viernes, 31 de marzo de 2017

CARDENAL SARAH: «EL COMBATE DE JÉRÔME LEJEUNE SE INSCRIBE EN LA BATALLA FINAL DEL APOCALIPSIS»


«La iglesia, último obstáculo frente a la barbarie»: meditación en una abarrotada iglesia de París.

El cardenal Sarah abarrotó con 1800 personas la iglesia de San Agustín de París.

El pasado 25 de marzo, festividad de la Anunciación y Día Internacional del Día por Nacer, la iglesia de San Agustín de París se abarrotó con casi dos mil personas que quisieron escuchar la conferencia, "meditación" más bien, según sus propias palabras, del cardenal Robert Sarah sobre el profesor Jérôme Lejeune (1926-1994), descubridor del gen causante del llamado síndrome de Down y gran abogado de las personas que lo padecen.

Ferviente cristiano y máximo exponente de la causa provida en el siglo XX, su proceso de beatificación se abrió en 2004 y se cerró en 2012 en fase diocesana. El profesor Lejeune vivió torturado por la idea de que su descubrimiento sirivese, mediante el diagnóstico prenatal y la legalización del aborto eugenésico en casi todo el  mundo, para el exterminio sistemático de estas personas. Hoy la Fundación Jérôme Lejeune continúa su labor tanto en la defensa de la vida humana del no nacido como en la atención práctica a personas con trisomía 21.

UNA BATALLA APOCALÍPTICA
El cardenal Sarah comenzó explicando que no tuvo el "privilegio" de conocer personalmente al profesor Lejeune, pero comenzó su intervención con unas palabras suyas: "Si se quiere atacar verdaderamente el Hijo del Hombre, Jesucristo, solo hay un medio, y es atacar a los hijos de los hombres. El cristianismo en la única religión que dice: 'Vuestro modelo es un niño', el niño de Belén. Cuando os hayan acostumbrado a despreciar a los niños dejará de haber cristianismo en este país". Unas palabras proféticas, si se advierte la rápida descristianización de Francia coincidente con la legalización del aborto en 1975.

El prefecto de la Congregación para el Culto Divino planteó sus palabras más como una meditación que como una conferencia.

"Puede afirmarse que el combate del profesor Jérôme Lejeune, con las únicas armas de la verdad y de la caridad, un combate librado con las manos desnudas, se inscribe en la batalla final, evocada en el Apocalipsis según San Juan, entre Dios y Satanás. Frente a la arrogancia del Goliat de los poderes financieros y mediáticos, fuertemente armada y protegida por la coraza de sus falsas certezas y por las nuevas leyes contra la vida, la Iglesia católica del siglo XX, al menos en Occidente, parece ese 'pequeño resto' del que hablan las Sagradas Escrituras".

UN CARDENAL CONTUNDENTE CONTRA EL ABORTO
"En efecto", continuó, "la Iglesia católica, cual David, solo dispone del pequeño guijarro del Evangelio de la Vida y de la Verdad, y sin embargo golpeará al gigante en plena cabeza y lo derrotará. Lo sabemos bien, y la vida entera del profesor Lejeune nos aporta un brillante testimonio, se trata de una batalla a la vez áspera y decisiva, que será larga y se parece a la de los últimos tiempos descritos en el último libro de la Biblia. Afecta a la supervivencia de la humanidad misma. El 'dragón infernal de siete cabezas que escupe fuego', prototipo de esa cultura de la muerte denunciada por San Juan Pablo II en su magisterio, se detiene ante la mujer embarazada, dispuesto a devorar al niño en cuanto nazca, y a devorarnos también a 'nosotros' (cf. Ap. 12, 4).

»Seamos conscientes de que, una vez más, y esto ha sucedido muy a menudo en su larga historia bimilenaria, la Iglesia constituye el último obstáculo contra la barbarie: ahora no se trata de Atila y los hunos, a quienes detuvo Santa Genoveva a las puertas de París en 451, ni del combate de los Papas del siglo XX (desde Pío XI hasta San Juan Pablo II) contra los diversos totalitarismos que ensangrentaron Europa y el resto del mundo. Se trata de una barbarie aséptica en el laboratorio, terriblemente eficaz, de la cual la opinión pública apenas se da cuenta, anestesiada como está por los Goliat de los poderes financieros y mediáticos. Sí, se trata de un combate… a vida o muerte. Si  no fuese así, ¿estarían intentando los poderes públicos en Francia silenciar a las páginas web provida inventándose un delito de “coacción digital” contra el aborto? Durante la discusión de este proyecto de ley aberrante en el Parlamento francés, los defensores de la vida han sido verbalmente linchados por haber osado recordar que el aborto no es un derecho, sino un crimen, y el mayor drama de nuestro tiempo.

APLASTADO Y ENTRE ESPINAS
Tras este impresionante arranque, el cardenal Sarah glosó la vida del profesor Jérôme Lejeune, su rechazo a los compromisos y su renuncia a los honores, “aceptando la humillación del exilio interior”: “Contra viento y marea, permaneció fiel a Cristo y al Evangelio, y por eso representa para cada uno de nosotros un ejemplo admirable de fortaleza en la fe y de entrega en la caridad”.

Y añadió que también es una vida de “mártir cristiano” aquella “durante la cual todo se ofrece a Dios, incluida la vida, la familia, la reputación y la honra para que sean aplastadas a los pies de los paganos, una vida en la que se renuncia a todo por el Amor de Dios”.

Sarah recordó que la comunidad científica a la que Lejeune pertenecía “si no le rechazó, sí le marginó por sus posiciones sobre la cuestión crucial de la vida, consideradas demasiado rígidas o extremistas”.

A ello unió un servicio “a los enfermos y a sus familias, a la cabeza de un equipo que puede considerarse fraternal, animado solo por el deseo de curar, o al menos de aliviar los sufrimientos físicos y morales provocados por la enfermedad y sus limitaciones. La caridad que animaba al profesor Lejeune unía así los dos aspectos de su vocación al servicio del enfermo, y esta virtud teologal de la caridad fue la vía real que Jérôme Lejeune tomó con valentía y determinación para recorrer un camino plagado por las espinas de este mundo hacia la contemplación del Dios vivo, la Trinidad Santa del Amor.

»Mediante su servicio cotidiano, humilde y confiado en la Providencia, el profesor Lejeune puso rostro a la caridad de Cristo entre nosotros, y no se ha olvidado su sonrisa luminosa y resplandeciente y su mirada de un azul marcado por ese amor al prójimo que emanaba de un alma donde Jesús, recibido en la Santa comunión eucarística, había hecho su morada”.

"NO SUCUMBIÓ AL ORGULLO"
El cardenal Sarah  no dudó en posicionarse a favor de la beatificación de Lejeune: en él “puede hablarse verdaderamente de una espiritualidad de la Encarnación, que constituye, junto con la defensa de la verdad concerniente a la vida humana y junto con la compasión, como uno de los rasgos esenciales de esa santidad que deseo ver un día reconocida por la Iglesia, para que podamos beneficiarnos de su intercesión y, así, ser sostenidos en nuestra lucha contra la degradación actual de nuestra sociedad por su ejemplo y su combate por la vida”.

El prefecto de la Sagrada Congregación para el Culto Divino destacó a continuación “como este hombre de acción, a la vez científico y poeta, tan inteligente y de gran sensibilidada y delicadeza, no sucumbió al orgullo”. Escapó al riesgo “bien conocido por los ardientes misioneros del Evangelio”, de que “nuestro yo establezca su supremacía dejando subrepticiamente a Dios de lado”. Y lo hizo porque “resonaba constantemente en su corazón de creyente, de humilde servidor del Evangelio y de la Iglesia, la palabra de María en la Anunciación: Fiat”.

“Jérôme Lejeune consintió en dejar que Dios actuase”, añadió el purpurado: “Para la teología católica, consentir es aceptar esa unión de la libertad y de la gracia que eleva al hombre al nivel de colaborador de Dios. Para un bautizado, la decisión de remitir a Cristo la dirección de su propia vida es un acto fundamental, que permite frustrar las trampas del deseo de aparentar, de la decepción y de la tristeza”.

EL VALOR DEL SILENCIO
“Para ello”, continuó, “hay que hundirse en lo que yo llamaría la ‘discreción', es decir, en el silencio propio de los grandes contemplativos y de los auténticos adoradores de Dios”, y al que el cardenal Sarah ha consagrado uno de sus últimos libros.


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