Como bien saben los teóricos del
Derecho Constitucional, un Estado no debe albergar en su seno dos tribunales
supremos. Porque todo irá bien cuando en todo haya acuerdo. Pero todo irá mal
cuando comience a haber divergencias. Esto es un principio tan sencillo que
apenas requiere argumentación.
En España, sea dicho de paso,
tenemos un Tribunal Supremo y un Tribunal Constitucional. Pero ambos tienen
campos distintos. Y en caso de conflicto entre los dos, es el Tribunal
Constitucional el que determinaría de forma única, vinculante e inapelable si
lo que determina el Tribunal Supremo es constitucional o no.
Este principio del Derecho acerca
de que sólo puede haber un Tribunal Supremo vale para un Estado y para el Reino
de Dios sobre la tierra. Dios que todo lo hace con tanta sabiduría ¿no
estableció tal principio en su Iglesia? Evidentemente, sí: Prima Sedes a nemine iudicatur, la Primera
Sede no es juzgada por nadie.
Si el mismo Concilio Universal
pudiera juzgar al Papa, se destruiría el orden claro, nítido, transparente que
rige el ordo ecclesiasticus. La
Iglesia no puede corregir al Papa, porque los fieles no pueden hablar por sí
mismos formando un coro unánime y perfecto. Porque un cuerpo habla por su
cabeza, y la cabeza es el Papa.
Sería falso decir que el Pueblo
fiel habla a través de sus obispos, porque los obispos no representan a sus
rebaños. Lo repito: el obispo no representa a sus fieles.
Luego si la Iglesia no puede
hablar sin cabeza, si los obispos no representan al pueblo fiel, ¿qué significa
que la Iglesia puede corregir al Papa como ha afirmado el artículo que cité
ayer? Eclesiológicamente no es posible.
Alguien dirá: ¡el concilio
universal! Pero la Ley de la Iglesia es clara al respecto: el Concilio
Universal no está por encima del Papa. Algunos afirman: el Papa puede ser
hereje. Eso no es posible. Pero es que si lo fuera ¿quién declara hereje a un
Papa? La Iglesia, no porque no tiene una voz. Unos cuantos obispos, no. El
concilio universal, no. ¿Quién por tanto? ¿Los ángeles del cielo? ¿Una voz que
habla desde el cielo? ¿Los blogs de la blogosfera?
Los cardenales durante la sede
vacante se reúnen en un lugar del mundo, oran, dialogan, se escuchan, piden la
iluminación del cielo: una vez elegido el Vicario de Cristo ya no hay marcha
atrás. ¿Creemos que existe Dios o no? Hay cosas que dependen de Dios, no de los
estamentos inferiores.
No hace falta repetir que creo
que el Papa puede equivocarse siempre que no hable ex
cathedra. El Papa puede ser
incluso deleznable: pero no puede ser públicamente corregido. No puede hacerse
tal cosa sin quebrantar algo tan sacro como el Ordo
Ecclesiae.
¿Y si se hace? Después vienen los
ayes. Se juega con fuego y después las cosas se van de las manos. Al final, por
querer defender la ortodoxia, se provoca que un daño que, a la postre, es
mayor.
Acabo con estas
palabras de san Cipriano:
La
Iglesia, envuelta en luz divina, extiende sus rayos sobre el mundo entero y,
con todo, constituye una sola luz
que se difunde por doquier sin que su
unidad sufra división.
P. FORTEA
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