Un niño de 10 años,
de Maryland, aficionado a la ouija
¿Quién no ha visto la película
“El exorcista”? Hablamos de un auténtico
fenómeno cinematografíco y cultural. La película de William Friedkin se ha
convertido en un título de culto para todo aquel que se pregunta por estos
temas y que se siente llamado a cuestionarse sobre el bien, el mal y el
misterio.
Lo que pocos conocen es que la
película “El Exorcista” tiene detrás un caso
real. Un caso de exorcismo con características similares y que sería publicado
en agosto de 1949 en “The Washington Post”. Ahí
comienza el germen de lo que sería la novela de William Peter Blatty y el
posterior guión cinematográfico.
El diario
español ABC recuerda la historia del llamado caso Mannheim, la
historia de un niño de 14 años, residente de Mount Rainier (Maryland).
Según explica, todo comienza
cuando el menor Robbie escuchó unos ruidos en el sótano. Buscó por toda la casa
y comenzó a ver cosas extrañas: una representación de Jesús en el cuarto de la
abuela se torció y se empezó a mover como si alguien golpeara la pared desde
atrás. “Once días después de aquel extraño suceso,
falleció una tía muy querida por Robbie que era aficionada al juego de la
ouija. El propio niño también lo era”, explica el reportaje.
Después de esta vivencia comenzaron
los fenómenos paranormales: “el colchón de la cama de Robbie se movía de
forma violenta en plena noche, los golpes desde el sótano eran constantes, un
olor a excremento inundaba todo y objetos ordinarios -como un jarrón- se
suspendían en el aire”.
La familia con la incógnita de
saber qué ocurría pidieron ayuda a un pastor luterano que se atemorizó tanto
que aconsejó que fuera un exorcista católico quien se hiciera cargo del caso.
Se investigó y finalmente se
procedió a conceder la licencia para realizar un exorcismo. Lo que ocurrió
puede observarse en la película. El niño ataca al sacerdote, se produce una
agresividad inédita y una fuerza perturbadora. Todos los síntomas de lo que se
cataloga posesión demoníaca.
Se realizaron múltiples
exorcismo y se ingresó al joven en una institución mental de Baltimore para
controlarlo. Finalmente un buen día,
explica ABC, “apareció la palabra salida en su
cuerpo y al día siguiente, con la misma velocidad con la que habían surgido,
terminaron los sucesos y el niño volvió a su estado normal”.
Su historia continúa siendo un
enigma y aún nadie ha podido explicarse ese comportamiento. Su historia y su
vida es el germen de lo que posteriormente se ha convertido en una de las
películas más terroríficas de la historia.
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