lunes, 6 de febrero de 2017

DAR VIDA



"Atravesaron el lago y llegaron a la tierra de Genesaret, donde amarraron la barca a la orilla. Tan pronto como bajaron de la barca, la gente reconoció a Jesús. Recorrieron toda aquella región, y comenzaron a llevar enfermos en camillas a donde sabían que estaba Jesús. Y dondequiera que él entraba, ya fueran aldeas, pueblos o campos, ponían a los enfermos en las plazas y le rogaban que les dejara tocar siquiera el borde de su capa. Y todos los que la tocaban quedaban sanados."

Si no interpretamos correctamente este texto, podemos creer que Jesús era un curandero. Lo que quiere decirnos el evangelio, es que Jesús "daba VIDA". La gente le seguía porque se desprendía de Él la bondad. Dedicaba el tiempo a hacer el bien. Curaba espiritual y físicamente a los que se le acercaban. Pero no como un curandero, si no como alguien que cambia nuestras vidas. Por eso antes de curar, vemos muchas veces en el evangelio, que Jesús dice: tus pecados te son perdonados. 
Seguir a Jesús significa participar de su VIDA. Es vivir basándose en el amor. Es repartir vida a nuestro alrededor.


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