Benedicto XVI dice que estamos
pasando por la apostasía menor.
Recientemente Emmett O’Regan
de Unveiling
the Apocalypse, ha profundizado en la ponencia de Benedicto
XVI.
Diferenciando entre dos períodos
de apostasía distintos en el tiempo final.
Los que se predijeron tanto en
las Escrituras como en revelaciones privadas aprobadas por la Iglesia.
Parecería que actualmente nos
encontramos en el tiempo en que satanás ha sido arrojado a la tierra.
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Y está persiguiendo con enorme ira a la Mujer Vestida de Sol.
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Y está persiguiendo con enorme ira a la Mujer Vestida de Sol.
Luego vendrá la restauración
de la Iglesia y el Triunfo del Inmaculado Corazón de María.
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Tiempo en el que aparecerá finalmente el Anticristo y provocará la Gran Apostasía.
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Tiempo en el que aparecerá finalmente el Anticristo y provocará la Gran Apostasía.
LA SITUACIÓN ACTUAL
Si queremos entender la situación actual dentro de
la cronología de los acontecimientos apocalípticos. Veamos lo que dice el experto de EWTN Colin Donovan:
“Místicos católicos aprobados
(Venerables, Beatos, Santos y apariciones aprobadas) arrojan una luz
considerable sobre este proceso, profetizando una apostasía y tribulación
menores hacia el fin del mundo, después de lo cual se producirá el reencuentro
de los cristianos.
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Sólo más tarde será el mundo entero el que abandonará a Cristo (la gran apostasía), surgirá el Anticristo persona (individuo) y sobrevendrá la tribulación del Fin“.
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Sólo más tarde será el mundo entero el que abandonará a Cristo (la gran apostasía), surgirá el Anticristo persona (individuo) y sobrevendrá la tribulación del Fin“.
De modo que la Gran Apostasía
que tiene lugar durante el reinado del Anticristo no se producirá hasta que la
restauración de la Iglesia haya tenido lugar durante el ministerio de los Dos
Testigos.
¿Quiénes
son los dos testigos? Hay varias versiones al respecto.
Pilar Zarama opina que los dos testigos son Jesús y María, que aparecerán luego
del Aviso a la humanidad.
En cambio Taylor Marshall opina que son Enoc y Elías, que fueron únicos dos
profetas que no murieron y fueron llevados al cielo, ver aquí.
Pero esto no es el tema de este artículo.
El período de una apostasía anterior a la Gran
Apostasía se encuentra tanto en las Escrituras como en la profecía privada, y
se refiere a otra apostasía de la fe
(una “apostasía menor”) que tiene lugar antes de la restauración de la Iglesia,
en oportunidad del anuncio del Evangelio hasta los confines de la tierra.
Este es el período espiritual más peligroso en la
historia humana fuera de la propia Gran Apostasía.
LA NOCIÓN ES EXPRESADA POR
BENEDICTO XVI
A lo largo de su pontificado, el Papa Benedicto XVI
ha revelado algún secreto para demostrar que él cree que hay pruebas suficientes para pensar que
estamos viviendo en esta apostasía menor, mencionada en la profecía, que
tiene lugar inmediatamente antes de la restauración de la Iglesia.
Benedicto XVI ha sugerido
previamente que el período de la restauración de la Iglesia, que tiene lugar
después de la apostasía menor, puede estar relacionada – de alguna manera – al
año 2017.
“Puede que
los siete años que nos separan del centenario de las apariciones aceleren el
cumplimiento de la profecía del triunfo del Inmaculado Corazón de María,
a la gloria de la Santísima Trinidad”. (Homilía de Su
Santidad Benedicto XVI, en la explanada del Santuario de Nuestra Señora de
Fátima, el jueves 13 de mayo 2010).
Pero además Benedicto XVI ha compartido algunas
otras impresiones acerca de la actual situación de la Iglesia, al vincular al escándalo de la actual apostasía
de la fe, a la pedofilia en el clero y a las profecías de Santa Hildegarda von
Bingen, en donde la alemana tuvo una visión de la Iglesia como una mujer vestida con ropas manchadas representando la “suciedad”
dentro de la Iglesia.
“¡Excita, Domine, potentiam tuam, et veni! La
liturgia de la Iglesia ora incesantemente en los días de Adviento con
éstas o parecidas palabras. Son invocaciones
formuladas probablemente en el período del declive del Imperio Romano.
La
disolución de los ordenamientos que sustentaban en derecho y de las actitudes
morales de fondo, que les daban fuerza, provocaron la ruptura de los muros que
hasta ese momento habían protegido la convivencia pacífica entre los hombres.
Un
mundo estaba llegando a su ocaso.
Además, frecuentes
calamidades naturales aumentaban esta experiencia de inseguridad.
No se veía ninguna fuerza capaz de frenar dicho
declive. Se hacía cada vez más insistente la invocación del poder de Dios: que venga y proteja a los hombres de
todas estas amenazas.
¡Excita, Domine, potentiam tuam, et veni! También hoy tenemos numerosos motivos para
unirnos a esta oración de Adviento de la Iglesia.
El mundo, con todas sus nuevas esperanzas, está, al
mismo tiempo, angustiado por la impresión de que el consenso moral se está disolviendo, un consenso sin el cual no
funcionan las estructuras jurídicas y políticas; por consiguiente, las fuerzas movilizadas para defender dichas
estructuras parecen estar destinadas al fracaso.
¡Excita, Domine, potentiam tuam, et veni! La
oración recuerda el grito dirigido al
Señor, que estaba durmiendo en la barca de los discípulos sacudida por la
tempestad y a punto de hundirse.
Cuando su palabra poderosa apaciguó la tempestad,
Él echó en cara a los discípulos su poca fe. Quería decir: en vosotros mismos,
la fe se ha adormecido. Lo mismo quiere decirnos también a nosotros.
Con
mucha frecuencia, también en nosotros la fe está dormida.
Pidámosle, pues, que nos despierte del sueño de una
fe que se ha cansado y que devuelva a esa fe la fuerza de mover montañas, es
decir, de dar el justo orden a las cosas del mundo.
¡Excita, Domine, potentiam tuam, et veni! Esta
oración de Adviento me ha venido una y
otra vez a la mente y a los labios en las grandes angustias que durante
este año nos han afectado.
Con mucha alegría comenzamos el Año Sacerdotal y,
gracias a Dios, pudimos concluirlo también con mucha gratitud, no obstante su
desarrollo fuera tan distinto a como habíamos esperado.
En nosotros, sacerdotes, y en los laicos,
precisamente en los jóvenes, se ha
renovado la convicción del don que representa el sacerdocio de la Iglesia
católica, que el Señor nos ha confiado.
Nos hemos dado cuenta nuevamente de lo bello que es
el que seres humanos tengan la facultad
de pronunciar en nombre de Dios y con pleno poder la palabra del perdón,
y así puedan cambiar el mundo, la vida
Qué hermoso el que seres humanos estén autorizados
a pronunciar las palabras de la
consagración, con las que el Señor atrae a sí una parte del mundo,
transformándola en sustancia suya en un determinado lugar.
Qué bello poder estar, con la fuerza del Señor, cerca de los hombres en sus gozos y
desventuras, en los momentos importantes y en aquellos oscuros de la
vida.
Qué bello tener como cometido en la propia existencia
no esto o aquello, sino sencillamente el
ser mismo del hombre, para ayudarlo a que se abra a Dios y sea vivido a
partir de Dios.
Por eso nos
hemos visto tan turbados cuando, precisamente en este año hemos venido a saber
de abusos contra menores, en unas dimensiones inimaginables para
nosotros, cometidos por sacerdotes, que convierten el Sacramento en su
contrario y, bajo el manto de lo sagrado, hieren profundamente a la persona
humana en su infancia y le provocan daños para toda la vida.
En este contexto, me ha venido a la memoria una visión de santa Hildegarda de Bingen,
que describe de manera impresionante lo que hemos vivido en este año:
«En el año 1170 después de Cristo estuve en cama,
enferma durante mucho tiempo.
Entonces, física y mentalmente despierta, vi una mujer de una tal belleza que la mente
humana no es capaz de comprender.
Su figura se erguía de la tierra hasta el cielo. Su
rostro brillaba con un esplendor sublime. Sus ojos miraban al cielo.
Llevaba
un vestido luminoso y radiante de seda blanca y con un manto cuajado de piedras
preciosas. En los pies calzaba zapatos de ónix.
Pero
su rostro estaba cubierto de polvo, su vestido estaba rasgado en la parte
derecha.
También
el manto había perdido su belleza singular y sus zapatos estaban sucios por
encima.
Con gran voz y lastimera, la mujer alzó su grito al
cielo: ‘Escucha, cielo: mi rostro está embadurnado. Aflígete, tierra: mi
vestido está rasgado. Tiembla, abismo: mis zapatos están ensuciados’.
Y prosiguió: ‘Estuve escondida en el corazón del Padre, hasta que el Hijo del hombre,
concebido y dado a luz en la virginidad, derramó su sangre. Con esta
sangre, como dote, me tomó como esposa.
Los estigmas de mi esposo permanecen
frescos y abiertos mientras estén abiertas las heridas de los pecados de los
hombres.
,
El que permanezcan abiertas las heridas de Cristo es precisamente culpa de los sacerdotes.
.
Ellos rasgan mi vestido porque son transgresores de la Ley, del Evangelio y de su deber sacerdotal.
.
Quitan el esplendor de mi manto, porque descuidan totalmente los preceptos que tienen impuestos.
.
Ensucian mis zapatos, porque no caminan por el camino recto, es decir por el duro y severo de la justicia, y también porque no dan un buen ejemplo a sus súbditos.
.
Sin embargo, encuentro en algunos el esplendor de la verdad’.
,
El que permanezcan abiertas las heridas de Cristo es precisamente culpa de los sacerdotes.
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Ellos rasgan mi vestido porque son transgresores de la Ley, del Evangelio y de su deber sacerdotal.
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Quitan el esplendor de mi manto, porque descuidan totalmente los preceptos que tienen impuestos.
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Ensucian mis zapatos, porque no caminan por el camino recto, es decir por el duro y severo de la justicia, y también porque no dan un buen ejemplo a sus súbditos.
.
Sin embargo, encuentro en algunos el esplendor de la verdad’.
Y escuché una voz del cielo que decía: ‘Esta imagen representa a la Iglesia.
Por esto, oh ser humano que ves todo esto y que
escuchas los lamentos, anúncialo a los sacerdotes que han de guiar e instruir
al pueblo de Dios y a los que, como a los apóstoles, se les dijo: Id al mundo
entero y proclamad el Evangelio a toda la creación » (Carta a Werner von
Kirchheim y a su comunidad sacerdotal: PL 197, 269ss)
En
la visión de santa Hildegarda, el rostro de la Iglesia está cubierto de polvo,
y así es como lo hemos visto.
Su
vestido está rasgado por culpa de los sacerdotes. Tal como ella
lo ha visto y expresado, así lo hemos visto este año.
Hemos de acoger esta humillación como una
exhortación a la verdad y una llamada a la renovación. Solamente la verdad
salva.
LO DICHO POR BENEDICTO XVI SE
CORRELACIONA CON LO DICHO POR SOR LUCÍA DE FÁTIMA
Hay similitudes entre las palabras de Benedicto XVI
y las de Sor Lucía durante su
entrevista con el Padre Fuentes:
“Sor Lucía también me dijo:
‘Padre, el demonio está dispuesto a participar en una batalla decisiva contra
la Santísima Virgen.
.
Y él sabe que eso es lo que más ofende a Dios y que en corto tiempo ganará para sí el mayor número de almas.
.
Así que el demonio hace todo para dominar las almas consagradas a Dios, porque de esta manera logrará dejar a las almas de los fieles abandonadas por sus líderes, y así poder apoderarse de ellas más fácilmente”.
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Y él sabe que eso es lo que más ofende a Dios y que en corto tiempo ganará para sí el mayor número de almas.
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Así que el demonio hace todo para dominar las almas consagradas a Dios, porque de esta manera logrará dejar a las almas de los fieles abandonadas por sus líderes, y así poder apoderarse de ellas más fácilmente”.
“Lo que
aflige al Inmaculado Corazón de María y al Corazón de Jesús es la caída de las
almas religiosas y sacerdotales.
El demonio sabe que los religiosos y sacerdotes que
abandonan su hermosa vocación arrastrarán numerosas almas al infierno.
Él
quiere tomar posesión de almas consagradas. Se trata de los corruptos con el fin de adormecer
las almas de los laicos y llevarlas así a la falta de arrepentimiento final.
Emplea todos los trucos, incluso yendo tan lejos
como para sugerir el retraso de la entrada a la vida religiosa, cuya
consecuencia es la esterilidad de la vida interior, y entre los laicos, la frialdad (falta de entusiasmo) en relación con el
tema de la renuncia a los placeres y de su entrega total a Dios”.
Una correlación entre estas
palabras de Sor Lucía y la visión de “suciedad” dentro de la Iglesia de Santa
Hildegarda, claramente parece haber estado en la mente del Papa Benedicto, ya
que utiliza básicamente los mismos temas y
simbolismo durante su visita a Fátima en 2010:
“En cuanto a las cosas nuevas que hoy podemos
encontrar en este mensaje, también está el hecho de que los ataques contra el Papa y la Iglesia no sólo vienen de afuera.
Sino
que los sufrimientos de la Iglesia vienen precisamente de dentro de la Iglesia,
del pecado que existe dentro de la Iglesia.
Esto también es algo que siempre hemos sabido, pero
hoy lo estamos viendo de una manera realmente aterradora.
Que la mayor persecución de la Iglesia no viene de
sus enemigos externos sino que surge del pecado dentro de la Iglesia.
Y que la
Iglesia por lo tanto no sólo tiene, por un lado, una profunda necesidad de
reaprender la penitencia, de aceptar la purificación, de aprender el
perdón sino también la necesidad de justicia, por el otro”
YA SE HABÍA REFERIDO AL TEMA
CUANDO ERA CARDENAL
El Cardenal Ratzinger se había referido antes a los
escritos de Santa Hildegarda, en su
famoso sermón del Vía Crucis, en 2005, justo antes de ascender al
Papado, y que describen el estado actual de la Iglesia como una mujer cuyos
vestidos están sucios.
“¿No deberíamos pensar también en lo mucho que
Cristo sufre en su propia Iglesia?
¡Con
qué frecuencia es agraviado el Sagrado Sacramento de Su Presencia, con qué
frecuencia debe entrar en corazones vacíos y malvados!
¡Con
qué frecuencia solamente celebramos nosotros, sin siquiera darnos cuenta de que
Él está allí!
¡Con qué frecuencia se tuerce su Palabra y se usa
incorrectamente!
¡Qué poca fe está presente detrás de tantas
teorías, de tantas palabras vacías!
¡Cuánta suciedad hay en la Iglesia, e incluso entre
aquellos que, en el sacerdocio, deberían estar completamente entregados a Él!
¡Cuánto orgullo, cuánta autocomplacencia!”.
“Señor,
frecuentemente tu Iglesia parece una barca a punto de hundirse, un barco que
hace agua por todas partes.
En tu campo vemos más cizaña que trigo. Las prendas
sucias y la cara de tu Iglesia nos mueven a la confusión.
¡Sin embargo, somos nosotros los que las hemos ensuciado! Somos nosotros los que
te traicionan una y otra vez, después de todas nuestras nobles palabras y
grandes gestos.
Ten piedad de tu Iglesia…
Te pusiste de pie, te levantaste y Tú puedes
también levantarnos. Salva y santifica tu Iglesia. Sálvanos y santifícanos”.
También es evidente aquí que el Santo Padre vincula nuestra situación actual con la de
cuando Jesús calma la tormenta y que él ve a este suceso como “la
profecía cumplida”, ya que más tarde desarrolló esta línea de pensamiento
en su discurso pronunciado en 2010, antes mencionado.
Así que para Benedicto, la
barca de San Pedro está soportando la tormenta antes de la gran calma, lo que a
su vez se alude en el sueño de “los dos pilares” de San Juan Bosco.
HILDEGARDA PROFETIZA LA
RESTAURACIÓN DE LA IGLESIA LUEGO DE UNA TRIBULACIÓN
Santa Hildegarda predijo muy
claramente que la restauración de la Iglesia tendría lugar después del período
de la desolación asociada con la apostasía menor.
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Cuando las prendas sucias de la mujer serán lavadas en la sangre de Cristo:
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Cuando las prendas sucias de la mujer serán lavadas en la sangre de Cristo:
“Vi que Trier (ciudad del S.O. de Alemania, Centro
temprano de la Cristiandad) en un principio estaba adornada con el nuevo fuego que descendió sobre los discípulos en lenguas
de fuego, de modo que en su fe dorada, todas sus calles fueron regadas
con milagros.
Pero ahora
está cercada por una moral inestable y sórdida y por el cansancio, como si no
conociese a Dios, y se ha contaminado con muchos otros males.
Se
ha desgastado por el cansancio y ya no goza de la alegría y de la belleza de sus
originales y honorables instituciones. Ha hecho caso omiso de sus muchos
pecados.
Por lo tanto, la venganza del fuego vendrá de los enemigos, a menos que esos
pecados sean eliminados por la penitencia, como ocurrió en el caso de Jonás.
Ahora, la
ley está descuidada por las personas espirituales, que desprecian
enseñar y hacer buenas obras. Tanto los profesores como los prelados están
dormidos: han abandonado la justicia.
Por lo tanto, he oído esta voz del cielo que decía:
‘¡Oh! hija de Sion, tu corona caerá de tu cabeza, tu capa de creciente riqueza se encogerá,
tus números se reducirán por la fuerza, y serás desterrada de un lugar a otro.
Muchas
ciudades y monasterios serán confiscados por individuos poderosos, y los
príncipes dirán: Confisquémosles esa iniquidad, porque, a través de ellas,
están agobiando al mundo entero’.
Y vi y escuché que todos estos
peligros y dolores, sucederán en regiones y monasterios porque se han apartado
de la obediencia y de otros preceptos de la ley.
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Y vi que aún en medio de esta clase de pecados, hay algunos que se aferran a Dios y suspiran por Él, al igual que en el tiempo de Elías…
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Y vi que aún en medio de esta clase de pecados, hay algunos que se aferran a Dios y suspiran por Él, al igual que en el tiempo de Elías…
Después, surgirán la justicia
y el juicio de Dios, y la gente conocerá la disciplina y el temor de Dios.
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También habrá individuos buenos y justos entre las personas espirituales, que, sin embargo, seguirán siendo pocos en número debido a su humildad, pero que, como los ermitaños, volverán al primer amanecer.
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Y lo harán por temor a tiempos pasados que, según entendían, habían sido perniciosos para ellos….
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También habrá individuos buenos y justos entre las personas espirituales, que, sin embargo, seguirán siendo pocos en número debido a su humildad, pero que, como los ermitaños, volverán al primer amanecer.
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Y lo harán por temor a tiempos pasados que, según entendían, habían sido perniciosos para ellos….
Entonces, los hombres valientes se levantarán, y
profetizarán, y reunirán todo lo viejo y todo lo nuevo de las Escrituras y todo
lo que se ha pronunciado a través del Espíritu Santo, y adornarán su
comprensión como si fuese un collar engarzado con piedras preciosas.
A
través de su influencia y la de otras personas sabias, muchos de los laicos
llegarán a ser virtuosos y vivirán vidas santas”.
(Epistolarium II, CCCM 91)
(Epistolarium II, CCCM 91)
“Sin embargo, en estos días, los Emperadores del Romano Oficio perderán la
fortaleza que alguna vez sostuvo vigorosamente al Imperio Romano y serán
débiles en su propia gloria, por lo que el poder imperial confiado
temporalmente a sus manos por juicio divino, disminuirá y fallará.
Porque serán
moralmente sucios y tibios y serviles y repulsivos e inútiles en todas las
cosas.
Aunque desean ser honrados por el pueblo, no
buscarán la prosperidad del pueblo; por lo que nadie será capaz de honrarlos o
reverenciarlos.
Por esa razón los reyes y príncipes de muchos
pueblos, que estuvieron sometidos en algún momento al Imperio Romano, se
apartarán y ya no sufrirán más el estar sometidos.
Y así, el
poder del Romano Imperio se dispersará en la debilidad. Porque cada
nación y cada pueblo proclamará entonces su propio rey a obedecer, diciendo que
la propagación del poder imperial romano se había convertido en una carga más
que en un honor.
Pero después que el cetro
imperial se hubo roto de esta manera, ya no se podrá reparar, y entonces
también la mitra del oficio apostólico (es decir, el papado) se romperá.
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Porque ni príncipes, ni cualquier otro hombre del orden espiritual o secular podrán encontrar entonces ninguna buena religión en el título apostólico; la dignidad de ese título disminuirá.
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Porque ni príncipes, ni cualquier otro hombre del orden espiritual o secular podrán encontrar entonces ninguna buena religión en el título apostólico; la dignidad de ese título disminuirá.
Ellos
darán preferencia a otros maestros y arzobispos en virtud de otros títulos y en
otras áreas, por lo que después de verse disminuida por el
aplazamiento de su dignidad original, la Sede Apostólica deberá, en ese
momento, mantener solamente Roma y algunos lugares cercanos que aún se
encuentren bajo su mitra.
Estas cosas, además, sucederán en parte debido a
las invasiones y conflictos armados;
y en parte serán perfeccionados por el consejo y el consenso de los pueblos
espirituales y seculares.
Estos deberán declarar que cada príncipe debe
defender su reino y gobernar a su pueblo, y que cada arzobispo u otro maestro espiritual debe restringir a aquellos bajo
su supervisión a la rectitud de la disciplina, para que no sean
afectados a partir de entonces por los males que habían sufrido anteriormente
por voluntad divina…
En
estos días muchos también profetizarán y muchos más serán sabios, de modo que
los secretos de los profetas y de los misterios de las otras Escrituras en su
plenitud estarán abiertos a los sabios.
Sus hijos e hijas profetizarán, tal como se predijo
muchos siglos antes…. Ellos profetizarán también con el mismo Espíritu con que
los antiguos profetas anunciaron los misterios de Dios, y en la semejanza de la
enseñanza de los apóstoles, que superaron todo entendimiento humano.”
(Liber divinorum Operum III.10.25-26)
(Liber divinorum Operum III.10.25-26)
“Miremos los pies de la imagen femenina antes
citada, que parecían ser de color blanco, pero con un brillo mayor al del sol.
Oí una voz del cielo que me decía: ‘A pesar de que todas las cosas en la tierra tienden
hacia su final, así como penurias y calamidades se inclinan ante su fin,
sin embargo, la Esposa de mi Hijo, aunque muy debilitada en sus hijos, nunca
será destruida, ni por los heraldos del Hijo de la Perdición ni por el propio
Destructor, a pesar de que ellos mucho la atacarán.
Al
final de los tiempos ella surgirá más poderosa y más segura; aparecerá más
hermosa y resplandeciente para que ella pueda ir de manera más dulce y
agradable a los brazos de su Amado.
La visión que ustedes vieron simboliza todo esto de
una manera mística”… (Scivias 3:11)
La primera visión de santa
Hildegarda mencionada anteriormente, respecto a las prendas sucias de la mujer,
contiene muchas similitudes con la limpieza de las prendas sucias del Sumo
Sacerdote Josué en Zacarías 3.
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El que además de ser un prototipo para uno de los Dos Testigos, es también un indicio del papel del Papa como Pontífice máximo:
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El que además de ser un prototipo para uno de los Dos Testigos, es también un indicio del papel del Papa como Pontífice máximo:
“Luego me hizo ver al Sumo Sacerdote Josué, de pie
ante el ángel del Señor, mientras Satanás estaba a su derecha para acusarlo.
¡El ángel del Señor te reprima, Satanás! ¡Sí, que
te reprima el Señor, el que eligió a Jerusalén! ¿No es éste acaso un tizón
salvado del fuego?
Josué, de pie delante del ángel, estaba vestido con
ropa sucia. El ángel tomó la palabra y
dijo a los que estaban de pie delante de él: ‘Quítenle la ropa sucia’.
Luego
dijo a Josué: ‘Yo te he sacado de encima tu iniquidad y te pondré vestiduras de
fiesta’. Y añadió: ‘Coloquen sobre su cabeza un turbante
limpio y pónganle vestiduras de fiesta’.
Ellos le pusieron el turbante limpio sobre la
cabeza y las vestiduras de fiesta, mientras el ángel del Señor permanecía allí
de pie.
Después el ángel del Señor advirtió solemnemente a
Josué: ‘Así habla el Señor de los ejércitos: Si vas por mis caminos y observas mis mandamientos, tú mismo gobernarás
mi Casa y cuidarás mis atrios, y yo te daré libre acceso entre los que están
aquí.
Escucha, Josué, Sumo Sacerdote, tú y tus compañeros
que se sientan delante de ti –porque estos hombres son un presagio: He aquí que
yo traigo a mi servidor el «Germen».
Sí, esta es la piedra que pongo delante de Josué:
sobre esta única piedra hay siete ojos. Yo mismo voy a grabar su inscripción –
oráculo del Señor de los ejércitos – y voy a eliminar la iniquidad de
este país en un solo día.
Aquel día – oráculo del Señor de los ejércitos –
ustedes se invitarán unos a otros debajo de la parra y de la higuera”. (Zacarías 3)
TAMBIÉN ANTICIPADO POR LEÓN
XIII Y MELANIE DE LA SALETTE
Parece que la razón de la
visión sobre los 100 años de mayor poder de satanás, anticipada por el Papa
León XIII, le fue dada al Santo Padre con el fin de que mencionara en
particular, este versículo de la Biblia, cuando el Sumo Sacerdote Josué es
acusado por Satanás, hecho muy parecido al del profeta Job.
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Al final de este período, a la Esposa de Cristo se le permitirá adornarse con lino fino para preparar la cena de las bodas del Cordero:
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Al final de este período, a la Esposa de Cristo se le permitirá adornarse con lino fino para preparar la cena de las bodas del Cordero:
“Regocijémonos y alegrémonos y démosle gloria,
porque las bodas del Cordero han llegado y su Esposa ya se ha preparado; que le
fue concedido vestirse de lino fino, limpio y resplandeciente – porque el lino
fino simboliza las buenas acciones de los santos.” (Ap 19: 7-8)
A pesar de que es sólo después
de esta restauración final de la Iglesia que el Anticristo finalmente
aparecerá, hay claramente un período de apostasía menor que tiene lugar antes
de esta restauración.
Este orden de los acontecimientos, que se
corresponde directamente con nuestra situación actual, también se puede encontrar en las profecías de La
Salette publicadas en 2002 y aparición aprobada por la Iglesia:
“Después que todas estas
calamidades hayan llegado, muchos reconocerán en ellas a la mano de Dios.
.
Ellos se convertirán, y harán penitencia por sus pecados.
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Un gran rey subirá al trono, y reinará muchos años.
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La religión volverá a florecer y se extenderá por todo el mundo, y habrá una gran abundancia.
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El mundo, alegre porque nada le falta, recaerá nuevamente en el desorden, renunciará a Dios, y volverá a sus pasiones criminales.” (Secreto de Melanie)
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Ellos se convertirán, y harán penitencia por sus pecados.
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Un gran rey subirá al trono, y reinará muchos años.
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La religión volverá a florecer y se extenderá por todo el mundo, y habrá una gran abundancia.
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El mundo, alegre porque nada le falta, recaerá nuevamente en el desorden, renunciará a Dios, y volverá a sus pasiones criminales.” (Secreto de Melanie)
El Apocalipsis menciona igualmente un periodo en el
que la mujer Vestida de Sol está
amenazada de ser arrastrada por una inundación que emana de la boca del Dragón.
Esta inundación es luego tragada durante el Nuevo
Pentecostés, después del cual el demonio irá a hacer la guerra contra la
descendencia de la Mujer, transfiriendo su gran poder y autoridad al
Anticristo:
“La
Serpiente vomitó detrás de la Mujer como un río de agua, para que la
arrastrara. Pero la tierra vino en ayuda de la Mujer: abrió su boca y se tragó
el río que el Dragón había vomitado.
El Dragón, enfurecido contra
la Mujer, se fue a luchar contra el resto de su descendencia, contra los que
obedecen los mandamientos de Dios y poseen el testimonio de Jesús.
Entonces
vi que emergía del mar una Bestia con siete cabezas y diez cuernos.
En cada cuerno tenía una diadema, y sobre sus
cabezas había leyendas con nombres blasfemos.
Parecía una pantera, pero tenía las patas como las
de un oso y la boca como la de un león.
El
Dragón le cedió su poder y su trono con un inmenso imperio” (Apocalipsis
12: 15-17, 13: 1-2)
TODO PARECE ENCAJAR
Parece que donde actualmente nos encontramos
es en el tiempo en que satanás ha
sido arrojado a la tierra, y está persiguiendo, con enorme ira, a la Mujer
Vestida de Sol.
A pesar que estamos a punto de ser arrastrados por
la riada que sale de la boca del demonio, sabemos que durante la apostasía
menor será contenida cuando la tierra
venga en ayuda de la Mujer.
Es sólo después de la
restauración de la Iglesia, durante el Triunfo del Inmaculado Corazón de María,
que el Anticristo finalmente aparecerá, y provocará los hechos de la Gran
Apostasía.
Es entonces que los pueblos
del mundo se verán obligados ya sea a rendir homenaje a la Bestia del
Apocalipsis, o a enfrentar el período de abierta persecución y martirio
previsto en el Tercer Secreto de Fátima, que tiene lugar durante la Pascua
Final de la Iglesia:
“La Iglesia
sólo entrará en la gloria del Reino a través de esta última Pascua en la que
seguirá a su Señor en su muerte y su Resurrección.
El
Reino no se realizará, por tanto, mediante un triunfo histórico de la Iglesia
en forma de un proceso creciente, sino por una victoria de Dios sobre el último
desencadenamiento del mal que hará descender desde el cielo a su Esposa.
El triunfo de Dios sobre la rebelión del mal tomará
la forma de Juicio final después de la última sacudida cósmica de este mundo
que pasa”.
(CIC 677)
Luego
de esto vendrá Cristo finalmente.
Fuentes:
- http://unveilingtheapocalypse.blogspot.com.uy/2015_09_01_archive.html
- http://forosdelavirgen.org/81895/la-gran-tribulacion-comenzara-en-el-2015-segun-estudiosos-evangelicos-de-las-profecias-2014-09-26/
- https://www.ewtn.com/expert/answers/endtimes.htm
- http://forosdelavirgen.org/59887/el-misterioso-caso-de-los-profetas-judios-que-no-murieron-y-volveran-a-luchar-contra-el-anticristo-2014-03-19/
- https://w2.vatican.va/content/benedict-xvi/es/homilies/2010/documents/hf_ben-xvi_hom_20100513_fatima.html
- http://w2.vatican.va/content/benedict-xvi/es/speeches/2010/december/documents/hf_ben-xvi_spe_20101220_curia-auguri.html
- http://w2.vatican.va/content/benedict-xvi/es/speeches/2010/may/documents/hf_ben-xvi_spe_20100511_portogallo-interview.html
Foros de la
Virgen María
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