El mundo natural en el
que vivimos podemos palparlo con nuestros sentidos físicos y no así al mundo
invisible, aún siendo de esta forma estos dos mundos no están separados, sino
absolutamente entrelazados.
El mundo espiritual afecta a todos, ya sea que creamos o no,
todos estamos bajo su influencia, así provenga del reino de la luz o el reino
de la oscuridad. La biblia dice que Dios creo todo lo visible a través de lo
invisible “de modo que lo que se ve fue hecho de lo
que no se veía.” (Hebreos 11:3)
Solo nuestro espíritu tiene la esencia capaz de tocar el
mundo sobrenatural. Nuestro espíritu al ser despertado con palabras
espirituales de fe o de revelación puede tener una experiencia con Dios. La fe
es una realidad que se produce en nuestro interior y conforme la tenemos, la
hablamos. El apóstol Pablo lo dijo así:
“Pero teniendo el mismo espíritu de fe, conforme a lo que
está escrito: Creí, por lo cual hablé, nosotros también creemos, por lo cual
también hablamos”. 2 Corintios 4:13
Primero se me revela interiormente, luego se hace una
realidad un nuestro hombre espiritual y esto nos capacita para vencer los
obstáculos en el plano físico.
¿Cómo es la fe? Para entender podemos comparar a la fe con
los sentidos sensoriales del cuerpo. (tacto, oído, vista, olfato y gusto) Si
estamos frente a una flor de jazmín nuestro sentido del olfato podrá captar de
inmediato el delicioso aroma, no así el resto de los sentidos. La vista podrá
ver su forma, pero nunca podrá describir el aroma. La mano podrá tocarla, pero
tampoco podrá disfrutar de su fragancia; lo mismo pasará con el oído, el tacto
y el gusto. El aroma del jazmín será solo real para el olfato.
La fe es muy similar, de repente nuestro espíritu recibe la
revelación de que somos salvos, o de que somos sanos, bendecidos, prósperos o
que tenemos victoria sobre algún tema, no obstante nuestros sentidos físicos
nos dirán todo lo contrario, los síntomas siguen, la dura realidad aun esta
presente. Pero la realidad de la fe ve otra cosa, siente, percibe y experimenta
otra cosa que es la realidad del reino de Dios, en definitiva, la verdad, que
son las promesas de Dios para nosotros.
Esta fe viene a ser una semilla que comienza a hacer su
trabajo, se germina, se gesta, crece, se fortalece y se manifiesta en la
respuesta. La cualidad superior del mundo espiritual es que tiene el poder de
modificar nuestro mundo físico. Cuando Pablo y Silas quedaron encarcelados,
ellos se aferraron al Señor, cantaron y adoraron y luego de esto dice la
biblia: “Entonces sobrevino de repente un gran terremoto, de tal manera que los
cimientos de la cárcel se sacudían; y al instante se abrieron todas las
puertas, y las cadenas de todos se soltaron”. Hechos 16:26 Estos no muestra el
poder espiritual sobre el mundo físico.
Debemos permanecer aferrados a las verdades eternas, a la
verdad que existe en la palabra de Dios para vencer. Como nos dice 1 Juan 5:4 “Porque todo lo que es nacido de Dios vence al mundo; y
esta es la victoria que ha vencido al mundo, nuestra fe.”
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