hablar de lo que le pasaba.
Al final del conversatorio, la especialista pidió a los jóvenes que
quieran ver la serie, que lo hagan con sus padres o un adulto responsables y
exhortó a que “las personas cuyas conciencias aún
no está bien formadas o pueden ser influenciadas por alguno de los grandes
temas, simplemente les pediría que la eviten”.
Owen Stockden, vocero de Living Works, grupo especializado en
capacitación para lidiar con el suicidio, dijo a CNA que una de sus mayores
preocupaciones con la serie es la falta de respuestas adecuadas de los adultos,
en especial los maestros y los consejeros escolares.
“En la serie el consejero de Hannah responde de
manera ineficiente a sus ideas sobre el suicidio”, dijo Stockden.
La profesora y escritora católica Barbara Nicolosi, dijo a su turno que
en ninguno de los caracteres se aprecia una dimensión trascendente y es clara
la ausencia de Dios.
“La serie quiere atribuir todos los problemas de
los jóvenes a las redes sociales y el bullying, pero no considera que esas son
cosas sintomáticas. La pérdida de la fe, la pérdida de la convicción del amor
personal de Dios, la pérdida del sentido de eternidad, todas estas cosas hacen
que el suicidio sea una respuesta lógica al sufrimiento. Nuestros chicos no son
tontos”, explicó a CNA.
Para el psicólogo católico que da consejería en St. Raphael en Denver,
Dr. Jim Langley, es curioso que la serie muestre a los padres de Hannah como
personas que la aman mucho pero que al mismo tiempo ignoran lo que le sucede en
la escuela.
“Es importante que los padres jueguen un rol activo
en la vida de sus hijos, aunque se considere prioritario que vaya
independizándose de sus padres, lo que es saludable. Sin embargo, los padres
tienen que estar involucrados con ellos y hacerles saber que les importan y que
se preocupan. No sean como los padres de Hannah que parecen estar ausentes en
la serie”, alentó el especialista.
Algunos expertos también alertaron sobre el hecho que en la serie no se siguen
varias de las “Recomendaciones para informar sobre
un suicidio”, una lista de lineamientos para los medios que ha sido
preparada por expertos y periodistas.
Los especialistas recomiendan evitar titulares sensacionalistas y piden
no describir muy detalladamente el suicidio, pues está el peligro de que surjan
otros suicidas que busquen copiar lo mismo.
Según el Centro de Control de Enfermedades de Estados Unidos (CDC, por
sus siglas en inglés), el suicidio es la tercera causa de muerte entre las
personas de 10 a 24 años. Los estudios muestran también que un suicidio puede
generar otros allí en las comunidades donde suceden.
Si conoce a alguien que tiene pensamientos suicidas, pida ayuda a
alguien en quien confíe o un profesional. En Estados Unidos puede llamar a la
línea nacional de prevención del suicidio, las 24 horas, al 1-800-273-8255.
Para más información, ingrese AQUÍ.
Para consejería, contacte al sacerdote de su parroquia, diócesis o la
oficina local de Catholic Charities.
Traducido y adaptado por Walter Sánchez Silva.
Publicado originalmente en CNA
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