Jesús fue tentado tres veces en el desierto. En todas estas tentaciones
el venció al demonio con la santidad que nos da la Palabra de Dios en las
Sagradas Escrituras. Esta misma autoridad, la tenemos todos los seres humanos
cuando rechazamos el pecado y escogemos la gracia, este regalo divino continúa
en cada uno de nosotros, es el derecho de usar nuestro libre albedrío o
voluntad propia para decidir entre el bien o el mal.
Durante su ministerio de tres años Jesús demostró su poder sobre
espíritus malignos como podemos ver en ciertos pasajes bíblicos:
Mateo 8:16 Al atardecer, le trajeron muchos endemoniados; él expulsó a
los espíritus con una palabra, y curó a todos los enfermos.
Mateo 8:28-32
28 Al llegar a la otra orilla, a la región de los gadarenos, vinieron a su
encuentro dos endemoniados que salían de los sepulcros, y tan furiosos que
nadie era capaz de pasar por aquel camino.
29 Y se pusieron a gritar: «¿Qué tenemos nosotros contigo, Hijo de Dios? ¿Has venido aquí para atormentarnos antes de tiempo?»
30 Había allí a cierta distancia una gran piara de puercos paciendo.
31 Y le suplicaban los demonios: «Si nos echas, mándanos a esa piara de puercos.»
32 El les dijo: «Id.» Saliendo ellos, se fueron a los puercos, y de pronto toda la piara se arrojó al mar precipicio abajo, y perecieron en las aguas.
29 Y se pusieron a gritar: «¿Qué tenemos nosotros contigo, Hijo de Dios? ¿Has venido aquí para atormentarnos antes de tiempo?»
30 Había allí a cierta distancia una gran piara de puercos paciendo.
31 Y le suplicaban los demonios: «Si nos echas, mándanos a esa piara de puercos.»
32 El les dijo: «Id.» Saliendo ellos, se fueron a los puercos, y de pronto toda la piara se arrojó al mar precipicio abajo, y perecieron en las aguas.
Mateo 12: 22 Entonces le fue presentado un endemoniado ciego y mudo. Y
le curó, de suerte que el mudo hablaba y veía.
Mateo 17:14-20
14 Cuando llegaron donde la gente, se acercó a él un hombre que, arrodillándose
ante él,
15 le dijo: «Señor, ten piedad de mi hijo, porque es lunático y está mal; pues muchas veces cae en el fuego y muchas en el agua.
16 Se lo he presentado a tus discípulos, pero ellos no han podido curarle.»
17 Jesús respondió: «¡Oh generación incrédula y perversa! ¿Hasta cuándo estaré con vosotros? ¿Hasta cuándo habré de soportaros? ¡Traédmelo acá!
18 Jesús le increpó y el demonio salió de él; y quedó sano el niño desde aquel momento.
19 Entonces los discípulos se acercaron a Jesús, en privado, y le dijeron: «¿Por qué nosotros no pudimos expulsarle?
20 Díceles: «Por vuestra poca fe. Porque yo os aseguro: si tenéis fe como un grano de mostaza, diréis a este monte: “Desplázate de aquí allá”, y se desplazará, y nada os será imposible.»
15 le dijo: «Señor, ten piedad de mi hijo, porque es lunático y está mal; pues muchas veces cae en el fuego y muchas en el agua.
16 Se lo he presentado a tus discípulos, pero ellos no han podido curarle.»
17 Jesús respondió: «¡Oh generación incrédula y perversa! ¿Hasta cuándo estaré con vosotros? ¿Hasta cuándo habré de soportaros? ¡Traédmelo acá!
18 Jesús le increpó y el demonio salió de él; y quedó sano el niño desde aquel momento.
19 Entonces los discípulos se acercaron a Jesús, en privado, y le dijeron: «¿Por qué nosotros no pudimos expulsarle?
20 Díceles: «Por vuestra poca fe. Porque yo os aseguro: si tenéis fe como un grano de mostaza, diréis a este monte: “Desplázate de aquí allá”, y se desplazará, y nada os será imposible.»
Marcos 1:23-27
23 Había precisamente en su sinagoga un hombre poseído por un espíritu inmundo, que se puso a gritar:
24 «¿Qué tenemos nosotros contigo, Jesús de Nazaret? ¿Has venido a destruirnos? Sé quién eres tú: el Santo de Dios.»
25 Jesús, entonces, le conminó diciendo: «Cállate y sal de él.»
26 Y agitándole violentamente el espíritu inmundo, dio un fuerte grito y salió de él.
27 Todos quedaron pasmados de tal manera que se preguntaban unos a otros: «¿Qué es esto? ¡Una doctrina nueva, expuesta con autoridad! Manda hasta a los espíritus inmundos y le obedecen.»
23 Había precisamente en su sinagoga un hombre poseído por un espíritu inmundo, que se puso a gritar:
24 «¿Qué tenemos nosotros contigo, Jesús de Nazaret? ¿Has venido a destruirnos? Sé quién eres tú: el Santo de Dios.»
25 Jesús, entonces, le conminó diciendo: «Cállate y sal de él.»
26 Y agitándole violentamente el espíritu inmundo, dio un fuerte grito y salió de él.
27 Todos quedaron pasmados de tal manera que se preguntaban unos a otros: «¿Qué es esto? ¡Una doctrina nueva, expuesta con autoridad! Manda hasta a los espíritus inmundos y le obedecen.»
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